Carlos Arroyo es uno de los voluntarios de Cruz Roja Te Escucha. PCR

Cruz Roja Burgos detecta un aumento del sufrimiento entre los jóvenes al cortar contactos sociales

El programa de atención telefónica Cruz Roja Te Escucha pone el foco en los más jóvenes, para los que salir y relacionarse es vital para la conformación de su personalidad | El burgalés Carlos Arroyo es uno de los voluntarios que atiende el servicio, nacido con la pandemia para prestar apoyo psicológico y emocional a los ciudadanos

Sábado, 24 de abril 2021, 09:07

Hablar de la pandemia de la covid-19, sus números, sus realidades, sus consecuencias, nos cansa. La sociedad solo quiere mirar ya hacia adelante, más allá de la vacunación, a aquel momento en el que nuestra vida pueda volver a la normalidad, sin el adjetivo ... de 'nueva' por delante. Sin embargo, esa normalidad que anhelamos ya no existe. La crisis sanitaria ha supuesto un impacto tan grande en nuestras vidas que, aunque no seamos conscientes, nunca volveremos a vivir como lo hacíamos antes de marzo de 2020. Y nuestra salud mental nos delata.

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«El abanico de sufrimiento es amplísimo», reconoce Carlos Arroyo, y la pandemia lo ha agudizado. Mayores que viven en soledad, profesionales que trabajan bajo una presión y un estrés prácticamente insoportables, parados varados en las listas del desempleo, adolescentes y jóvenes a los que se les han roto los esquemas de vida, cuidadores anónimos frente a la enfermedad del otro, ciudadanos corrientes arrastrados por el miedo, la ansiedad y la depresión... Todos, de algún modo u otro, saldremos de la pandemia tocados, y en Cruz Roja están siendo testigos de primera mano.

Carlos es uno de los voluntarios de la organización en Burgos. Forma parte de los 150 profesionales, la mayoría psicólogos, que componen el programa de ayuda Cruz Roja Te Escucha. Desde hace un año, Carlos responde a las llamadas de ciudadanos, de cualquier parte del país, que necesitan apoyo emocional o psicológico. En su mayoría, son personas que solo necesitan desahogarse con alguien, ventilación emocional lo llaman los psicológicos, pero hay casos más complejos, duros, que requieren de una derivación para atención psicológica personalizada.

Cruz Roja Te Escucha estaba orientado, en sus inicios, a los más mayores. «El confinamiento estaba haciendo estragos» en este grupo de población, que no entendía muy bien qué pasaba, por qué no podía salir de casa, ver a sus hijos y nietos, o que tenía miedo al contagio. También a los servicios esenciales que empezaban a sufrir estrés, ansiedad, depresión. «Teníamos dos frentes muy importantes, que necesitaban apoyo psicológico», explica Carlos, y en pleno confinamiento la única forma de prestarlo era a través del teléfono.

El 900 107 917, un teléfono gratuito, es el que recibe esas llamadas de socorro. Si la línea está sobrecargada, se quedan en espera para luego ser recuperadas por personas como Carlos, que son los que hacen el primer contacto. Confidencialidad extrema, solo se necesita el nombre de la persona, un teléfono de contacto para los seguimientos y el municipio desde el que llama. Y Carlos habla con ellos, escucha sus preocupaciones y valora si la persona que llama necesita una atención especializada. De ser así, se deriva a un compañero del nivel 2, donde solo hay psicólogos, que realizan esa atención y un seguimiento del caso.

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«Hay muchas llamadas que no hace falta derivarlas a ningún especialista. Una de cada cuatro se derivan, las otras tres son una ventilación emocional», admite Carlos. Y es que, con lo que hemos vivido, a veces solo se necesita un oído al que hablar, alguien al otro lado del teléfono que te escuche, te dé algún consejo (Carlos, aunque no ejerce, es psicólogo) y se ofrezca a ayudarte cuando lo necesites. «La mayoría de las veces el problema es la soledad, la falta de comunicación, de contacto social, y la gente necesita desahogarse y hablar con alguien».

El tabú de la salud mental

Carlos asegura que el confinamiento y el miedo hicieron mucho daño en los primeros momentos de la pandemia. Les llegaban llamadas de gente, sorprendida, que dormía mal, tenía ansiedad, angustia, y nunca había sufrido de esta manera. Lógicamente, también se han puesto en contacto con Cruz Roja Te Escucha personas con problemas de salud mental que se han visto agravados con la pandemia, algunos incluso que ya reciben tratamiento médico pero que llamaban como apoyo psicológico, una ayuda extra.

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«Los problemas de salud mental siguen siendo un tabú, se ocultan, pero si no se tratan, se agravan, como una bola de nieve», recuerda Carlos, quien anima a la gente a contactar con Cruz Roja y, siempre, a pedir ayuda sin miedo ni vergüenza. También, a ser más empáticos y no tratar de minimizar el sufrimiento ajeno. Ese es parte del secreto del éxito del programa de Cruz Roja, que ha atendido a más de 6.000 llamadas en toda España (262 de Castilla y León), prestando apoyo emocional o psicológico, alivio, consuelo o, simplemente, respondiendo a solicitud de información.

Mujeres, jóvenes y mayores

El usuario mayoritario del servicio son las mujeres de mediana edad, pero se reciben llamadas de casi todas las franjas de edad. Carlos destaca, con preocupación, que los mayores de 80 no están representados, y no es porque no tengan problemas. «Seguro que están sufriendo muchísimo», apunta, pero para ellos no es tan sencillo llamar por teléfono. También preocupa mucho al burgalés el importante número de llamadas de jóvenes y adolescentes, «con elevados niveles de sufrimiento» y casos muy complicados.

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Y ahí es donde entra la empatía. «Las relaciones sociales en la adolescencia y primera juventud son fundamentales», recuerda. El contacto social, el grupo, es lo que les ayuda a conformar su personalidad, y el confinamiento y las restricciones están haciendo mucha mella entre los más jóvenes. No es solo una cuestión de que incumplan, es que necesitan salir y relacionarse. Así que, a los que respetan las normas, «les afecta mucho, con situaciones muy graves, problemas importantes psicológicos muy alarmantes. Los que lo cumplen, se rompen», asevera Carlos.

Desde Cruz Roja no se olvidan tampoco de los cuidadores, «un sector muy frágil», que presenta problemas de ansiedad, depresión, tristeza... y que suelen quedar ocultos tras el enfermo, el dependiente. O de los trabajadores. La crisis económica derivada de la pandemia está disparando los cuadros de depresión y ansiedad en este colectivo. «El trabajo es el disparador de todo una problemática», admite Carlos, tanto la ausencia del mismo, que muchas veces lleva al desánimo, como el estrés o la presión que sufre el que sí lo tiene.

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Equilibrio emocional

Carlos Arroyo reconoce que su tarea también les quema. «Cuando descuelgas no sabes lo que va a oír», tanto si se trata de gente que busca desahogarse como si son situaciones más duras. Una llamada que exige derivación no dura menos de veinte minutos y, además, en algunos casos cueta mucho ganarse la confianza del que llama, que lo hace pidiendo ayuda, pero no se atreve a contar lo que estás sufriendo. No es fácil responder al teléfono de Cruz Roja Te Escucha, pero Carlos asegura que es gratificante, porque siempre se ayuda.

Y, luego, cada uno lo gestiona emocionalmente como mejor sabe. En su caso, y pese a ser muy empático, consigue no llevarse a casa las historias que escucha en Cruz Roja. No hay técnicas, dice, para salir indemne tras conocer el sufrimiento ajeno, solo hay que ser realista, como en la vida. Para Carlos tenemos que aprender a buscar el equilibrio emocional, ser capaces de poner en una balanza las cosas buenas y las malas, porque solemos tender a ver solo lo malo. Así, nos daremos cuenta de que lo bueno pesa más, y las malas experiencias se sobrellevan mejor.

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