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La Audiencia Provincial ha condenado a cinco años y medio de prisión al joven (A. E. H. H.) que propinó una paliza a un vecino de la zona de San Esteban de la capital burgalesa en septiembre de 2017. La víctima, R. B. M., ... acabó en el hospital tras instar a un grupo de jóvenes que estaban haciendo botellón a que bajaran el volumen de la música.
Los hechos se remontan al 1 de septiembre. Según relataron en aquel momento varios testigos, en torno a las 23:15 horas de aquella noche, un grupo de alrededor de una decena de jóvenes se encontraban en los alrededores de la iglesia de San Esteban bebiendo en la calle con la música a un volumen excesivo. En ese momento, un vecino del entorno bajó de su domicilio y se acercó al grupo de jóvenes para pedirles que redujeran el volumen de la música.
La situación derivó en una fuerte discusión que acabó con la agresión por parte de dos de los jóvenes hacia el varón. Tras varios golpes, el vecino, por aquel entonces de 35 años de edad, cayó al suelo, se golpeó la cabeza con fuerza y perdió el conocimiento. A pesar de ello, la Fiscalía ha considerado probado que los golpes continuaron durante unos instantes hasta que intervino otro grupo de jóvenes que estaba por la zona.
En ese momento, los dos agresores huyeron del lugar, si bien, A. E. H. H. fue posteriormente identificado, localizado y detenido por la Policía. El otro permanece declarado judicialmente en rebeldía al no haber sido localizado.
Mientras tanto, en el lugar de la agresión, varios jóvenes atendieron a la víctima, que presentaba diversas heridas, hasta la llegada de los facultativos sanitarios. Una vez en el lugar, los profesionales trasladaron al agredido al HUBU, donde permaneció varios días ingresado.
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De acuerdo al informe médico, el vecino sufrió fracturas de huesos del cráneo y de la cara, así como un traumatismo intracraneal, varios hematomas, contusiones hemorrágicas en todo el cuerpo, la fractura del cúbito y la rotura del ligamento interóseo escafo-lunar. Como consecuencia de todo ello, el hombre perdió parte de la agudeza visual y del olfato.
Una vez detenido, el condenado ingresó en prisión provisional una semana después, si bien, abandonó la cárcel apenas cuatro días después tras pagar la fianza de 3.000 euros y con la prohibición de no acercarse a menos de 500 metros del agredido. Esa prohibición, junto a la de comunicarse con la víctima, será de diez años tras el acuerdo.
A. E. H. H. tendrá que pagar una indemnización cercana a los 100.000 euros (88.000 al perjudicado y más de 7.000 euros al Sacyl).
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