«Tenemos que conseguir que una gran empresa vuelva a instalarse en Burgos»

Otra vez presidente de la asociación. ¿Le apetecía seguir, se lo pedían o es que simplemente no había nadie más para dar ese paso?

Ha sido por responsabilidad. La cabeza te pide una cosa y el cuerpo te pide otra, pero hay varios temas que están en marcha con este equipo de Gobierno, referentes a las obras en el polígono, el nuevo contrato de basuras y otras cuestiones, y tenía cierta responsabilidad por continuar. Además, recibí el apoyo de la práctica totalidad de los asociados y me sentí bastante respaldado.

Acaba de salir de una reunión (el pasado viernes) con el Ayuntamiento, ¿Qué les han pedido?

La verdad es que tenemos muchos contactos con el Ayuntamiento, fundamentalmente con la Concejalía de Industria. En este caso, hemos estado también con Josué Temiño, de Medio Ambiente, porque teníamos que tratar el tema de la gestión de residuos con el nuevo contrato, que cambia radicalmente el modelo de recogida, la cual se va a hacer puerta a puerta. Cada empresa tendrá en su propia instalación una serie de contenedores adecuados al uso particular, hablando siempre de residuos asimilables a los residuos domésticos. Eso necesita una gestión logística muy importante y conllevará el cierre del punto limpio que hay en el polígono, que es algo que nos preocupaba. Queremos creer que la empresa que asuma el nuevo contrato tiene muy claro cómo trabajar.

La limpieza del polígono es una de las grandes quejas que han trasladado durante los últimos años al Ayuntamiento.

Sí, nos preocupa. Pero de todas maneras, hace falta más pedagogía. Todos los ciudadanos tenemos que ser conscientes de dónde y cómo tirar las cosas. Cuesta el mismo trabajo llevar los residuos a los dos puntos limpios que hay en la ciudad que llevarlos al polígono y dejarlos tirados allí.

Ya están en marcha las obras de la siguiente fase de remodelación de Alcalde Martín Cobos. ¿Satisfechos?

Sí, aunque habrá que ver cómo se solucionan los conflictos que hay con Fomento para poder desarrollar luego la glorieta de La Ventilla o el puente sobre las vías del tren.

En los últimos años han hablado también de aparcamientos, de la gestión de los jardines o de la iluminación. ¿se ha avanzado en estos ámbitos?

Se va avanzando en muchos frentes. En los últimos años se han hecho actuaciones con bastante sentido común, como la de la calle Padre Arregui, que se hizo con una brigada de empleo y a bajo coste, con un resultado fantástico. Ese es el tipo de actuaciones que solicitamos. Es cierto que, por ejemplo, en Alcalde Martín Cobos, hay que hacer un proyecto grande, con cambio de redes de saneamiento y telecomunicaciones, pero hay otras muchas calles que no necesitan proyectos de tanta envergadura y que no pueden esperar otros 30 años a que haya varios millones de euros disponibles. Otro de los grandes problemas que tenemos, tanto nosotros como Villalonquéjar, es el tema de los aparcamientos. Tenemos un enorme aparcamiento de camiones que no se termina de poner en marcha y permitiría desahogar el problema.

Luego, vemos muchas incongruencias que hay que corregir. No tiene sentido que si, por ejemplo, se cae un bote en uno de los jardines, los de la limpieza no lo recogen, porque eso es responsabilidad de Jardines, y los de Jardines van poco por allí.

¿Están satisfechos con la solución implementada para dotar de fibra al polígono?

Eso está solucionado, con la salvedad de que se hizo con una fórmula de provisionalidad. Estamos satisfechos, porque ahora mismo no hay ni una sola empresa que quiera instalar fibra óptica y no tenga acceso a ella. En este caso, imperó el sentido común.

Y a largo plazo, ¿qué necesita el polígono?

La idea que tenemos es la de crear un Plan Director a muchos años vista. Este es un tema que se está trabajando desde el Ayuntamiento con nuestra colaboración. Tenemos más o menos claro que el polígono necesitaría a largo plazo inversiones por valor de unos 150 millones de euros para ponerse al día y evidentemente, ese dinero no se puede invertir de un día para otro. Por eso, queremos dejar por escrito un Plan Director para que, independientemente de quién gobierne, se vaya actuando poco a poco.

¿Cómo de vivo o muerto está el polígono?

El polígono está muy vivo y con una diversificación de actividad tremenda. Es como un enorme centro comercial en el que hay absolutamente de todo: hostelería, gimnasios, pistas de pádel, fútbol indoor, supermercados, tiendas de iluminación, de muebles, gasolineras... Y aparte, claro, todas las grandes empresas de carácter industrial como Bridgestone, Campofrío o Gonvarri. Se ha convertido en un polígono muy comercial que, además, atrae a la gente, que incluso pasea por la zona al estar muy cerca de la ciudad.

En todo caso, hay varias parcelas y naves sin uso, algunas muy grandes.

Sí, es cierto, aunque no hay muchas. Sabemos cuáles son y las tenemos localizadas. Hay tres parcelas en Fernando Dancausa, está el Complejo Gala, el complejo de la antigua Metalibérica y en la zona de la aduana hay varias naves. Esa de hecho, es una de las cuestiones que nos hemos puesto como tarea. Es increíble que no haya una base de datos común a la que tengamos acceso nosotros, la FAE, la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento, en la que podamos saber exactamente las características de cada parcela, quién es el propietario y en qué estado está. Al final, a nosotros nos llaman con frecuencia para pedirnos información al respecto y no tenemos acceso a esa información detallada. Necesitamos ser más proactivos con este tema.

¿Detecta interés inversor?

La verdad es que últimamente está preguntando bastante gente por parcelas.

Parte del interés que está generando Burgos en general está vinculado a la logística.

Sí, el problema en nuestro caso concreto es que la mayoría de las empresas de logística necesitan parcelas más grandes de las que tenemos en nuestro polígono. En todo caso, no es excluyente apostar por la logística sin dejar de lado otros sectores.

Durante años han tenido problemas con los chamizos, sobre todo en el entorno de Pentasa. ¿Están satisfechos con la ordenanza de chamizos que está preparando el Ayuntamiento?

Estábamos satisfechos con la ordenanza hasta que se incluyó el concepto de 'asociaciones culturales' para las exenciones, porque pensamos que puede dar pie a alguna trampa. Simplemente con inscribirse como asociación, ya se abre la puerta a muchos tipos de usos y no podemos saber qué hay detrás de eso. Estábamos encantados con la exención que se hizo para los locales de ensayo, porque nos parece que dan vida a toda esa zona, pero la inclusión del concepto de 'asociaciones culturales' nos genera muchísimas dudas.

Según el último análisis de movilidad, el 55% de los trabajadores del polígono van en coche, el 13,82 van andando, 3,13 en bus y el 27,9% en otros medios (bici, patinete, autobús discrecional). ¿Qué le parece?

Es muy difícil hacer que la gente coja el autobús si no le deja en la puerta de su empresa. Nadie anda más de 500 metros para ir a trabajar desde la parada. Un polígono es una zona muy amplia y es muy complicado hacer una línea de autobús que sea realmente interesante. Además, con la pandemia se han modificado bastante los horarios de entrada y salida, lo que lo hace aún más complicado. Quizá haya que fomentar algo más otros tipos de transporte. Hay que contar con unos buenos carriles bici y aparcabicis. Pero en todo caso, el vehículo privado no tiene por qué ser malo y también hay que mejorar los aparcamientos.

Parece que salimos de la crisis sanitaria y nos metemos en la crisis de los precios de la energía y en la de los semiconductores. Vaya dos años, ¿no?

Los empresarios que salgan de estas crisis serán casi héroes. No salimos de una y nos metemos en otra. Lo que más me preocupa ahora es la evolución de los ICO, que en su mayoría tenían un año de carencia y se están comenzando a devolver ahora. Si la actividad no se incrementa, se pueden generar problemas de tesorería muy graves. En todo caso, de momento, parece que la gente se está adaptando y no está habiendo grandes problemas.

Lo que está claro es que sin empresarios no hay empresas, y sin empresas no hay polígonos, por lo que hay que cuidarlos y tenerlos muy presentes. Parece que a un empresario, cuando le va bien, se le mira hasta mal y, en realidad, detrás hay muchísimos puestos de trabajo.

¿Qué tiene de bueno y qué tiene de malo que el polígono esté tan cerca del casco urbano?

Yo creo que tiene muchas más ventajas que inconvenientes. Al final, es un polígono muy accesible, en el que los trabajadores pueden ir a comer a su casa. Eso nos da vida. Además, tenemos margen para crecer hacia el Parque Tecnológico, el CAE o la aduana.

¿El desarrollo de esos tres proyectos será positivo para el polígono de Burgos Este?

Sí, sin duda. Además, tenemos que pensar a largo plazo. Ahora mismo, la ciudad tiene suelo industrial suficiente, sobre todo en Villalonquéjar, como para absorber la demanda, pero tenemos que mirar más allá. Veremos cómo acaba el Parque Tecnológico y qué tipo de empresas se implantan allí. Al final, una empresa llama a otra y, si por ejemplo, llega una dedicada a la robótica, seguramente lleguen más después. O quizá, al albur de Kronospan, quizá se convierta en un parque maderero, no lo sé. Lo que está claro es que hace muchísimos años que no se instala en Burgos una gran empresa y eso es lo que hay que tratar de conseguir sea como sea.

¿Cómo lleva lo del cambio de nombre del polígono? ¿Les hacen caso?

Creo que hemos conseguido que se implante poco a poco entre la gente. Ahora tenemos que conseguir que nos haga caso el Ayuntamiento y cambie toda la cartelería del polígono, que ya va siendo hora.