Aunque ya se han comenzado a ver algunos carteles, no será hasta dentro de algunos días cuando comiencen de manera efectiva las rebajas. Unas rebajas que este año vienen condicionadas por la «nefasta» temnporada de primavera que ha vivido el comercio burgalés, lastrado ... como pocas veces por la adversa meteorología.
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Según explica el portgavoz de la Federación de Empresarios del Comercio (FEC) de Burgos, Julián Vesga, la meteorología «no ha acompañado» y «las ventas han sido pírricas» en los últimos meses. La situación es simple. Con nieve, lluvia y frío, la gente sale menos de su casa y, en todo caso, no compra productos de la temporada de primavera.
Esa circunstancia, además, ha derivado en otro problema más allá de la propia escasez de ventas. Y es que, los almacenes están repletos de productos que hay que colocar en el mercado para hacer sitio de cara a la temporada de otoño. «En general, los comercios de todos los sectores tienen este año un stock enorme» que confían en sacar de los almacenes en una campaña de rebajas que se espera positiva. «A ver cómo va», añade Vesga.
Sea como fuere, y al margen de esa 'exigencia' por sacar el producto, los comerciantes no prevén grandes modificaciones respecto a campañas anteriores. Así, cada establecimiento planteará su particular estrategia, tanto en el ámbito temporal como en el de los descuentos. Y todo ello con la intención de terminar de levantar un sector muy castigado por la crisis y la «competencia de las grandes cadenas».
En este sentido, Vesga insiste en la reivindicación que desde hace muchos años enarbolan los pequeños comercios. «Nos gustaría que las rebajas estuvieran más reguladas» en diferentes aspectos, empezando por el marco temporal. «Algunas grandes cadenas ya se han adelantado» al inicio oficial de las rebajas, previsto teóricamente para el próximo 1 de julio, y eso supone un hándicap para los pequeños comercios, asegura Vesga. Y más, añade, cuando las grandes cadenas mantienen «rebajas encubiertas» a lo largo del año.
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Además, los pequeños comerciantes también mantienen otro frente abierto. Y es que, el incremento de la competitividad en el sector obliga a los establecimientos a contar con conexiones de calidad. Y eso, en el centro histórico, continúa siendo un problema. «El Ayuntamiento y Telefónica se echan la pelota de un lado a otro» y hoy en día hay muchos comercios que no cuentan con conexión de fibra óptica en pleno centro, uno de los principales entornos comerciales de la ciudad.
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