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La ciudad de Burgos vive restricciones especiales para frenar el avance de la pandemia de la covid-19 que ha alcanzado elevados niveles en la capital burgalesa. Por eso, este sábado las reuniones de personas, tanto al aire libre como en espacios cerrados, no pueden ... superar las tres personas no convivientes. Esta es una de las principales medidas adoptadas para rebajar la incidencia acumulada a 14 días, uno de los datos que más preocupa, así como la positividad de las pruebas PCR realizadas.
Las calles de Burgos no presentaban este sábado un aspecto habitual de sábado pero es que llevan demasiado tiempo así. Muchos cafés y comida para llevar, con gente esperando en la puerta para ser atendidos. Con la hostelería cerrada solo las luces de los comercios pequeños permanecían encendidas. Muchos han optado por no abrir. el encargado de uno de los que sí ha abierto comentaba que apenas ha tenido clientes, «podemos estar abiertos pero no sale rentable. Sin bares, la gente se anima a salir menos, además, se nota más miedo y la gente ha optado por lo que se recomendaba, confinarse voluntariamente lo máximo posible».
Y así parecía ser. En las calles de Burgos la gente paseaba y otros practicaban deporte. Apenas había grupos de gente, los que se encontraban con conocidos se saludaban y charlaban manteniendo la distancia de seguridad. Y para garantizar el cumplimiento de las medidas, la Policía Local se pasea por las calles anunciando por megafonía la situación actual y pidiendo prudencia y responsabilidad.
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«Si hay que confinarse y aislarse se hace pero primero vamos a tener paciencia a ver si estas nuevas restricciones surten efecto», comentaba un burgalés. En cambio, otro, aseguraba que las medidas eran excesivas porque tampoco iban a servir, «llevamos ya tiempo con otras medidas que no han servido. Cerraron la hostelería y no vemos que haya mejorado la situación ¿qué más podemos hacer?». Aún así, la mayoría de los burgaleses con los que BURGOSconecta se ha encontrado este sábado por la calle se mostraban comprensivos y solidarios, «hay gente que lo está pasando realmente mal, así que si tenemos que hacer esfuerzo colectivo, lo hacemos».
Pero eso sí, nadie tiene claro exactamente las restricciones que están en vigor. «Toque de queda, no se puede salir de la comunidad, cierre de bares y ahora las reuniones de tres personas pero no sé cuándo acaba cada una, si hay más. La verdad es que es desconcertante e imposible estar al tanto con tanto cambio», añadía en este sentido un burgalés.
Donde se ha visto más gente que habitualmente es en los paseos naturales de la ciudad. Ante la imposibilidad de otro tipo de ocio, los burgaleses han optado por el deporte al aire libre. Eso sí, hay que recordar que aquí tampoco se permiten agrupaciones de más de tres personas no convivientes.
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