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Vehículo eléctrico cargándose. BC

El coche eléctrico despega en Burgos, pero su presencia sigue siendo minoritaria

Alrededor de la tercera parte de los turismos puramente eléctricos actualmente matriculados en Burgos se han vendido entre enero y septiembre de este año, pero el total apenas supone un 0,24% de todo el parque automóvil

Martes, 21 de noviembre 2023, 07:26

La presencia de los vehículos eléctricos en las carreteras de Burgos continúa siendo residual, pero cada vez lo es un poco menos. Y es que, su implantación avanza lenta, pero mantiene una clara línea ascendente, impulsada por múltiples factores, como una significativa mejora de la ... tecnología, el aumento de la autonomía o los efectos de las diferentes campañas de bonificación implantadas por las administraciones.

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Así, las cifras que maneja la Dirección General de Tráfico (DGT) avalan que el peso de los eléctricos dentro del parque automóvil de la provincia es casi insignificante, pero es muy superior al que tenía hace apenas cuatro años.

En 2019, apenas 167 vehículos completamente eléctricos estaban matriculados en Burgos, lo que suponía apenas el 0,06% del total de los vehículos registrados (264.996). Hoy, su número se ha multiplicado por cuatro, hasta alcanzar las 678 unidades de un parque móvil que en líneas generales también ha crecido hasta los 274.801 vehículos. Aún así, todos ellos apenas suponen el 0,24% del total, a años luz de la presencia que mantienen los vehículos diésel (157.398) y gasolina (109.747).

En esta estadística se incluyen todos los tipos de vehículos matriculados en Burgos, aunque obviamente, la electrificación de los motores va por barrios. Así, es el mercado de los turismos (472 de un total de 197.444) y el las motocicletas (123 de un total de 20.514) donde el motor eléctrico parece haber entrado con mayor fuerza. Menos presencia tiene ahora mismo en el mercado de camiones (5 de un total de 18.169), furgonetas (40 de un total de 21.4646) y autobuses (1 de un total de 464).

En este sentido, cabe destacar que el impulso a las matriculaciones dibuja en los últimos meses una clarísima tendencia al alza. No en vano, más de un tercio de los turismos y todoterrenos puramente eléctricos matriculados ahora mismo en la provincia (165) salieron del concesionario entre enero y septiembre de este año.

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La estadística, además, ha de ser observada teniendo en cuenta el avance de los híbridos, tanto enchufables como tradicionales. Y es que, ahora mismo, las motorizaciones alternativas son las líderes del mercado, aunque a la hora de registrar el coche, la DGT los incluye en el apartado de combustión, ya sea diésel y gasolina.

Infraestructura

Con todo, esta lenta, pero progresiva implantación del vehículo eléctrico está viniendo de la mano de un paulatino despliegue de la infraestructura de carga, sin duda uno de los factores clave para su desarrollo a corto y largo plazo, al que todavía le queda mucho camino por recorrer.

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Ahora mismo, la provincia de Burgos cuenta con cerca de 150 ubicaciones de carga públicos, que suman alrededor de medio millar de puntos de carga de diferentes potencias y características. La diferencia respecto a los datos de hace cuatro años es abrumadora. Entonces eran apenas una treintena de ubicaciones con poco más de cien puntos de carga, la mayoría de ellas operativas en los tres grandes municipios de la provincia y en el eje de la A-1.

A este respecto, la expansión registrada en los últimos ejercicios ha sido también territorial. Así, actualmetne hay un buen puñado de municipios dotados con puntos de carga públicos, como Agés, Vadocondes o Alarcia, entre otros muchos. Eso sí, la infraestructura de carga continúa estando concentrada en los tres Burgos, Aranda y Miranda, sobre todo a raíz de la instalación por parte de Zunder de un buen puñado de puntos, fundamentalmente en la capital provincial.

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Aún así, los expertos coinciden en apuntar que la infraestructura desplegada en los últimos años aún no es capaz de cubrir las necesidades de un cambio de modelo como el planteado para el coche eléctrico, que todavía tiene ante sí un larguísimo camino por recorrer para terminar de afianzarse, incluyendo, como no puede ser de otra manera, el abaratamiento de los costes.

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