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Burgos es una ciudad segura. Al menos en lo que se refiere a robos con fuerza en domicilios, un tipo de delito que ha ido en descenso en los últimos años, una tendencia que no ha frenado la pandemia de la covid-19. Casos ... hay siempre, pero son robos o intentos de robo aislados, sin conexión entre sí, sin que exista una banda organizada por detrás, como en épocas anteriores.
Alfonso Rodríguez Santocildes, inspector jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Judicial de Burgos, afirma que «los números son buenos». Los informes anuales que ofrece el Ministerio del Interior reflejan ese descenso en los delitos de robo en domicilios en la capital, que han pasado de 196 en el año 2018 a los 164 registrados en 2021.
«Estamos mejor que antes de la pandemia. En otros delitos (como los sexuales) se ha subido mucho después de la pandemia, pero en los robos no», insiste Rodríguez Santocildes. Eso sí, siempre habrá un «número residual» de robos en viviendas, pues la delincuencia no para. Pero en la unidad no hay una preocupación especial ya que las denuncias que reciben son «hechos aislados».
El inspector jefe insiste en que «no estamos sufriendo oleadas de grupos organizados», que enseguida se detectan pues se concentran por zonas y usan un mismo método. Ahora no, los casos que se denuncian están repartidos por toda la ciudad, lo delincuentes usan diferentes métodos y no en todas las ocasiones consiguen su objetivo. Hay intentos «muy burdos» y poco profesionales.
Y este tipo de robos se denuncian siempre, aunque solo sea porque hay que dar parte a los seguros para que arreglen las cerraduras forzadas, por ejemplo. Así que si hablamos de robo con fuerza en domicilios las denuncias reflejan la realidad, lo que quiere decir que los ciudadanos no puedan sentirse intranquilos, sobre todo si ha habido algún intento en su entorno.
«No hay nada peor que te roben en casa», admite Rodríguez Santocildes, pues violan tu intimidad y pierdes esa sensación de seguridad. De ahí que la Policía Nacional siempre tenga a mano una lista de recomendaciones para minimizar el riesgo de robo, que se puede producir en cualquier momento, incluso esos diez minutos que bajamos a comprar el pan.
De todos es sabido que alardear de que nos vamos de vacaciones, y dejamos la casa vacía, es poner sobreaviso a los delincuentes. No debemos contarlo por las redes sociales, pero tampoco en nuestro entorno ni entre nuestros conocidos, recuerda el inspector jefe de la UDEV. Cuanta menos gente sepa que la vivienda va a estar vacía durante un tiempo, mejor.
La recomendación de la Policía Nacional es que, cuando nos vayamos de vacaciones, dejemos a alguien de confianza al cuidado para que vaya a abrir periódicamente la puerta, a recoger el correo, incluso a mover las persianas (que no deben quedar cerradas totalmente). De este modo, se da sensación de presencia y, sobre todo, se inutilizan los marcadores.
Y es que la forma de actuar de los ladrones es bien conocida: entran en un bloque, ponen sus testigos en las puertas (pequeños plásticos entre la hoja y el marco, hilos de pegamento, fibras en las cerraduras) y se pasan un tiempo después. Si ven que los testigos siguen en su sitio es que la vivienda está vacía y pueden entrar sin riesgo de encontrarse con los propietarios.
También se aconseja dejar programado algún electrodoméstico para que haga ruido, incluso las luces (sobre todo en las viviendas unifamiliares) y fijarse en los detalles, ya como vecinos. Si hay vaselina en las mirillas es que se planea algún acto delictivo. Mejor dejar colocados los felpudos tras limpiar, aunque no estén los vecinos, para «no darles pistas».
«Lo importante es que la gente, en cuanto tenga la más mínima sospecha, llame al 091», insiste Rodríguez Santocildes. Si detecta cualquier testigo, si ve a gente extraña en el inmueble, si se llama muy insistentemente a los timbres... «Nosotros lo comprobamos todo», afirma, y pide que se conteste en los porteros automáticos porque es una forma de demostrar que hay gente en la vivienda.
Por descontado, implementar medidas de seguridad extra siempre es una buena idea. Alarmas, puertas acorazadas, cámaras de vigilancia (que además vienen muy bien para las investigaciones policiales...). «Cuanto más invirtamos en seguridad más difícil se lo ponemos a los delincuentes», asegura, pero sin olvidar cosas básicas como dejar cerradas las ventanas cuando nos vamos de vacaciones o dar un par de vueltas a la llave incluso si solo bajamos a hacer un recado.
Los delincuentes buscarán los objetivos más sencillos, así que toca ponérselo difícil. Al menos así se disuade a los menos profesionales, pues las bandas son ya otra cuestión, si bien el trabajo de rastreo realizado por la Policía Nacional ha dado sus frutos. Desde que se detuvo en Málaga al grupo mixto de italianos y serbocroatas, responsables de numerosos robos, la ciudad está tranquila.
Todas las noticias de Burgos, en BURGOSconecta.es.
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