Desmantelado el laboratorio de uno de los escalones más altos del tráfico de droga en Burgos

La operación Cane Bianco, de la Policía Nacional en Burgos coordinada con el Servicio de Vigilancia Aduanera, ha culminado con dos detenidos, la incautación de decenas de kilos de droga, dinero, armas de fuego, un coche habilitado para transportar las sustancias y, además, el desmantelamiento de un laboratorio clandestino.

Supone esta operación uno de los mayores golpes contra el tráfico de drogas de los últimos años en Burgos. «La operación desarrollada ataca al escalón más alto del tráfico de drogas conocido hasta ahora en Burgos», se asegura desde la Policía Nacional. La magnitud de la operación ha llevado a que se presentaran los resultados conjuntamente con el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente, y el comisario jefe provincial operativo de la Comisaría Provincial de Burgos, Benito Martínez.

Las operaciones antidroga siguen sumando éxitos en Burgos, el año 2025 comenzaba ya con el desmantelamiento de dos puntos de venta en la ciudad.

Además de la incautación de grandes cantidades de cocaína y hachís, la importancia de esta operación reside también en el hallazgo de un laboratorio clandestino, utilizado por el principal investigado. Este hombre, que está en prisión provisional, era también destinatario de las sustancias estupefacientes que, posteriormente, cortaba y preparaba en este laboratorio preparado con todo lo necesario, para doblar sus beneficios. «Poseía todos los útiles necesarios para la manipulación, corte y multiplicación de importantes cantidades de cocaína», se asegura desde la Policía Nacional.

Se completa la incautación con la aprehensión de dinero en efectivo, pistolas, un táser y varios vehículos, entre otros objetos.

Se han conseguido intervenir 125.000 euros en efectivo, distribuidos en cinco fajos de billetes, que estaban en poder de uno de los dos detenidos. Precisamente era el correo de la cocaína el que portaba este dinero cuando fue abordado en el operativo de la Policía Nacional que ha culminado la operación Cane Bianco.

Tras las dos detenciones, los dos hombres ya están en prisión provisional, se han practicado también tres registros policiales con autorización judicial. Se ha entrado en un piso y dos trasteros. En los se han localizado las armas de fuego, una de ellas simulada, que ya están siendo analizadas por la Policía Científica.

La operación se remonta al verano de 2024. En ese momento, los agentes de la Policía Nacional de Burgos, en coordinación con funcionarios de la Dirección Adjunta de Vigilancia Aduanera con destino en la capital, se pusieron tras la pista de un vecino de la ciudad. Tenían información que le relacionaba con el tráfico de drogas.

Pero fue a comienzos de este 2025 cuando se monitorizaban y controlaban los movimientos del individuo, tras meses de diligencias policiales conjuntas, coordinadas bajo el control del Juzgado de Instrucción Cuatro de Burgos. «Las rutinas y medidas de seguridad dificultaban seriamente la consecución de indicios criminales de su participación en el tráfico de drogas», añaden desde la Policía Nacional.

Fue el 17 de enero cuando los agentes desplegaron un operativo en las inmediaciones del domicilio del investigado. La vivienda se sitúa en el distrito oeste de la capital. Los agentes detectaron una cita con un hombre desconocido y sospecharon que, entre ambos, se iba a producir un intercambio de droga por dinero. Así que, se interceptó y registró a este presunto correo de droga y tenía en su poder cinco fajos de billetes con un valor de 125.000 euros. Inmediatamente procedieron a su detención por un presunto delito de tráfico de drogas.

De manera inmediata, se entró y registró la vivienda del receptor de la droga. Allí encontraron cinco paquetes de cocaína, perfectamente cerrados, con un peso de más de 5,6 kilos. Este investigado, que se encontraba en su domicilio, también fue detenido y está siendo investigado por los delitos de tráfico de drogas y blanqueo de capitales.

Una vez detenidos el emisario y el receptor de la droga, se registró no solo el domicilio de este vecino de Burgos, también accedieron al trastero anexo a la vivienda, así como a otro trastero que el detenido tenía alquilado.

En el primero de los trasteros, se hallaron 33 kilos de hachís empaquetados y precintados, «esto da idea de la magnitud y grado de implicación delictiva de este sujeto», asegura la Policía. En el segundo trastero se encontró cocaína envuelta en bolsas de papel, cerca de un kilo más de droga. Además, se localizaron útiles, instrumentos y sustancias necesarias para elaborar, cortar y distribuir de manera profesional la droga.

Se ha encontrado acetona, lidocaina, fenacetina, además de otras pendientes de analizar, una empaquetadora de vacío, una prensa hidráulica para compactar sustancias, moldes y básculas de precisión.

La hipótesis es que el receptor de la droga detenido, una vez recibía la cocaína de alta pureza, la cortaba con las sustancias apropiadas para, posteriormente, empaquetarla de nuevo y venderla, doblando sus beneficios. «De esta manera lograba engañar a otros traficantes de la cadena de distribución, con la añadida repercusión final en términos de mayor riesgo para los consumidores finales», explica la Policía Nacional.

«El hallazgo de dos pistolas, una de fuego real y otra simulada o un inmovilizador eléctrico en perfecto estado de uso demuestra su elevado status y su potencial peligrosidad», aseguran desde la Comisaría de Policía Nacional.

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