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La primera jornada de prohibición de fumar en terrazas y en la vía pública sin respetar la distancia mínima de seguridad se ha desarrollado de forma tranquila en Burgos. Aunque el tiempo no acompaña este lunes para disfrutar al aire libre, los fumadores que lo ... han hecho han sido «cuidadosos» a la hora de escoger mesa en el exterior de las cafeterías.
«Me parece correcto y por eso hemos procurado sentarnos en una mesa más apartada, para poder fumar un cigarro agusto», reconoce una burgalesa en un céntrico bar de la capital. Durante la mañana no ha sido fácil encontrar fumadores a la vista en el centro de Burgos, pero la mayoría de ellos ha cumplido con la normativa. «Creo que aquí no molesto a nadie y si hubiese alguna persona sentada detrás de mí, me hubiese levantado para fumar más alejado», confiesa otro vecino en la terraza de una cafetería.
Pocas voces en contra de una medida que, en general, ha tenido una acogida favorable. «Si no dejan fumar, es lo mismo que reírse a carcajadas, porque extiendes el virus igual si lo haces sin mascarilla en una mesa», argumenta una fumadora que, sin embargo, no se muestra del todo contraria a la norma. Fumar caminando por la calle tampoco está permitido en caso de no poder garantizar la distancia de dos metros respecto al resto de viandantes. Por este motivo, la mayoría de las personas que fuman en la vía pública, hoy lo han hecho en algún lugar no muy transitado.
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Por su parte, entre los trabajadores de hostelería temen que los confilctos puedan llegar entre clientes «cuando estén las terrazas llenas», explica la camarera de una cafetería del paseo del Espolón. «Hoy hay espacio porque hace malo pero cuando estén todas las mesas ocupadas, en la terraza no se va a poder fumar», afirma. En este sentido, la encargada de otro establecimiento hostelero manifiesta su preocupación por si en algún momento le toca «hacer de policía». «En general la gente hace caso y están apartándose cuando quieren fumar pero hay también personas muy cabezotas que no lo entienden y en algún momento habrá conflicto», explica.
Junto con la prohibición de fumar en espacios públicos sin cumplir con la distancia de seguridad, se anunciaba la norma de cerrar los locales de ocio nocturno. Desde que finalizó el estado de alarma, la Policía ha estado vigilando para que los establecimientos de estas características cumplieran con el aforo, la distancia de seguridad y para que el público llevase siempre la mascarilla.
Según la Subdelegación del Gobierno en Burgos, entre el día 2 de agosto y el 15 se han interpuesto 61 denuncias en la provincia relacionadas con el incumplimiento de la normativa respecto a este tipo de locales.
Con el endurecimiento de la prohibición habrá que esperar algunas semanas para saber si los burgaleses están cumpliendo con las medidas que dicta la Junta de Castilla y León o si por el contrario el número de sanciones continúa creciendo.
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