Burgos trabaja en un protocolo pionero contra la mordedura de víboras

Los cuerpos de fuerzas de seguridad de Burgos, Policía Local, Bomberos y Protección Civil, junto con el Hospital Universitario y el Ayuntamiento de Burgos se han unido con el fin de crear un protocolo pionero para la actuación y prevención frente a las picaduras o mordeduras de víboras.

Esta idea surge a raíz del primer avistamiento de víboras por varias zonas de la capital, el cinturón verde es el lugar en el que más presencia hay. Estos reptiles aparecen en gran medida durante la época de calor, entre los meses de mayo a octubre. Esto ha generado cierta alarma social entre los vecinos de Burgos.

Por eso varios organismos de la capital se han reunido para «observar que se podía hacer y cómo podíamos mejorar la manera de atención y de prevención de picaduras de víboras», declara Milagros del Campo, concejala de Sanidad. Para poder informar a la población, trasmitiendo tranquilidad y prudencia.

Varios representantes de cada organismo han advertido de no manipular, ni tocar a estos animales cuando se los encuentren. En caso de haber recibido una picadura llamar al Hospital Universitario de Burgos, para que allí pueda ser atendido en la unidad especializada en estos accidentes. «Tenemos una zona especializada por la prevalencia que tiene Burgos de picaduras de víboras», recalca del Campo.

Durante la jornada del viernes parte de los servicios sanitarios, en concreto la unidad de toxicología del HUBU y parte de los servicios de Bomberos han mostrado ambos protocolos para organizar uno conjunto, «un decálogo de ideas, de qué hacer y qué no hacer cuando a través del 112 se de un aviso», añade Ignacio Peña, concejal de Seguridad Ciudadana.

«Yo no conozco ningún servicio que tenga ningún procedimiento operativo», declara Miguel Ángel Extremo, jefe de Bomberos de Burgos. Con lo cuál sería un protocolo pionero de la región española. «Es muy necesario», recalca Extremo, ya que Los ciudadanos reclaman la atención de los bomberos cuando sucede una mordedura, «nosotros actuamos según nuestro protocolo, pero si hay uno conjunto se facilitaran más las actuaciones», destaca el jefe de bomberos.

En la capital burgalesa coinciden tres especies de víboras y eso «hace que tengamos más casos que el resto», explica Alejandro López, médico de la unidad de Toxicología clínica del HUBU. Además varios zonas en las que hay presencia de estos reptiles coinciden con el Camino de Santiago. Esto causa mayor número de mordeduras por el no conocimiento de actuación y de la imprudencia en estos casos.

«Los accidentes ofídicos son más frecuentes en manos», manifiesta López, esto se debe a que muchas de las personas van a tocar el animal o a matarla. «Si la gente sigue jugando con la serpiente matando serpiente y tocando serpiente van a terminar con antídoto en el hospital», confiesa Alejandro.

La unidad de Toxicología atiende a la personas que ha solicitado asistencia sanitaria tras el accidente, pero los médicos no pueden saber a simple vista dos cosas, «la cantidad de veneno que se le ha inoculado y la toxicidad del veneno», explica el sanitario. Esto supone una vigilancia exhaustiva del paciente para hacer un seguimiento minucioso.

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