Urgen adecentar los entornos del Silo y habilitar una zona de aparcamiento con iluminación

Las obras en la piscina familiar de El Plantío se reflejarán en un aumento de los usuarios de Capiscol, avanza Rafael Sancho, el presidente del Consejo de Barrio del G-9, pues aunque las piscinas estarán abiertas, muchos usuarios de la familia acabarán derivando a las otras dos instalaciones municipales, y en Caspicol solo hay medio centenar de plazas de aparcamiento.

Sancho insiste en que hay que aprovechar las intervenciones que se van a acometer an la zona, con la reactivación del centro de salud García Lorca, para dar solución a un problema que viene de lejos. Recuerda que, cuando el centro médico esté operativo, se necesitarán aparcamientos, pues las 40 plazas de la dotación serán insuficientes para atender la demanda de los usuarios.

«Hay que remodelar el Silo y urbanizar la zona para dar servicio al centro de salud», insiste, y aunque haya un proyecto más amplio (urbanización general, mobiliario urbano...) lo prioritario es una actuación urgente. Y mejorar la iluminación de la zona, que es «pésima» y genera situaciones de peligro. «Es hora de actuar sobre la zona», insiste Sancho.

Los vecinos del G-9 llevan años reclamando una intervención municipal en el Silo, pero también una solución al problema de aparcamiento en el barrio, y para esto está en subterráneo. Tras muchos estudios, proyectos y análisis, parece que la mejor ubicación será la que pedían los vecinos, entre el Mercado G-9 y el Parque Buenavista, donde se podrán habilitar hasta un millar de plazas.

De momento, sería suficiente, apunta Sancho, pues bastaría con unas 400 plazas en rotación para reactivar el comercio del barrio y, el resto, para venta a vecinos. Eso sí, hay que hacer un proyecto con posibilidades de ampliación. «Construir con cabeza», afirma, pues si ahora es suficiente con 1.000 plazas, no es necesario habilitar un mayor número y dejarlas vacías.

Una solución al polideportivo del Fernando de Rojas, que fue un proyecto provisional y, como todo lo provisional en Burgos se ha convertido en definitivo, lamenta Sancho, es otra de las demandas vecinales. «Hay que remodelarlo» y actuar en otras zonas deportivas del barrio y en el área de juegos tradicionales, que está desatendida y genera peligro de paso.

Del proyecto en el Parque Buenavista nada saben, asegura el presidente, y pide instalar bolardos para que los vehículos no accedan a zonas peatonales en los entornos del Fernando de Rojas y la calle Avelino Antolín Toledano. La falta de iluminación en el Mariano Gaspar es otra de las críticas de los vecinos, transmitidas en varias ocasiones al Ayuntamiento.

Y otra de las peticiones es la ampliación de la Biblioteca Gonzalo de Berceo, la más antigua de la red municipal. El edificio actual no admite ampliaciones, pero los vecinos proponen al Ayuntamiento que intente conseguir la cesión de espacios en el centro de salud García Lorca cuando se produzca el traslado a las nuevas dependencias. «Se hace en otras ciudades», apunta Sancho.

Las quejas de los vecinos de G-9 se reproducen una semana después de que se anunciara que se aplazaban a septiembre las fiestas de la Virgen del Buen Consejo porque «se han olvidado de nosotros». La falta de información del Ayuntamiento de Burgos ante los cambios en la convocatoria de ayudas y la organización de las fiestsa de barrio les han obligado a tomar esa decisión.

Además, denuncian que les deben parte de la ayuda de 2019, el 30% restante, por un problema de justificación, pero que no tienen respuesta oficial para poder plantear también una reclamación oficial. Rafael Sancho critica que, como el traspaso de competencias entre Cultura y Participación Ciudadana no está completo, han tenido incluso problemas para solicitar las barracas, que debe autorizar Cultura y no quiere. «Están perjudicando a los ciudadanos», lamenta.

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