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Los bulos sobre inmigración viven un repunte, pero no así las situaciones de racismo. BC
Derribando bulos sobre inmigración en Burgos

Derribando bulos sobre inmigración en Burgos

Burgos Acoge y Accem coinciden en que la sociedad burgalesa muestra respeto hacia las personas migrantes y no es habitual encontrar casos de racismo o xenofobia

Ruth Rodero

Burgos

Lunes, 24 de febrero 2020, 08:13

Vienen a quitarnos el trabajo y las ayudas. Es imposible acceder al dinero de las becas escolares y para el alquiler de una vivienda y, además, ni siquiera pretenden integrarse en nuestras costumbres. Por si fuera poco, la mayoría no quiere trabajar (lo cual choca con la primera afirmación) y también son delincuentes. ¿Cuántas de estas afirmaciones no han sido tendencia últimamente? A todos nos ha llegado un mensaje o audio de 'Whatsapp' con alguna de estas informaciones que alguien lanza con la idea de crear una opinión, la de que los inmigrantes vienen a quitarnos lo que es nuestro.

Sin embargo estas afirmaciones no son ciertas y los inmigrantes que llegan hasta nuestro país y nuestra ciudad no lo hacen con la premisa de quedarse con nada que no sea suyo. Así lo subrayan desde Burgos Acoge y Accem, que desmienten estos bulos que circulan a pie de calle y que invitan a que la convivencia sea más complicada más allá del lógico choque cultural.

«Es verdad que con lo que estamos viviendo no podemos decir que haya ningún brote de xenofobia en la ciudad, yo no lo vivo así, pero lo que sigo viviendo es que la ignorancia, el no conocer al otro, es lo que provoca el miedo y el rechazo», explica Nuria Revilla, trabajadora social de Burgos Acoge.

«No podemos decir que haya ningún brote de xenofobia en la ciudad, lo que sigo viviendo es que la ignorancia provoca el miedo y el rechazo»

Nuria Revilla, Burgos acoge

Ese miedo a lo desconocido que se disipa en las situaciones más cotidianas, por eso el compañero de trabajo, el papá del amiguito de nuestro hijo o el frutero donde hacemos la compra no son ese inmigrante 'malo' que vemos en la tele. «Cuando conoces la realidad de cerca se te quitan esos miedos y prejuicios», continúa Nuria.

No existe ninguna ayuda específica a una persona por su origen

Uno de los bulos más recurrentes es el de las ayudas solo para inmigrantes (o para aquellos que profesan una determinada religión). Nada más lejos de la realidad, las ayudas siempre se reciben en función de la renta de los usuarios y no por su país de procedencia o fe. «Las ayudas se dan por su condición socioeconómica, hay una serie de indicadores para cualquier persona, pero en ningún caso es por origen, lo que sucede es que la población migrante es mucho más pobre, por eso van a estar siempre en esas listas de ayudas», confirma Nuria Revilla.

Además, los inmigrantes cuentan con alguna dificultad a mayores, por ejemplo a la hora de alquilar una vivienda. Si ya resulta complicado para los autóctonos mucho más para ellos. «No es lo mismo llamarse Pedro que llamarsen Hasan, ser negra que no, llevar velo que no llevarlo. Tenemos una familia marroquí con tres hijos, con contrato indefinido, con un sueldo bueno, que lleva muchos meses tratando de alquilar una vivienda. Siguen teniendo dificultades por culpa del miedo y el rechazo», explican desde Burgos Acoge.

Para terminar de derribar este mito, Revilla pone otro ejemplo: «Cuando se te acaban todas las ayudas la última que se puede recibir de la Junta de Castilla y León es la Renta Garantizada de Ciudadanía', a la población inmigrante le cuesta más obtener esta ayuda porque tienes que conseguir de tu país determinados documentos (certificado de no pensiones, certificado de no propiedades), documentos traducidos y legalizados que cuestan dinero y no todos pueden acceder a ellos. Hay mucha población migrante a la que le cuesta más acceder a este tipo de ayudas y si acceden es porque cumplen los mismos requisitos que una persona española».

Bea, compañera de Nuria, ahonda en este tema de las ayudas con la labor informativa de los medios: «Si te fijas solo en los listados, pero no te paras a leerte las bases de las ayudas y te quedas en el titular, se perpetúa este mito de que son para los migrantes y, además, se consigue una sociedad desinformada».

Empleos que nadie quiere

Quedarse en el dato de que los inmigrantes llegan para robarnos el empleo a los españoles hace que en ocasiones se obvie un dato que clarifica mucho la verdadera realidad: en muchas ocasiones aceptan trabajos que los autóctonos rechazan.

Nuria Revilla lo sabe bien, en Burgos Acoge disponen de un servicio de empleo a través del cual ayudan a estas personas a buscar un trabajo. Las ofertas que llegan suelen ser de trabajos que nadie quiere. «La mayor parte de las ofertas que tenemos son para personas internas en pueblos muy pequeños, de trabajar prácticamente todos los días de la semana o de agricultores que nos piden gente para recoger gente para recoger piedra. Las ofertas que gestionamos son muy poco atractivas y que al final la población migrante es la que las está cubriendo», asevera.

Esther Peña va un poco más allá: «Hemos llegado a tener casos en los que una empresa argumentaba que una mujer negra no podía estar en la recepción de un hotel porque asustaba a los clientes o en un caso de accidente laboral y tras un despido hacerle creer que le habían hecho un favor». Situaciones que sin llegar a constituir un delito sí son acciones discriminatorias a todas luces.

Además de eso, Esther Peña, responsable del programa de asistencia a víctimas de discriminación por origen racial o étnia de Accem, añade que los problemas también llegan «con las viviendas que tenemos en algunas localidades, porque algunos de los arrendatarios alegan que los inmigranes son delincuentes, que queman neumáticos, cuando eso no es cierto».

También asegura que estas situaciones no son el «día a día», pero alerta de que esta discriminación es en muchos ámbitos «el paso previo a un delito de odio». «Hay mucha invisibilidad en estos casos, porque las pesonas inmigrantes que lo sufren tienen miedo y callan», afirma Peña.

Y con estos datos, ¿por qué no cala el mensaje de que no existen esas ayudas exclusivas para inmigrantes? «Porque el titular es más atractivo. Hay una responsabilidad de los que no buscamos otras fuentes y por no desmentir. Es más atractivo leer 'las personas migrantes acaparan las ayudas sociales' que leer un titular que llame menos la atención. También hay algo de egoísmo en la sociedad, de sentirse cómodos leyendo este tipo de cosas, te da el argumento necesario cuando las cosas están mal», explica Nuria.

Esther Peña va un poco más allá: «Quizás con la irrupción de Vox hay gente que ha dado permiso y por eso parece que hay un repunte de racismo, de propagación de bulos». Y añade un dato que corrobora la necesidad de las entidades del tercer sector: «En el informe de la Fiscalía del Estado de 2018 hay un párrafo que destacaba la importancia de las organizaciones sociales como nosotros y otras muchas, que abogamos por la igualdad de derechos y la igualdad de trato. La Fiscalía ponía en valor nuestra labor, porque estamos representando a colectivos vulnerables y tratamos de evitar la impunidad en materia penal, que estaríamos hablando de un delito de odio, que es el estado mayor».

«Quizás con la irrupción de Vox hay gente que ha dado permiso y por eso parece que hay un repunte de racismo, de propagación de bulos»

Esther Peña, accem

«Si miras en el padrón del Ayuntamiento de Burgos el mayor porcentaje de personas migrantes son latinoamericanas, que tienen un nivel cultural medio alto, con sus títulos universitarios, que además se tarda una media de dos años en homologar», explica Nuria. Sin embargo, la sensación es diferente, se valora de manera diferente a unos inmigrantes y otros.

«Y creo que esto sirvió para que hubiese un cambio, para que entendiésemos las dificultades que tienen las personas que se van fuera. Pero como todo esto ocurrió por la crisis no sirvió para que pensáramos en echar una mano al otro, porque cualquier persona que viniera de fuera lo veíamos como un elemento más que nos iba a quitar el trabajo», continúa Nuria.

En lo que sí coinciden tanto Nuria como Bea es en el deseo de todas estas personas que llegan hasta ellas, ninguna quiere ayudas, todas solicitan «trabajar, no quieren depender de ninguna ayuda».

Tan solo el 1% de la población migrante que llega a España lo hace en patera. La cifra de los que entran por la frontera sur del país ha descendido un 50% con respecto al pasado año. Las personas solicitantes de asilo tienen también otra imagen en la sociedad, aunque la mayoría ya son población latinoamericana, especialmente de Venezuela y Colombia, su situación se entiende mejor que la de los que entran debajo de un camión o la de los menas.

Bea aporta, quizás, la clave: «Son personas que huyen, hay una justificación, tienen un motivo y la sociedad lo entiende, aunque los titulares hacia ellos asegurando que nos van a invadir también existen».

«En las ofertas de trabajo también se nota esto, si preseleccionamos a tres personas, una de ellas africana, otra latinoamericana y otra de Marruecos lo más probable es que cojan a la de latinoamérica, porque es la más parecida a la española», asegura Nuria.

«El ritmo de vida que tenemos te hace quedarte con los titulares, no buscamos otra fuente para contrastar, estamos perdiendo el análisis crítico y lo que nos convence y está más afín a nuestras ideologías es lo que nos sirve», añade Nuria.

«En las ofertas de trabajo lo más probable es que cojan a la más parecida a la española»

Nuria revilla, burgos acoge

Además, por si todo esto fuese poco, existe la despersonalización de la inmigración. Leer MENA es menos doloroso que 'Menor extranjero no acompañado', ignorando así, muchas veces de manera intencionada, que se trata de niños. MENA como sinónimo de delincuente juvenil, cuando la realidad es que son niños y niñas en situación de desamparo.

Todo reforzado con vídeos que corren por las redes que ni siquiera tienen su origen en España, que nada tiene que ver con la inmigración, pero que sirve para reforzar unos argumentos que los datos hacen tambalearse. La parte buena es que desde las cuentas oficiales de los Cuerpos de Seguridad del Estado se pueden contrastar muchos de estos bulos, otra manera es tan secilla como buscar la misma noticia en varios medios o en las diferentes plataformas que se encargan de verificar este tipo de informaciones.

Nuria también sugiere una forma para comenzar a erradicar con estos bulos: hacerlos frente. «Tenemos que ser más valientes. Si cada vez que leemos algo que sabemos no es cierto no lo dejásemos estar y contestásemos quizás lo frenaríamos».

Sin embargo, y a pesar del retroceso que en algunos aspectos pueda parecer que como sociedad hemos dado, la sociedad burgalesa no presenta ningún rasgo racista o xenófoba, se trata de una sociedad que cuando conoce la realidad busca el encuentro y no la confrontación. Un acercamiento cada vez más sencillo, desde las aulas, con el enriquecimiento que los más pequeños aportan a la sociedad para hacer una convivencia mejor. Con la ayuda de las entidades del tercer sector como Burgos Acoge o Accem, que realizan labores también de sensibilización y talleres en las aulas o con los Cuerpos de Seguridad del Estado. Una convivencia necesaria para una realidad cambiante.

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