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Cuando a María Fernanda Álvarez Pérez le asignaron como abogada del turno de oficio de 'El Chicle', asesino confeso de Diana Quer, no imaginaba la presión mediática a la que se iba a ver sometida. Tanto que «fue felicitada por el juez por la defensa ... que hizo», recuerda Guillermo Plaza, decano del Colegio de Abogados de Burgos. Y es que los abogados del turno de oficio no pueden acogerse a la objeción de conciencia como hacen en otros gremios para rechazar una defensa. «La objeción de conciencia siempre es para ejercer derechos sobre las personas, pero porque hay un bien superior, es decir, la eutanasia el bien superior es la vida. En los abogados el bien superior es la defensa de tu cliente, entonces no puede haber una objeción de conciencia», explica Plaza.
Los casos más mediáticos ponen en relieve la realidad social del país, en el que cuesta que el grueso de la población entienda que «cualquier persona tiene derecho a una defensa y a un abogado». «Muchas veces la sed de venganza de la sociedad, porque es venganza, no es justicia, busca una solución al problema que pueden pagarlo justos por pecadores. En la justicia española, que es muy garantista, pasa mucho menos, pero en las películas americanas lo vemos muchísimo, hay gente que está en el corredor de la muerte y años después se demuestra que son inocentes. Aquí hay que evitar eso, que la presión social que se ejerce provoque la intimidación de los abogados», afirma el decano, que pone de ejemplo el caso de Rocío Wanninkhof en el que se condenó a Dolores Vázquez y después se demostró que era inocente.
Guillermo PLaza
Decano del Colegio de Abogados
La diferencia entre el turno de oficio y la labor realizada en un despacho privado reside únicamente en la elección de los clientes. En el turno de oficio no puedes rechazar una defensa, por lo que cuando un abogado comienza un caso lo primero que hace es «escuchar la historia de su cliente y adaptarla o ajustarla a las leyes para ejercer esa defensa». «Te aíslas y entiendes, porque no empatizas, y buscas cuál es la línea de defensa más adecuada para la situación, es decir, existe un porcentaje muy alto de conformidad con el Ministerio Fiscal sobre penas, de acuerdos. ¿Cómo nos preparamos? En estos casos tienes que aislarte, pensar que estás haciendo lo adecuado y que estás ejerciendo uno de los derechos básicos que es ejercer el derecho de defensa de un cliente», desarrolla Guillermo Plaza.
De esto sabe bastante Marina Villuela, presidenta de la comisión del turno de oficio del Colegio de Abogados de Burgos. «Parece que los abogados del turno estamos hechos de otra pasta, pero somos abogados que nos adscribimos al turno de oficio y que llevamos asuntos en los que los beneficiarios son solicitantes de justicia gratuita porque cumplen los requisitos y que son tratados del mismo modo que los clientes particulares», asegura Villuela.
Para el decano la presión de aparecer en los medios en los casos mediáticos solo puede llevar a una «extramotivación» por parte del letrado a la hora de defender a su cliente: «Muchas veces nos provoca una reacción de defender con más ganas algo que entendemos que está siendo injusto, es decir, si vemos que el ataque es injusto intentaremos que la defensa busque la justicia, que el juzgado haga justicia».
Marina Villuela
Presidenta de la comisión del turno de oficio del Colegio de Abogados
«Defender a alguien no significa que estemos de acuerdo con sus actos», incide Guillermo, pero como abogados deben hacerlo. «Tenemos que buscar la mayor defensa posible, es decir, muchas veces la defensa no es que salga absuelto, sino que se le concedan determinados atenuantes por drogadicción, eximente completo por inimputabilidad porque su mente no funciona como una 'persona normal' y no es imputable y buscamos muchas veces eso. Y hay gente que no lo entiende», asevera. «Se trata de obtener una sentencia justa. Justa en el sentido de que se tengan en cuenta las distintas circunstancias, de eso se trata la buena asistencia, no solo de que 'salgan de rositas'», añade Marina Villuela.
Pero los abogados del turno de oficio no ejercen solo la defensa, también pueden estar al otro lado del contencioso, en la acusación. Y es ahí cuando la opinión de la sociedad cambia radicalmente con respecto al turno. Violencia de género, abusos a menores, estafas, hurtos... todo ello visto desde el prisma de la persona afectada. «También ejercemos la acusación del asesino, la acusación de la persona a la que le han robado en su casa y no tiene dinero para acusar. Ayudamos en divorcios, incapacidades... El abogado de oficio está en todos los procesos judiciales, en un lado u otro de la historia, lo que pasa es que siempre salta la noticia por el lado oscuro», defiende Plaza.
«A veces toca defender a violadores, a asesinos, a gente que ha cumplido todo tipo de delitos, pero también defendemos a las víctimas. En violencia de género existe un turno de guardia especial y un turno especial, no solo defiendes a la víctima, sino que los que están inscritos en este turno han tenido que hacer los cursos de acceso establecidos y, además, una formación continuada en cumplimiento de lo que manda la legislación. También ocurre con menores, tanto con menores infractores como con los menores víctimas, que también están reconocidos como tal en violencia de género », reitera Marina
Las sentencias que han llegado hasta Europa para frenar los abusos provocados por las cláusula suelo o fondos de inversión que han sentado jurisprudencia en las leyes españolas y que han sido ejercidas por abogados del turno de oficio. También defienden «al cliente del Estado». «Defiendes a una persona a la que hayan denegado una pensión, o a quien le quieran expropiar una propiedad. Se ejerce el derecho desde cualquier punto de vista, puedes defender al cliente del Estado, de una gran empresa o puedes defender al cliente de una persona normal», continúa.
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También se enfrentan a la declaración de incapacidad de, por ejemplo, personas con alzheimer a las que tienen que defender. «En Burgos, que es una ciudad muy envejecida, se ven muchísimo esos procedimientos. También de personas que han perdido su entorno familiar y están totalmente desatendida. Es muy grato, son personas a las que no salvas la vida de manera literal pero les solucionas el problema de su vida», afirma.
Los casos al final más marcan son aquello que conlleva violencia o abusos a menores: «Los asuntos de violencia de género te marcan de manera terrible, si encima van acompañados de violencia doméstica, de violencia hacia los niños, abusos a niños... esos son los que más nos marcan, aunque también otros casos que llegan al despacho, porque veces ejercemos de psicólogos, los clientes nos llegan muchas veces en una situación límite, que pueden ser desde no haber cobrado la pensión de alimentos desde hace cinco meses y no tener para comer o la inversa, no haber visto a tu hijo en los últimos cinco meses. Y son situaciones donde la gente llega muy tocada».
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