Burgos aspira a crear el Burgos Food Center y el Burgos Automobile Center

Para ello, Vicente Marañón ya ha sondeado a algunas empresas de la capital. También a la Universidad de Burgos, a la Universidad Isabel I o la Fundación Caja de Burgos. A ellos les ha esbozado la idea, muy primitiva aún, que se inspira en el proyecto Basque Culinary Center de San Sebastián. Se trataría de crear un Burgos Food Center y un Burgos Automobile Center, y aunque nos nombres suenen muy rimbombantes, lo importante es el concepto que se esconde bajo la denominación, insiste el presidente de Promueve Burgos.

El primer paso, más o menos oficial, se dará cuando se convoque a las empresas de los sectores de agroalimentación y automóvil, en sendos encuentros, para presentar el proyecto. Serán ellas las que marquen si están interesadas en crear esos equipos de trabajo, en el que las grandes empresas podrían ampararse en las pequeñas para prestación de servicios y suministros sin tener que salir de Burgos, y las pequeñas en las grandes para crecer. Y la educación se podrían al servicio de la industria, para formar a los nuevos trabajadores, cubriendo los perfiles que demandan.

La clave para el éxito de la iniciativa sería, no solo el compromiso que adquieran empresas, entidades colaboradoras y el ámbito educativo, sino la posibilidad de asentar los equipos de trabajo en un edificio. «Crear un foro físico», insiste Marañón, en el que las empresas se ayuden entre sí, innoven y desarrollen proyectos de investigación. «Habría que marcarse objetivos de investigación también, con un equipo multidisciplinar». De este modo, la industria de Burgos se retroalimentaria, en todos los sentidos, y su crecimiento sería también el de la ciudad.

De momento, Vicente Marañón admite que son dos ideas que están empezando a dar sus pasos, y que si las empresas no están interesadas, no saldrán. Los Burgos Food Center y Automobile Center estarían controlados por la administración, pero Marañón quiere que las empresas se impliquen, por lo que también se les solicitaría apoyo económico. Y lo primero es testarlas. «Si cuaja, nos llevará más tiempo darle forma jurídica y levantar el edificio, que poner en marcha el proyecto», admite, porque espera contar con el apoyo de otras administraciones y de la Unión Europea.

«El momento es muy propio», asegura el presidente de Promueve Burgos, pues estamos inmersos en plena transición ecológica, algo que afecta tanto al sector agroindustrial como al automovilístico. «En ambos va a haber una evolución brutal, se va a tender a un menor consumo de energía y más sostenible y menos contaminantes», y se trata de crear nuevos modelos de negocio que se puedan liderar desde Burgos. Y este tipo de proyectos innovadores pueden contar con fondos europeos, porque encajan perfectamente en la estrategia de Europa.