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Adrián Martínez (izda.) con los bomberos de su familia: Vitores, Chema, Andrés, Juanjo y José Luis / En el círculo, Adrián con su primo Javier Bomberos de Burgos

Ser bombero en Burgos, una tradición familiar

Adrián Martínez junto con su primo Javier, son las últimas incorporaciones a una saga familiar de bomberos que inició su abuelo Santiago Martínez

Sábado, 27 de mayo 2023, 09:17

«Ser bombero es el mejor trabajo del mundo». Y en la familia de Adrián Martínez, una tradición. Desde que su abuelo Santiago Martínez dejara la policía para pasarse al cuerpo de bomberos han sido ocho los miembros de la familia que han acabado 'apagando ... incendios'. Y todos en Burgos, salvo su primo Javier, que está en Palencia (de momento).

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«Nadie habrá con tanta tradición familiar como yo», afirma Adrián, que este verano cumplirá dos años en el parque burgalés. Se hizo bombero como un homenaje a su padre y a su abuelo, ambos ya fallecidos, pero también porque lo han vivido siempre en casa. Y lo mismo su primo Javier. Ambos son ingenieros mecánicos y ambos han acabado de bomberos.

«En ningún momento me obligaron», asevera; tampoco le desanimaron, ni siquiera su madre que ha pasado toda su vida con un bombero. Pero es que ser bombero ahora no tiene nada que ver con lo que suponía cuando su abuelo o sus padres entraron en el cuerpo. «Antes todos los bomberos tenían una segunda actividad; incluso estaba mal visto», recuerda.

«Sobre todo en la época de mi abuelo, no era de los trabajos mejor valorados. Y, ahora, es lo contrario, es muy demando». Aún así, en la familia se han ido enganchado unos tras otros. Después de su abuelo llegaron los hermanos de su abuela: Vitores, Chema y Andrés. Y luego su padre, Santiago, y su tío, Juanjo, además de José Luis, hijo de Andrés.

La saga de bomberos, con las ausencias de Javier, destindo aen Palencia, y los dos Santiagos, fallecidos, posaron en el Parque de Bomberos de Burgos. Bomberos de Burgos

Adrián y su primo Javier, hijo de Juanjo, han sido las últimas incorporaciones. Y son, junto con José Luis, los únicos que están todavía en activo. Eso sí, Adrián y José Luis están en Burgos y Javier tiene plaza en Palencia, aunque la familia confía en que pueda venir a la capital y, así, seguir con la tradición en el mismo parque de bomberos.

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Por ello, los compañeros han querido rendirles un homenaje, sobre todo a las primeras generaciones. Reunieron a Vítores, Chema, Andrés, José Luis, Juanjo y Adrián en el parque y les hicieron unas fotos para el recuerdo. Faltaba Javier, por estar en Palencia, y los Santiago, padre e hijo, que fallecieron. Y el homenaje se ha convertido en algo mucho más grande tras tener que despedir a Vítores, fallecido mientras se preparaba este reportaje.

Adrián y su primo Javier son las últimas incorporaciones. Bomberos de Burgos

Un lujo

Con mucho humor, Adrián valora que su abuelo Santiago «se pasó al lado bueno» cuando decidió dejar la policía y ser bombero. Hay varios ejemplos similares en el cuerpo de Burgos, reconoce. Y el resto de la familia acabó yendo «a lo buen conocido», pues la experiencia ha sido en todos los casos muy buena.

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«El ambiente de trabajo en el parque de Burgos, que han ido creando los compañeros, es muy bueno; el que te guste ir a trabajar no está pagado», afirma Adrián. En el Parque de Bomberos de Burgos son ya una familia, lo que repercute en ese buen ambiente y en las intervenciones. Y «el trabajo no es monótono, cada día se hace algo distinto».

Así que ser bombero en Burgos engancha. Por eso, más allá de Adrián y Javier, seguro que las nuevas generaciones se suman al 'equipo rojo'. De hecho, entre los más pequeños ya juegan con camiones de bomberos. duermen en camas con forma de camión de bomberos y van de visita al parque municipal, explica Adrián.

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La saga familiar empezó con el abuelo Santiago, al que siguieron sus cuñados, hijos y nietos. Familia Martínez

Eso sí, entrar no va a ser fácil. «No he tenido ningún tipo de enchufe», asegura y reconoce que en Burgos las oposiciones son «transparentes». Y duras. Las pruebas teóricas, las grandes desconocidas para la población, son las más importantes y las más complejas; y luego están las físicas, que se entrenan y que son las que llaman la atención de la gente.

«Cuando yo empecé a opositar no sabía casi nada, no sabía que había teóricas, prácticas, oficios. Pero el hecho de empezar de cero me motivó y creo que es mejor que me lo haya ganado todo por mi cuenta», señala Adrián, quien recuerda que muchos de sus compañeros llegan con carrera, sobre todo técnicas y de ciencias del deporte, y todos muy preparados.

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