Una persona con discapacidad visual toca al Cristo de las Santas Gotas. JCR

El Cristo de las Gotas se deja tocar por las personas con discapacidad visual

La Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores de San Gil ha ofrecido a los afiliados de la ONCE la posibilidad de experimentar la Semana Santa con el tacto, el olfato, el oído y gusto

Miércoles, 13 de marzo 2024, 07:42

La Semana Santa y sus procesiones son un espectáculo plástico, bello, que se percibe por la vista fundamentalmente. Pero desde este martes, también se toca, se huele, se degusta y se escucha. Así lo ha hecho un grupo de 30 afiliados de la ONCE ha ... podido ver con otros sentidos la realidad de la imaginería de la pasión burgalesa.

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Y lo ha hecho con uno de los cristos más impresionantes del mundo, el Santísimo Cristo de Burgos, o de las Santas Gotas. Las personas con alguna discapacidad visual han podido tocar las llagas, los poros de la piel del Cristo llenos de sangre, sus ropajes… hasta la barba y la corona de espinas. Es el Cristo que sale en procesión la tarde del Domingo de Ramos, una réplica del original Cristo de los Trinitarios que está en la capilla del mismo nombre en la parroquia de San Gil.

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Y han percibido el olor del incienso que llenaba las tres naves de San Gil y las capillas de los Reyes Magos y de la Buena Mañana; y llevar las cruces a hombros, como el cirineo que ayudó a Jesús a transportar la cruz hasta el Gólgota. Y tocar los relieves de la carroza repujados por el genial Maese Calvo y que representan todas las escenas de la pasión y muerte de Jesús.

Han escuchado el traqueteo de la matraca que señala a los costaleros con sonido cuando han de levantar el paso, cuando avanzar o cuando detenerse. Y el sonido de las cornetas y tambores de la Banda de Música de San Gil. Y meterse dentro del entramado de aluminio del interior del paso y tocar las protecciones de los hombros en el interior.

Y también han oído las explicaciones, bien guiadas y muy certeras, de Roberto Marañón, uno de esos cofrades que ha heredado la costumbre y el legado familiar de cofrade y que lleva con mano maestra la banda de música. Y las del sacerdote y abad de la cofradía, Quique Ybáñez, que con claridad y con verbo fluido ha explicado el significado de las tallas.

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Experiencia única

Una propuesta, explica el delegado de la ONCE en Burgos, Enrique Fernández, que llega desde la cofradía, desde los «costaleros» que les han ofrecido la posibilidad de que los afiliados de la ONCE «puedan ver un ensayo, incluso tocar las tallas ya que no hay afiliados ciegos que no puedan verlas».

Asegura que es una manera «de acercarnos un poquito más a la Semana Santa y poder sentirla». Es una iniciativa pionera en Burgos que se ha realizado en otras provincias, como en Zamora. Una experiencia que resultó muy positiva para la gente afiliada a la ONCE porque lo «habían disfrutado».

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Así lo corrobora el cofrade de San Gil Javier Peña quien asegura que está convencidos de que «la cultura tiene que ser accesible» y como les apasiona la Semana Santa ,«también queríamos hacerlo accesible porque para la gente que con otras capacidades no puede vivirla» de la manera que lo hacen ellos.

La experiencia ha resultado muy positiva y ya están pensando «en ampliarlo el año que viene y ver cómo hacerlo aún más inclusivo». Que por inclusividad no quede. Aún queda camino por recorrer para que las personas que tienen capacidades diversas sean igual de protagonistas que el resto de la población. La iniciativa de la Real Hermandad de la Sangre del Cristo de Burgos y Nuestra Señora de los Dolores es la primera de otras muchas que a buen seguro se van a multiplicar en ediciones venideras.

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