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Semestre tras semestre, los informes demográficos nos dejan mal sabor de boca. Con datos constatamos que Burgos se sigue vaciando. La natalidad continúa a la baja, pese a la remontada que se vivió en los primeros años del siglo XX. Cada vez nacen menos niños ... mientras vamos despidiendo a nuestros mayores, que cumplen etapa sin dejar relevo generacional para mantener viva la provincia (y su medio rural).
El INE ha dado a conocer el último de estos informes, sobre Movimiento Natural de la Población, correspondiente al primer semestre de 2019. Y, de nuevo, el saldo vegetativo en Burgos sale negativo. Se han registrado 1.169 nacimientos, lo que supone un 1,9% menos que durante el primer semestre de 2018, cuando se contabilizaron 1.192.
Frente a los niños que han venido al mundo nos encontramos con 2.000 defunciones, un 5,5% menos que en 2018. Entonces fueron 2.117 las personas fallecidas en Burgos durante los seis primeros meses del año. De este modo, el saldo vegetativo sale 831 personas en negativo y, mientras sigan falleciendo más burgaleses de los que nacen, Burgos se irá vaciando, a expensas de la llegada de foráneos a nuestra provincia.
El informe de Movimiento Natural de la Población deja conclusiones ya constatadas en la realidad. De las 4.008 personas fallecidas en 2018, 2005 eran mujeres. Y, de ellas, 1.204 estaban viudas y 479, casadas. Los datos se dan la vuelta en el caso de los hombres, con 1.020 fallecidos casados y 469 viudos. Del total, 722 eran personas solteras y 114, divorciadas.
En la capital fallecieron 1.732 burgaleses, mientras que en municipiso de hasta 10.000 habitantes fueron 1.565. Si hablamos de nacimientos, 1.308 de los 2.351 registrados en todo el año fueron en Burgos capital; el resto, en la provincia, 544 en municipios menores de 10.000 habitantes.
El 48,62% de los nacimientos correspondieron al primer hijo de la mujere, mientras que el 40,32% fue el segundo hijo. Terceros y cuartos ocupan el 8,38% y el 2,68%, respectivamente. Eso sí, se registraron 41 cuartos nacimietnos, 12 quintos, 3 sextos y séptimos y hasta un nacimiento que hacía el número 8, 9 y 10.
La edad media de las madres rondaba los 33 años, siendo la década de los treinta la que mayor número de nacimientos acumula. En 2018, 33 jóvenes de menos de 20 años fueron madres, y también se registaron nacimientos en mujeres con más de 45 años (16 hasta los 49). En 2018 se registraron 2.337 partos, de ellos, 27 fueron dobles, y 150 nacieron de manera prematura.
De los 1.169 niños nacidos entre enero y junio, 603 fueron hombres frente a las 566 mujeres. Y la capital se queda con el 55% de los nacimientos, 647 para ser exactos. Mientras, 1.106 burgaleses fallecieron en la provincia, de los 2.000 totales. Nada de extrañar. En la España Vaciada la población joven se concentra en las ciudades y nuestros mayores aguantan preservando el medio rural.
Burgos es la tercera provincia de Castilla y León por número de nacimientos, después de Valladolid y León, que acumularon 1.617 y 1.152, respectivamente. A la cola se encuentra Soria, con 299. Si analizamos los datos de defunciones, la provincia se sitúa en un cuarto puesto. Nos adelantan León (3.282), Valladolid (2.550) y Salamanca (2.092). De nuevo, en última posición está Soria, con 594 fallecimientos.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado también los datos demográficos definitivos correspondientes a 2018. El pasado año se registraron 2.351 nacimientos frente a 4.008 defunciones. La tasa de natalidad se sitúa en los 6,62 niños por cada 1.000 habitantes, muy lejos de los 15,39 que se contabilizaban en 1975, inicio de las series históricas más modernas. Entonces nacían en Burgos más de 5.500 niños.
La natalidad empezó a caer en los años '80, siguió en los '90 y, cuando parecía que los descensos se cronificaban, llegó el cambio de siglo con un repunte en los nacimientos. En el año 2000 fueron 2.779 los niños nacidos en la provincia, pero en 2005 se subió hasta 3.057. La tendencia al alza se mantuvo hasta el año 2010, cuando se tocó el último techo con 3.360. Desde entonces, en caída libre.
La tasa de mortalidad se sitúa en 11,28 fallecidos por cada 1.000 habitantes. La esperanza de vida de los burgaleses es de 84 años, de media, aunque es más elevada para las mujeres (ronda los 87) que para los hombres (se queda en 81 años).
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