Fernando Martínez-Acitores, portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Burgos

«He visto deslealtad por parte del PP»

Hasta hace apenas unas semanas era vicealcalde de Burgos y él y sus compañeros de formación tenían responsabilidades directas en numerosas áreas. Hoy, tras la ruptura con el PP, es 'solo' el portavoz de Vox en el Ayuntamiento. Aunque evita pronunciar la palabra traición, en su discurso afloran varios reproches al PP, al que acusa de desleal en muchos momentos del último año y medio, empezando por la decisión de subir el sueldo a la alcaldesa, de la que se asegura haberse enterado en el mismo pleno, hasta la forma en la que se gestó la ruptura.

Una ruptura «unilateral» derivada de la polémica suscitada en torno a la decisión de retirar las ayudas a tres ONG que trabajan con inmigrantes y que Martínez-Acitores sigue defendiendo al entender que colaboran, en su medida, con el efecto llamada de la inmigración irregular, un «problema» que a su juicio está empezando a tener Burgos y que hay que «atajar de raíz» desde el ámbito nacional e internacional.

Ahora, en todo caso, Vox ha vuelto a la oposición en la que ya estuvo durante todo el mandato anterior, si bien, lo hace con «responsabilidad» y «coherencia», pensando «en el bien de Burgos».

Pregunta.- Cómo cambia la política en un abrir y cerrar de ojos…

Respuesta.- Sí, claro. Yo ya tengo cierta experiencia política porque ya es muy quinto año, camino del sexto, pero es cierto que de un día para otro todo puede cambiar. Es así. Hace nada estábamos en el equipo de Gobierno y ahora no, pero seguimos con entusiasmo, con ganas y con esperanza.

¿Por qué se rompe el pacto según Vox?

El pacto se rompe porque el Partido Popular nos echa. De hecho, el Partido Popular es el que incumple el pacto. Teníamos un presupuesto completamente consensuado con ellos en el que nosotros cedimos en algunas cuestiones y ellos en otras, pero era nuestro proyecto conjunto. Luego, por el motivo que fuera, tras la manifestación y ciertas noticias en prensa, el PP se echó para atrás sin darnos margen de maniobra. Hasta el último momento, nosotros intentamos llegar a un punto intermedio, pero el PP no quiso y rompió el pacto de manera unilateral.

Intentaron varias maniobras de última hora para evitar la ruptura. ¿Qué se encontraron enfrente?

Nada, que no lo iban a aceptar.

¿Confiaban en salvar el pacto in extremis?

Cuando el PP dio la rueda de prensa, yo todavía tenía cierta esperanza, y de hecho volvimos a hablar. En la Comisión de Hacienda previa al Pleno, que se hizo de una forma un tanto peculiar por no llamarlo de otra forma, no se aceptó la enmienda que planteamos para salvar el acuerdo. A partir de ahí, del miércoles al viernes hablamos de la posibilidad de una adenda al acuerdo político y seguía teniendo esperanza porque parece que no vieron del todo mal esa opción, pero en dos días no hubo llamada. Supongo que la esperanza la perdí justo antes de entrar en el Pleno el viernes, o quizá el jueves a última hora de la noche.

Y cuando firmó el pacto ¿confiaba en acabar el mandato?

Cuando se firmó el acuerdo fue con la idea, la ilusión y las ganas de mantenerlo todo el mandato, porque en ese acuerdo había muchas cosas que creemos que eran interesantes para Burgos. A partir de ahí empezamos a trabajar, creo que positivamente, a pesar de que somos dos partidos distintos que no coincidimos en muchas cosas y teniendo en cuenta que dentro del PP no todos piensan lo mismo y dentro de Vox tampoco y que puede haber desencuentros. Eso es así. Pero en todo caso, sí, mi idea cuando se firmó el pacto era mantenerlo durante todo el mandato.

¿Incluso después de ver cómo se rompen los pactos autonómicos?

Sí, sí. Recuerdo que en ese momento varios medios me preguntasteis al respecto y repito lo que dije entonces. Eso fue una situación que se dio en el ámbito autonómico y no tiene por qué trasladarse al ámbito municipal porque estamos en otra dinámica. Insisto, la intención de Vox en Burgos era mantener el pacto durante todo el mandato con diferencias de opinión en algunos temas, pero con muchas más coincidencias que divergencias.

¿Hasta qué punto influenciaron los aparatos nacionales en la ruptura? Ambos se acusan mutuamente al respecto.

Los partidos tenemos una serie de temas centrales en los que nuestros votantes piden que seamos responsables. En este caso concreto, los votantes de Vox nos pedían poner sobre la mesa el tema de las ayudas a las tres ONG. Eso está consultado con nuestro partido y también eran partidarios de hacerlo. Habrá que preguntar al PP, que fue el que cambió de opinión de repente. Yo creo que esa decisión no se tomó aquí, sino que se tomó a nivel nacional o autonómico a raíz de la manifestación. Tengo sospechas de que hubo llamada directa por conversaciones que luego he mantenido y por cómo discurrió todo el tema.

Usted llegó a decir que el trabajo de las ONG «colaboraban con el efecto llamada de la inmigración irregular. ¿Mantienen invariable su postura?

Es una cuestión de establecer prioridades. En Burgos hay una serie de necesidades de entidades que hay que cubrir y el dinero da para lo que da. Yo he estado varias veces reunido con las ONG, hemos revisado las cuentas y las memorias de actividad y me han sorprendido varias cuestiones. La primera vez que nos reunimos, ellos me hablan de que el 30% de la población de Burgos es inmigrante, cuando el propio informe de la Pastoral de Migraciones del 2023 lo cifraba en un 7,7% y el Padrón lo sitúa en un 11%. A partir de ahí, estamos hablando de 119.000 euros para las tres ONG. Yo les pregunté en qué afectaba en su día a día la retirada de esas ayudas, ya que me habían dicho que realmente esas necesidades económicas ya casi casi las tenían cubiertas y su retirada no implicaba impedirles dar de comer a gente, por ejemplo.

Todo esto por un lado. Y por el otro, hay una línea muy clara en el programa de Vox en cuanto a la inmigración ilegal o inmigración irregular, como se quiera llamar, que es un problema, no sólo en el ámbito nacional, sino internacional. Aquí está viniendo mucha gente en situación irregular. Vienen en pateras en las condiciones en las que vienen, se quedan en guetos y viven en condiciones muy malas, con necesidades de educación, de comida, de vivienda… Y el Gobierno está negando los visados. Hay organizaciones que en un primer momento ayudan a esa gente, pero es que luego siguen por la calle, siguen marginados.

Por supuesto que las ONG hay gente con muchísima buena voluntad, pero se trata de un problema que hay que atajar de raíz. Si hay guerra en Mali o mucha pobreza en África y tienen que venir a España, que vengan, pero que el Gobierno dé los visados. ¿Por qué tienen que venir de manera irregular? Entonces, esas ONG tienen que ocuparse de atenderlos y en cierta manera están contribuyendo a esa situación que no es positiva para nadie.

¿Pero creen que la inmigración irregular es un problema real en Burgos?

En Burgos yo creo que empieza a ser un problema. Bueno, según ellos es un problema muy grande según sus datos. Si España tiene que recibir inmigración, que lo haga, pero no puede ser una inmigración irregular y desbordada. El otro día leí un artículo que decía que el 59% de los inmigrantes que vienen en España en situación irregular no se regularizan ni tienen trabajo. Eso no puede ser.

Pero para eso trabajan precisamente las ONG, para ayudar a esos inmigrantes a integrarse, ¿no?

Pero es que no han podido. Al final, ese 59% de inmigrantes están aquí en condiciones poco humanas, por no decir infrahumanas. Por eso digo que hay que estudiar todo esto de una manera mucho más seria. Y sí que creo que hay un efecto llamada.

En todo caso, la retirada inicial de las ayudas a las ONG despertó una respuesta social abrumadora en Burgos. Ciudadanos, tejido asociativo, colectivos de todo tipo, patronal…

Eso es relativo. ¿Cuánta gente hubo en la manifestación? ¿3.500 personas? ¿4.000? ¿5.000? La población de Burgos según los últimos datos es de 176.551 habitantes.

Son cifras a tener en cuenta en movilizaciones sociales en Burgos.

No lo sé. Pero sí que puedo decir que he recibido muchísimos mensajes de apoyo por teléfono, en WhatsApp y por la calle de gente que me ha dicho «estamos con vosotros, pero no lo vamos a decir públicamente». Y ha habido gente de algunas entidades que me ha dicho que estaban con nosotros a pesar de que los responsables de esas entidades se hayan pronunciado en contra en nombre de toda la organización.

En todo caso, no sé como medir esa manifestación, pero sí que sé que hubo una manifestación muy apoyada mediáticamente que hizo cambiar de opinión al PP, que se mueve mucho por la opinión pública, por lo que dicen los medios.

Ha evitado en todo momento hablar de traición del PP, pero es complicado no leer entre líneas que esa es la sensación.

Es que la palabra traición me parece muy fuerte, pero sí que he visto deslealtad por cómo se desarrolló todo. Al final, que la portavoz del PP, Andrea Ballesteros, diga públicamente que hay una «imposición» de Vox no es muy cómodo. Los trapos sucios se lavan en casa. Y en este caso, además, en ningún momento tuve la sensación de imponer nada, sino de negociar hasta donde tenía que llegar. Y no era la primera vez que veía esa deslealtad.

¿Por ejemplo?

Con la Zona de Bajas Emisiones, por ejemplo, y con otras cuestiones. Eso no es leal, porque existe un pacto y se debe actuar como equipo de Gobierno. Nosotros también cedimos en muchas cosas.

¿Por ejemplo?

Con la subida de sueldo de la alcaldesa, o con la revisión del sueldo de la alcaldesa, si lo prefieres. De esa decisión yo me enteré según se estaba desarrollando el Pleno. Creo que es la primera vez que cuento esto, porque ahora me siento más liberado. Pero es que ha habido muchas otras cosas, como la comisión de investigación del caso Prepay y otras cuestiones en las que nosotros no abrimos la boca públicamente porque estábamos en el equipo de Gobierno. Y con la ruptura del pacto en sí, yo me encuentro que el día después de la manifestación la alcaldesa me llama y me dice que van a rectificar y que en dos horas va a dar una rueda de prensa para anunciarlo, sin darnos margen de maniobra para nada. Eso no es leal.

¿En algún momento valoró renunciar?

Fueron momentos muy duros, con mucha presión mediática y social, y personalmente sí que hubo algún momento en el que me planteé si merecía la pena seguir. Al final, esto tiene un coste personal enorme, eso sin mencionar que no me compensa económicamente. Fue una situación complicada, porque en mi casa veían lo que se llegó a decir del mí, que si era un racista, un xenófobo y que no servía para nada y me decían ¿por qué no lo dejas? En algún momento tuve dudas de si merecía la pena seguir, sí, pero al final prima la responsabilidad. Yo me he comprometido con mis votantes y tengo que cumplir.

Y ahora, una vez roto el pacto, ¿qué posición adoptarán con el modificado de crédito? Ustedes lo habían avalado en la negociación del propio presupuesto…

Efectivamente, esa modificación ya estaba planteada en el presupuesto cuando se pactó, por lo cual vamos a ser responsables con la ciudad. En todo caso, no nos podemos adelantar todavía a los acontecimientos. Habrá que ver cómo plantea el PP esa modificación.

¿Eso quiere decir que si el modificado contempla los proyectos pactados previamente darán su apoyo?

Ya veremos. Insisto, vamos a ser responsables. Era un presupuesto efectivamente muy consensuado en la mayoría de las cuestiones y tenemos que ser coherentes. Tenemos que pensar en la ciudad.

Pero hay algún proyecto en agenda respecto al que ya han puntualizado su postura en las últimas semanas.

En realidad lo que estamos haciendo es mantener el criterio que hemos mantenido desde el principio. Hay cuestiones como por ejemplo la peatonalización de la calle Santander o los aparcamientos en altura en las que ya habíamos dicho que tenemos que esperar a que se presente el proyecto para conocerlo en profundidad. Esas dos cuestiones no estaban en nuestro programa electoral ni se incluyeron en el pacto de Gobierno, por lo que para nosotros no son actuaciones prioritarias. En todo caso, queremos ser responsables con la ciudad y no vamos a mantener una cerrazón absoluta. Esperaremos a ver qué nos presentan.

¿Y el Mercado Norte?

Lo mismo. En este caso, el proyecto sí que se incluyó en el pacto porque sí que nos parece un proyecto de ciudad, quizá el más importante de los que hay ahora mismo, y habría que sacarlo adelante este mandato, pero no se definía. Y eso es precisamente lo que hemos dicho. Tenemos que reflexionar bastante sobre el proyecto, porque teniendo en cuenta el éxito que está teniendo el mercado provisional quizá haya que pensar en cómo dimensionar el definitivo. El proyecto del mercado definitivo es muy interesante desde el punto de vista urbanístico y arquitectónico, pero quizá está un poco sobredimensionado y debemos evitar que luego se quede vacío. Pero esa reflexión la he pedido desde el día uno. La diferencia es que entonces estábamos en el equipo de Gobierno y ahora no.

Aseguró días atrás que estaba moderadamente satisfecho del año y medio en el equipo de Gobierno. Eso implica que no están satisfechos con algunos aspectos. ¿Con cuáles?

En áreas bajo nuestra responsabilidad, no estoy satisfecho con los distritos. Para mí era un gran reto personal. El mandato pasado estuve de presidente del distrito Centro Norte y me quedé con la espinita clavada porque creo que los distritos son muy interesantes desde el punto de vista de la participación, pero son muy poco eficaces. Al final, las reuniones de las juntas de distrito son muy interesantes, porque están representadas asociaciones de todo tipo y se habla de las necesidades auténticas de la ciudad. Sin embargo, tal y como están planteados, la ejecución presupuestaria llega a mínimos. Teniendo en cuenta la experiencia del mandato anterior, planteé que todos los presidentes de los distritos fueran miembros del equipo de Gobierno y que se hablase de temas realistas para darles mayor agilidad, pero aún así se ha visto que no son eficaces por toda la tramitación que conllevan los proyectos. Por eso pido la colaboración de los tres grupos para darle una vuelta a su funcionamiento en la medida que sea jurídicamente posible para que, por ejemplo, se pudiera acumular de un año para otro el presupuesto asignado y no gastado.

También me hubiera gustado participar más en el proyecto de la Capitalidad Cultural, que al final se ha capitaneado desde ProBurgos y debería haber tenido más presencia la Concejalía de Cultura

¿Cómo puede afectar en Burgos un posible adelanto electoral en Castilla y León?

Sinceramente, no tengo ni idea de si va a haber adelanto electoral o no. No tengo información al respecto y Mañueco estos días decía precisamente lo contrario. En todo caso, Vox no tiene infraestructura autonómica, aunque evidentemente hablamos con nuestros procuradores. Creo que todo puede influir, pero nosotros seguimos a lo nuestro, que es trabajar en el Ayuntamiento de Burgos, que harto tenemos.

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