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La campaña contra la prostitución y la trata de mujeres y niños con fines sexuales no ha dejado indiferente a casi nadie, y mucho menos a los colectivos feministas de Burgos, que la han calificado de «lamentable». En concreto, los carteles incorporados a una campaña preexistente, de 2019, con la que sí están de acuerdo. De hecho, es la que pidieron que se recuperase para seguir concienciando a la sociedad burgalesa.
La Plataforma Abolicionista de Burgos, compuesta por Hypatia, La Rueda, Colectivo 8 de Marzo, Sinergia Feminista y Las Palabras Violetas de Miranda, ha pedido la retirada de los carteles, que «van en sentido contrario», ha apuntado Ángeles Ruiz, de Hypatia. Culpabilizan a las mujeres en lugar de poner el foco en los 'puteros', porque la prostitución se mantiene en tanto en cuanto hay demanda de servicios sexuales.
Dos de los cuatro nuevos carteles son «misóginos», pues apuntan como cómplices a mujeres como proxenetas (algo que no refleja la realidad del proxenetismo) y como madres que miran para otro lado cuando sus hijas se dedican a la prostitución. El tercer cartel hace referencia a la violencia general contra la mujer y el cuarto a la atención sobre la pederastia y la pornografía infantil.
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Así, la campaña «hace un flaco favor al feminismo», apunta Laura Pérez, de la Asociación para la Defensa de la Mujer La Rueda, quien considera que se han mezclado conceptos y que, en algunos casos, el mensaje no está claro. Sí lo estaba con la campaña de 2019, que apuntaba a los clientes, insistiendo en que los 'puteros' conviven en la sociedad de manera anónima, se mezclan sin llamar la atención.
Unas críticas que también se han lanzado a través de las redes sociales y, viendo la polémica suscitada, el Ayuntamiento de Burgos ha tomado la decisión de retirar dos de los cuatro nuevos carteles, los más polémicos. Recuerdan que se trata de la reedición de la campaña anterior a la que se suman los carteles para indicar que «el sistema prostitucional se lucra con la colaboración y la permisividad de quienes intentan minimizar sus efectos».
«Como en el resto de violencias contra las mujeres, el silencio es cómplice y es esa la intencionalidad con la que fueron diseñados, contando además con la aprobación de asociaciones que trabajan directamente con las mujeres víctimas de prostitución y trata«, apunta la Concejalía de Mujer e Igualdad, desde donde se insiste en que »no se pretendía en ningún momento que la culpabilidad fuera dirigida a las mujeres«.
De este modo, se eliminan los dos carteles referidos a mujeres, se dejan los otros dos y se mantienen los de la campaña anterior, que era «adecuada» pero no se le dio la suficiente difusión, apuntan las organizaciones feministas de Burgos. Para Pérez, las nuevas incorporaciones hacen que la campaña «no tenga un corte feminista ni abolicionista», son «una sorpresa desagradable», apunta Ruiz.
Por otra parte, Laura Pérez lamenta que la campaña no se haya consensuado con entidades sociales, al menos no con las que conforman la Plataforma Abolicionista, pero sobre todo la crítica va a la ausencia de colaboración del Ayuntamiento con las asociaciones. De un tiempo a esta parte, las iniciativas municipales les llegan como «hechos consumados», cuando antes se debatían en el Consejo de Igualdad y en las comisiones, para que las entidades sociales pudiesen aportar sus ideas.
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