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Y un día de 2013 un jet privado aterrizó en el aeropuerto de Burgos en lo que de momento ha sido su último vuelo. Esa jornada, de la que ya han transcurrido 8 años, el jet privado Hawker Siddeley HS-125-600A, que se ... puede ver desde el aparcamiento de la instalación de Villafría, se estacionó muy cerca del acceso a la terminal.
Y ahí se quedó. Sin molestar a la actividad comercial ni a la escuela de aviación, pero generando día tras día una deuda con Aena que, según comentan los asiduos del aeropuerto, podría «superar ya los 20.000 euros».
Ante esta situación, la empresa pública que gestiona los aeropuertos de interés público en España se ha cansado de seguir viendo el jet privado con las ruedas deshinchadas, delimitado por cuatro conos y varado a la espera de un futuro mejor, por lo que ya ha iniciado el procedimiento legal para declararlo en abandono.
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Un proceso de larga duración según apuntan desde Aena, pero que serviría, una vez concluido, para sacarlo a subasta. «En esos trámites (varias publicaciones en el Boletín Oficial del Estado, entre otros asuntos) hasta podría volver a aparecer el dueño y volverse a hacer cargo del avión», recalcan desde la empresa pública, que reconocen que el jet privado, con capacidad para 14 pasajeros, «no ha estado abandonado la totalidad de estos ocho años».
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