Burgos o Galicia: la nueva arquitectura que «arrebata la personalidad» a las ciudades

Este es el principal caballo de batalla de Resurgir Estético Burgos, que quiere que la ciudad mantenga su esencia a pesar de las nuevas edificaciones. Xavier y Luis salieron a la calle para preguntar a los burgaleses por sus preferencias y lo hicieron con un edificio que en estos días está siendo derrumbado: el edificio Zatorre, en el corazón de Santa Clara.

La encuesta que realizaron entre los vecinos de muchos de los barrios de la ciudad ofrecía cuatro opciones para sustituir el edificio de la calle Andrés Martínez Zatorre. Entre ellas se encontraba la propuesta real, mientras que las tres restantes fueron generadas con inteligencia artificial con la ayuda del arquitecto Pablo Álvarez Funes, director de estudios del Classic Planning Institute y representan diferentes estilos: arquitectura vernácula (opción A), puramente clásico (opción B) y un compromiso entre líneas clásicas y minimalismo moderno (opción D). En la opción C se muestra la propuesta real.

Ampliar

Tras preguntar a 276 residentes de diferentes barrios, los resultados revelaron que la mayoría prefiere diseños arquitectónicos más tradicionales en comparación con opciones más modernas como la propuesta. En concreto, las opciones B y D suman el 73,2%de los votos, mientras que la opción C (proyecto real) es la menos favorita de entre ellas con solo un 12% de los votos.

Ampliar

«No hace falta construir un edificio igual que los que había antes, pero sí algo que mantenga el carácter del barrio. Hay muchísimas opciones y no hay que ceñirse a un estilo específico, pero hay cosas básicas como la simetría, el uso de curvas en la medida de lo posible, que resultan más agradables», explican desde Resurgir Estético Burgos.

Noticia relacionada

La revolución estética llega a los edificios de Burgos

Ruth Rodero

Además, también abogan por el buen uso de la paleta de colores. «No hay una lista, pero llegados a este punto, algo que no sea blanco y negro. Hay imitación de piedra, ladrillo rojo, en edificios más recientes de estilo neoclásico, pero con colores muy vivos que muestra que se puede usar mucha creatividad y aún así mantenerlo vistoso», indican.

Porque aseguran que una división clásica de la fachada no quiere decir que el edificio tenga que ser clásico, pero sí que se pueda usar una serie de proporciones numéricas sencillas y agradables. En definitiva, «que hay edificios que son muy interesantes para los arquitectos, para alguien que haya tenido una formación, porque aprecian determinados detalles, pero que para el 99% de la población es simplemente feo».

«Queremos que se tenga en cuenta para quién son los edificios. En la provincia de Burgos hay unos 320 arquitectos colegiados, menos de uno de cada mil personas es arquitecto. ¿Debería esa minoría dictar la estética y no quien va a vivir allí? La arquitectura es inherentemente pública, es decir, vivas en ese edificio o no miles de personas va a tener que interactuar y verlo cada día», reclaman.

Por ello, desde su proyecto, invitan a los burgaleses a mirar los edificios que les rodean cambiando la perspectiva de su mirada y reclaman que la voz de los ciudadanos comience a ser escuchada.