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Había hambre de fútbol en Burgos. Cientos de personas se congregaron hoy en la Plaza Mayor para disfrutar en compañía del partido de semifinales de la Eurocopa entre España y Francia. Allí, en pleno corazón de la ciudad, y tal y como anunció el lunes la alcaldesa, Cristina Ayala, se instaló por la mañana una pantalla gigante para que todos los que quisieran pudieran ver el partido con un gran ambiente.
Y la respuesta fue masiva. Ya desde horas antes del choque se veían algunas camisetas de La Roja pululando por el centro de la ciudad, y a medida que se acercaban las nueve de la noche, el rojo y el amarillo se hacían más presentes en el centro de la plaza y en las numerosas terrazas que la circundan, totalmente abarrotadas. Camisetas, banderas y caras pintadas en los rostros de jóvenes, mayores y familias enteras que se levantaban con el himno antes del inicio de un partido no apto para cardíacos.
Máxime con el mal arranque firmado por los de Luis de la Fuente, que a las primeras de cambio se vieron por debajo en el marcador merced a un gol de Kolo Muani que enfrió, y mucho, los ánimos.
Sin embargo, el golazo de Lamine Yamal, celebrado con rabia por los burgaleses apostados en la Plaza Mayor, y el posterior gol de Dani Olmo volvieron a encender a la afición. Abrazos, gritos y manos a la cabeza.
Y luego, durante la segunda parte, muchos nervios entre la multitud, que a pesar de la fina lluvia que acompañó la noche no perdió su sitio. Y todo para ver cómo España se clasificaba para la final de la Eurocopa.
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