Los burgaleses, a favor del confinamiento impuesto por la Junta

Unas medidas que a pie de calle parecen aceptadas por la gran mayoría de ciudadanos. Hay quienes las entienden, pero reclaman más mano dura por parte de las autoridades y de compromiso por parte de todos, y hay también quienes creen que de poco van a servir viendo los ejemplos de localidades cercanas.

Con este paisaje, la lluvia ha ayudado a que estas últimas horas de libertad de movimientos y de aforos menos limitados los ciudadanos hayan comenzado a quedarse en casa ayudados por lo desapacible de la jornada.

«El confinamiento es lógico, es algo que debemos asumir porque de alguna manera debemos frenar el avance del virus», analiza Rebeca Pérez. Pérez pone el foco además en dos objetivos, la población y las autoridades: «La gente no se lo está tomando en serio, vemos actitudes irresponsables por parte de muchos ciudadanos, son imágenes constantes que hacen que paguemos el pato todos. A ver si estas medidas consiguen concienciar a la gente. También sería deseable que las administraciones aúnen criterios y que no haya contradicciones en los protocolos, de forma que en un autobús la gente vaya hacinada pero luego en una casa una familia no pueda reunirse si son más de seis personas».

La cántabra Aída Santos también está de acuerdo con el cierre perimetral de la ciudad y piensa que este confinamiento tiene que ver con la cercanía «del puente de los Santos, porque todo el mundo iba a salir espantado».

Sin embargo, su opinión al respecto no cambia: «Me parece bien que empiecen a limitar, parecía que solo les importaba la economía y que la gente entrase y viniese cuando les diese la gana». A pesar de ello tiene dudas de la eficacia de este tipo de confinamientos y considera que es «un poco tontería que solo cierren Burgos porque la movilidad existe por trabajo y mil cosas más».

«Creo que no va a servir de nada», expresa con pesar y añade que cree que la solución sería «cerrar todas las comunidades un mes». «Hay mil permisos para todo. Yo soy de Cantabria pero trabajo en Burgos, puedo salir y entrar y es una tontería, si lo pillo allí lo voy a traer aquí. Habría que cerrar de raíz, esto va a seguir todavía mucho tiempo, si no lo cortas con un cierre como el de marzo durante quince días o un mes no sirve de nada», lamenta.

Resguardado de la lluvia espera Ramiro Juez, que asegura que por lo que se está viendo en otras ciudades el confinamiento «va a servir de poco». «León, Aranda que van por la tercera vez... Mientras la gente no se conciencie de guardar la distancia y de las mascarillas y que haya vacuna me parece que va a volver otra vez», afirma.

Lo que no se atreve a asegura es cuál sería la solución más efectiva, aunque tiene claro que hay que escuchar «a los médicos» porque «ellos son los entendidos». «Más que a los políticos hay que escuchar a los médicos», sentencia.

Resguardados también después de realizar unas compras están Ana y Sergio. Han aprovechado que todavía no han comenzado las restricciones de movilidad para acercarse hasta la capital a hacer unas compras que mañana ya no podrán hacer.

«Somos de un pueblo y hemos venido hoy, pero creo que el cierre tenía que haber sido antes, me parece muy bien que lo hagan», afirma Ana. Tiene claro que este cierre perimetral solo va a servir «si cada uno se conciencia por su cuenta» y las cosas se hacen bien.

A su lado, Sergio, un chico joven, también cree que las cosas se están haciendo «mal». «Deberíamos tener un poco de responsabilidad, sobre todo los jóvenes, yo lo reconozco, no se están comportando», afirma.

Además, aseguraba que quizás todos deberíamos «estar quietos en casa» que «no nos pasa nada» por hacerlo. Una opinión que refrendaba Ana que volvía a insistir en que es necesario «concienciarse de lo que tenemos».