Todavía falta mucho para que los niños de San Ildefonso canten esa serenata que resuena en cada rincón del país el 22 de diciembre; sin embargo, la Lotería de Navidad ya está entre nosotros. Desde el 12 de julio se puso en marcha la campaña ... que terminará el día del sorteo con cientos de afortunados a los que les corresponderán «miiiiiiiiiiil euuuuuuuuros». Solo los más afortunados podrán convertirse en millonarios.
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Pero aunque la estadística cuenta cada año que es poco probable que seamos nosotros los afortunados, también cada año la venta de décimos deja ventas cada vez mayores. Hasta el momento, en Burgos se han vendido ya unos 700.000 euros en ventas en terminal (esos números que tú eliges y la máquina te imprime si están disponibles) y aproximadamente dos millones y medio de euros en décimos tradicionales.
«Son datos que no se pueden dar exactos porque hay administraciones de lotería que la venden pero no la notifican hasta que no la liquidan el 22 de diciembre», explica Ángel Álvarez, delegado en Burgos de Loterías y Apuestas del Estado. Tampoco se conoce la consignación real para Burgos, «que no se sabrá hasta octubre o noviembre», pero en vistas de las ventas del pasado año «y lo que se consignó para 2022, este 2023 la consignación en Burgos para la Lotería de Navidad rondará los 50 millones de euros».
Y aunque todavía es pronto para conocer las anécdotas que, sin duda, dejará el sorteo de Navidad, los primeros en comprar los décimos para este sorteo ya han dejado algunos chascarrillos, como el del hombre que quería comprar siete décimos de un número concreto. «Cuando vi que acababa en 23 supe que era una fecha, le pregunté y me dijo que era la fecha de nacimiento de su nieto. Vino a darme las gracias un día porque le dije dónde estaba consignado, creo que era en Zaragoza, llamó por teléfono y le mandaron los siete décimos», indica Ángel Álvarez.
Porque si algo tiene claro el delegado en Burgos es que los décimos con «terminaciones en 23 no se va a devolver ninguno, porque son fechas señaladas del año y cada uno tiene su fecha». En esa cotidianidad se esconden a veces las anécdotas que rodean a este sorteo.
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«Tengo una anécdota que ocurre todos los años, y es que viene un hombre a buscar el décimo con la fecha en la que se divorció. Como le va muy bien lo celebra y, además, luego se va a comer con los amigos y les regala un décimo de este número. Solo le veo cuando quiere el décimo de lotería de Navidad, es una tradición», cuenta entre risas.
Ángel tiene claro que la fecha de la Dana va a ser casi imposible de conseguir: «Donde esté adjudicado el 30923 no van a devolver ningún décimo». Ya pasó con otras fechas históricas, de atentados, fenómenos meteorológicos o, más recientemente, fechas concretas de la pandemia de covid-19.
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Quedan más de tres meses para que el bombo de la Lotería marque la suerte de unos pocos, pero de momento la venta de décimos lleva un buen ritmo en Burgos, especialmente en las administraciones del centro. «Donde van los turistas es donde más se vende, se hospedan aquí y se llevan un décimo, porque, como dice el eslogan, '¿y si cae aquí?'», finaliza Ángel.
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