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El juicio por el asesinato de la joven burgalesa Silvia Plaza ya tiene nueva fecha. Será el próximo 28 de septiembre cuando se celebre la vista oral de un caso que conmocionó a la ciudad en abril de 2018 y por el que la Fiscalía ... pide para el presunto asesino una pena de 25 años de prisión.
La vista debería haberse celebrado el pasado 10 de febrero. Sin embargo, apenas unos días antes, el abogado defensor de J.D.L.C. renunció a representarle, alegando que había «perdido la confianza» en él. Esa circunstancia obligó a la Audiencia a posponer el juicio a la espera de que el acusado encontrara otro abogado. Y entonces, llegó la pandemia, que ha alargado aún más los plazos.
En todo caso, este retraso no cambia los cimientos sobre los que se sustenta el juicio. El acusado, un hombre de 36 años sobre el que recaía una orden de alejamiento de la víctima y una orden de búsqueda desde el 6 de abril de ese mismo año, se enfrenta a tres delitos: maltrato habitual en el ámbito de la violencia de género, un delito de quebrantamiento de medida cautelar y un delito de asesinato con alevosía.
Según el relato de la Fiscalía, el acusado y la víctima mantuvieron una relación sentimental desde 2015 hasta poco antes de que los hechos acontecieran, conviviendo juntos durante parte del tiempo que duró su relación.
A lo largo de la relación, el acusado desarrolló una conducta «de carácter celotípico y violento», ejerciendo control sobre la víctima. Además, durante la relación el acusado golpeó en diversas ocasiones a su pareja con el ánimo de atentar contra su integridad física.
Como el hecho que ocurrió el 17 de octubre de 2017, cuando el acusado la golpeó por diversas zonas del cuerpo. La Policía Nacional localizó a la víctima con la cara ensangrentada y desorientada, por lo que la trasladaron al Hospital Universitario de Burgos. En esta ocasión, la víctima interpuso una denuncia contra su pareja que no llegó a ratificar.
Unos meses después, en marzo de 2018, la víctima interpuso una segunda denuncia que dio lugar a una sentencia condenatoria por delito de maltrato y quebrantamiento de medida cautelar.
Sin embargo, y según señala el escrito de la Fiscalía, el acusado no dejó de telefonear a Silvia, llegando a tener incluso contacto personal en varias ocasiones antes del día 29 de abril, cuando ocurrió la brutal agresión que acabó con su vida.
Ese día el acusado se vio con un amigo al que acusó de mantener una relación con su expareja, volviendo a llamar a la víctima por teléfono para confirmar sus sospechas. Tras discutir y pelearse con su amigo, Silvia llegó hasta donde se encontraba el acusado con su amigo y allí, «movido por los terribles celos que tenía», corrió hacia la mujer.
Los hechos tuvieron lugar en la madrugada del 29 de abril, en la calle San Antón de Gamonal. Allí, a la una y media de la madrugada, un vecino alertó a la policía de que un varón estaba propinando patadas a una mujer que estaba en el suelo.
La víctima recibió un primer golpe en la cara por el que cayó al suelo, después, y sin tener opción de levantarse, reaccionar o defenderse, el acusado, continuó propinándole un número indeterminado pero numeroso de golpes en forma de patadas y pisotones en la cabeza, abdomen y extremidades de la víctima, «movido por el ánimo de acabar con su vida», según afirma el escrito de la Fiscalía.
Cuando los agentes de policía llegaron al lugar de los hechos la víctima aún seguía viva y fue trasladada a la UCI del Hospital Universitario de Burgos, donde acabó falleciendo la noche del 29 de abril a consecuencia de los golpes recibidos que le provocaron la muerte cerebral.
Por ello, la Fiscalía pide 2 años de prisión por un delito habitual de violencia de género, un año por quebrantamiento de la medida cautelar de no poder acercarse a la víctima y 22 de prisión por asesinato. Además, pide al acusado la cantidad de 51.141,60 euros de indemnización para cada uno de los padres de la víctima, 19.428 para cada uno de sus dos hermanos, 3.274,10 euros por los gastos derivados del tratamiento y asistencia en el Hospital Universitario de Burgos y 5.433,27 por los gastos del funeral.
El asesinato de Silvia, y la brutalidad con la que se produjo, echó a las calles a la sociedad burgalesa, que gritó 'basta ya' contra la violencia de género y que ahora espera el comienzo del juicio.
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