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La glorieta Jorge Luis Borges de la capital burgalesa ha protagonizado un estudio realizado por la consultora especializada en movilidad, GEA21, sobre el peligro de la coincidencia de la luz ámbar del semáforo con la verde que da paso a los peatones, según refleja el artículo 'El peligro está en el ámbar' publicado el martes en la revista de la DGT.
El informe, encargado por la entidad británica Safer Roads Foundation (SFR), pretendía analizar los riesgos de accidente existentes en la simultaniedad de ambas fases del semáforo de vehículos y peatones.
El proyecto muestra el peligro continuado de accidente en los lugares donde se produce esta circunstancia para abordar la supresión del ámbar parpadeante por otras fórmulas que mejoren la seguridad del peatón.
Ante las evidencias reflejadas en el mismo, el Ayuntamiento de Burgos ya ha eliminado esta fase parpadeante de los semáforos en diez intersecciones de la ciudad, a la vez que estudia ampliar esta medida en algunos puntos más.
El responsable de la Unidad de Tráfico del Ayuntamiento de Burgos, Ángel Barrio, explicó la aplicación de este cambio en la citada glorieta de la capital burgalesa, en la que ahora solo se ilumina el verde que da paso junto a una cuenta regresiva y el rojo que indica detención.
«Cuando haya gran congestión del tráfico en la zona, recuperaremos el ámbar intermitente por seguridad del peatón. Esto ocurre en las horas de entrada y salida de varios colegios de la zona», señaló sobre excepciones que podrían llevar a revertir de forma temporal esta modificación.
Además, aseguró que se produjo un «aumento de la siniestralidad de entre el 7% y el 8%», aunque con choques «de poca importancia». «Los conductores aún no se han familiarizado con la modificación», opinó.
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La concepción inicial del ámbar parpadeante en intersecciones como las de la glorieta burgalesa en su confluencia con la Avenida del Cid y Cantabria responden a la necesidad de agilizar el tráfico, ya que esta señalización no obliga a pararse a los vehículos si no hay ciudadanos cruzando.
El problema reside en el comportamiento de algunos conductores que no respetan, ya sea por voluntad, falta de visibilidad o por otra circunstancia, la prioridad de los peatones en este tipo de situaciones.
En intersecciones y giros, cuando la luz verde también habilita el paso a peatones, se generan situaciones de accidente que, según concluye el estudio realizado en la capitla burgalesa, podrían revertirse con otro tipo de alternativas de regulación del tráfico.
Por su parte, el concejal de Tráfico, Adolfo Díez, subrayó que el parón por la pandemia permitió «evaluar bien» esta medida antes de implantarla, durante un tiempo, con una fase breve de 9 segundos en rojo antes de volver al ámbar para los vehículos que «solía funcionar».
Díez también reconoce la importancia de la bajada de la velocidad en diversas vías urbanas a los treinta kilómetros por hora, una medida «decisiva» con la que «muchos conductores han corregido sus conductas». «En caso de atropello, las lesiones son mucho menos graves», añadió.
Los datos arrojan una cifra de cuatro fallecidos (a los que se suman dos más a finales de 2021) en los 33 atropellos registrados en los seis primeros meses del año en Burgos.
La estadística ascendió el pasado año hasta las 67 personas arrolladas y es por ello que, pese a esa reducción en la velocidad permitida, se plantean otras alternativas para continuar con la mejora de la seguridad de los peatones.
El objetivo del estudio es presentar propuestas de mejora ante el organismo que regula el tráfico en España para que, como ya se hiciera en el Reino Unido, se plantee una modificación de la normativa en múltiples puntos para conservar únicamente el rojo y el verde.
Ahora, la DGT pondera la supresión del ámbar parpadeante de los semáforos españoles -único país del mundo que lo mantiene junto al peatón verde- aunque son los Consistorios los que deben -si lo consideran- aplicar estas variaciones, afirma en el artículo el director ejecutivo del Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC), Antonio Avenoso.
La otra posibilidad sería una revisión de la normativa nacional de pasos de peatones para unificar criterios y establecer las mejoras que eviten estas situaciones en las que se producen «hasta un 25% más de atropellos», destaca el director de SFR, Michael Woodford.
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