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Antes de entrar junto a Pedro Sánchez, de acompañarlo al escenario para la primera foto triunfal de una jornada repleta de fotos triunfales, Luis Tudanca llegó al Fórum Evolución andando, con tiempo y solo, parándose a saludar aquí y allá. Burgalés de nacimiento, criado en ... el barrio de Gamonal, leonés de adopción conyugal y vallisoletano de oficio parlamentario, ha llevado el 14º Congreso del PSOE de Castilla y León a su tierra «35 años después» de la primera vez, como recordó Daniel de la Rosa, alcalde de la ciudad. Alcalde socialista. Y alcalde con los votos de Ciudadanos. Con un segundo, Vicente Marañón, de color político naranja y con el despacho en el mismo edificio en el que se congregaron 244 de los 265 delegados del PSOE autonómico acreditados y un elenco de invitados ilustres. «Merecías hoy ser el presidente de la comunidad», recordó Daniel de la Rosa. «Pero el desenlace nada tuvo que ver con las municipales de Burgos. Aquí las derechas no consiguieron alcanzar una mayoría alternativa, en Castilla y León fueron los despachos de Madrid los que frustraron las esperanzas de los electores, entre ellos los 200.000 votantes de Ciudadanos», le dijo.
Los discursos inaugurales conformaron una especie de ritual de exorcismo del pasado. Una queja común por lo que pudo ser y no fue. Por ese triunfo devenido derrota por el pacto nacional PP-Cs. «El logro que obtuviste fue mayúsculo», le dijo De la Rosa. «No podrán arrebatarnos la ilusión de reeditar aquella victoria y esta vez sí ejercerla desde el Gobierno de la Junta». Y de paso mentó la bicha que flotaba en el ambiente ineludiblemente, ese adelanto electoral que solo depende de las ganas que tenga Alfonso Fernández Mañueco (PP) de sacar las urnas. «Todos los socialistas acudiremos con esperanza a la próxima cita electoral, sea cuando sea, repito, sea cuando sea», le advirtió el alcalde de Burgos. «Esta comunidad necesita un cambio político y ese cambio pasa porque socialismo es libertad», dijo Faustino Temprano (UGT) volteando el eslogan de la popular Isabel Díaz Ayuso. «35 años con el mismo Gobierno son insoportables», lanzó Vicente Andrés (CCOO). «Necesitamos un cambio, no sé si necesitamos un adelanto electoral, lo harán porque les cuadren los números o porque les interese. Hacer unas elecciones anticipadas para arreglar no sé qué desaguisado que tienen en el Gobierno de coalición ahora mismo, no es de recibo», añadió.
Y con el socialismo rampante puesto en suerte, llegó el turno de Luis Tudanca, que ejerció de burgalés con sorna cuando reconoció que igual a la ciudad anfitriona se le había ido «la mano con el termostato» y saludó a Pablo Casado, líder popular de visita en un evento casi simultáneo en León, «porque como se mete en misa sin querer igual se ha metido en este congreso».
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Antonio G. Encinas
Tudanca trazó su manera de «entender la política» con el ejemplo de la firma del pacto por la reconstrucción o su apuesta personal por el Diálogo Social. Se lo pusieron fácil. A pesar del empeño de Alfonso Fernández Mañueco por recordar los muchos acuerdos alcanzados, ni Comisiones Obreras ni UGT parecieron muy satisfechos con el papel del Gobierno de coalición. «La parte minoritaria del Gobierno de Castilla y León está obsesivamente pensando en cómo atacar a los sindicatos, es una obsesión casi enfermiza», se quejó Andrés. «El Diálogo Social, que ha sido estandarte en España, ha estado en peligro por culpa del Gobierno de Coalición PP-Cs y ha sido el PSOE quien ha presentado proposiciones no de ley para salvarlo», abundó Temprano.
«Aspiramos a cambiar Castilla y León porque lo necesitamos más que nunca», arengó Tudanca. Y sacó a relucir los consultorios, claro, y la despoblación. «Dejar de ser esa Castilla y León que va cada fin de semana a despedir a sus hijos a la estación porque se tienen que ir». Y la corrupción. Con citas a la trama eólica, «por la que se han pedido 848 millones en multas y 138 años de cárcel» a los imputados; a la Perla Negra, «que obligará a un ex presidente de la comunidad autónoma a sentarse en el banquillo»; y a las primarias del PP en Salamanca, «que están en el origen del proyecto político del señor Mañueco y donde hicieron trampas, y ahora hay sospechas de financiación ilegal».
«Hablará de descentralización», anunciaron sus rivales políticos del PP para demostrar el sanchismo irredento de Luis Tudanca. Y en este punto, claro, el socialista les brindó el acierto. «La segunda descentralización está llegando con tu Gobierno», le dijo a Pedro Sánchez, para anticipar que «la tercera tiene que llegar aquí, con un Gobierno que se lo crea en Castilla y León, con decisión y coraje, no puede ser que el Gobierno de España se lo crea y que en Castilla y León se recentralice. Hay que reequilibrar el desarrollo económico».
Acabó con una promesa-desafío que quizá se ponga a prueba antes de lo que marca el calendario electoral ordinario. «Os dije que no era imposible ganar y y ganamos y hoy os digo que volveremos a ganar y gobernaremos».
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