Una oda al Carnaval del frío

Así al menos lo entiende el coreógrafo Alberto Estébanez, encargado esta tarde de dar el pistoletazo de salida al Carnaval desde el balcón de la Casa Consistorial. «Mucha gente envidia los erotizados carnavales de pieles bronceadas y de cuerpos esculpidos con glúteos de acero y abdominales chocolateros. Pero en esos carnavales no hace frío, no hay excusa para solicitar calor, no hay ningún vaho que envuelva el áurea de aquellos que festejan a Baco, jocundo y cachondo, ni que decir que en caso extremo tampoco pueden ocultar el motivo de su excitación si la hubiera». Ahí va la declaración de intenciones.

Y es que, de eso van unos festejos que, tal y como ha recordado Estébanez en un pregón dominado por la letra c, mezclan tradición y paganismo, remontando sus orígenes a las Saturnales y Bacanales romanas, en las que la danza y el baile eran ingredientes esenciales. Unos ingredientes que, siglos después, siguen ahí.

Por eso, el mensaje es simple. Hay que «gozar» de la fiesta. «Aquí utilizamos el Carnaval para disfrutar de una permisividad y desenfreno que teníamos escondidos todo el año y que sale a la calle, con frío, sin frío, con nieve..., ¡porque ir pa ná! ¡NO! si el burgalés va, es que va, y va con todo». Dicho queda. Ahora, depende de los burgaleses, acostumbrados como están a batallar con ambientes gélidos, dar el do de pecho.

Para ello, el Consistorio ha preparado una serie de actividades que se desplegarán durante las próximas jornadas por toda la ciudad, con especial incidencia en el centro histórico. Por sus calles se llevará a cabo mañana el tradicional desfile, que partirá de la Plaza del Rey San Fernando y morirá en la Plaza Mayor.

También habrá tiempo para las charangas y chirigotas, estas últimas a cargo de 'Los no aptos', representantes burgaleses en el Concurso Oficial de Agrupaciones carnavalescas (COAC) de Cádiz, y la Peña Recreativa Castellana. Tampoco faltarán los pasacalles, los cabezudos, los dulzaineros o el teatro infantil. ¡Ah!, y las discomóviles, que amenizarán unas noches que se aventuran gélidas.