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Hoy es un día festivo en Burgos, una jornada marcada en rojo en el calendario, pero algunos comerciantes de la calle Santander y adyacentes, como si se tratase de un laborable más, han tenido que acudir temprano a sus lugares de trabajo.
El culpable del ... inesperado madrugón ha sido un corte de electricidad a las 8:15 horas que ha provocado que saltaran varias alarmas de locales comerciales ubicados en esa zona del centro histórico burgalés. El ruido de las sirenas vino acompañado de una humareda en una tienda que hace esquina con la calle San Juan, lo que hizo pensar a vecinos y viandantes que se había originado un incendio dentro del inmueble.
Pero por suerte, todo ha quedado en una mera anécdota. No hubo ni rastro de fuego. La nube de gas se ha producido de manera instantánea al sonar la alarma, puesto que se trata de un sistema antirrobo más del local. Tras el susto, la situación ha vuelto a la normalidad. Los bomberos han extraído la humareda con un ventilador y la Policía ha patrullado la zona cerciorándose de que todo estaba en su sitio. La luz ha vuelto sobre las 9:20 horas.
Los trabajadores y empresarios, tras comprobar el estado de sus instalaciones, pudieron reiniciar sus planes previstos durante la festividad del Curpillos. Unos, si el tiempo así lo permite, comentarán el incidente a sus amigos mientras degustan una buena ración de morcilla, mientras que otros disfrutarán de un día libre haciendo deporte, jugando con su familia o, simplemente, descansando.
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