Culminan la urbanización de Santa Clara y Progreso a falta de los últimos remates

En todo el entorno, tan solo queda por colocar las luminarias, los postes ya están ubicados en su lugar, en la calle Progreso en el tramo entre la calle Santa Cruz y Zatorre. Este tramo de calle, de aproximadamente 80 metros, cambia la dirección, ya que los vehículos que accedan a esta calle tendrán obligatoriamente que ir hacia Andrés Martínez Zatorre, cuando la dirección antes era la contraria, de Zatorre a calle Santa Cruz.

Por su parte, el tramo de calle entre Santa Cruz y Torre de la calle Santa Clara pasa a ser peatonal y solamente se va a permitir la entrada a vehículos a los garajes. Ademas, este martes ya está abierto también al tránsito de peatones y de tráfico el cruce entre la calle Zatorre y la calle Ramón y Cajal, tanto hacia el final de la calle Santa Clara como hacia la propia calle Andrés Martínez Zatorre.

El acrecentamiento y la ordenación del tráfico en esta zona ha permitido ampliar el tramo de acera del monasterio de las Clarisas, que era muy estrecho. Era una demanda muy reiterada por parte de los vecinos que acudían al templo de las religiosas. La zona ha ganado en anchura, aunque el convento mantiene la escalinata y la protección metálica que existía antes de la ampliación,y un rampa hacia el lado contrario.

La obra estaba previsto que terminase a finales de agosto. Pero la empresa solicitó a la Junta de Gobierno local la ampliación del plazo de ejecución de las obras de urbanización durante 15 días más.

Según el proyecto, la actuación ha consistido en «la mejora del diseño urbanístico y la regeneración de pavimentos en las calles Santa Clara y Progreso», así como el diseño de un área para mejorar su accesibilidad y funcionalidad. Con esta obra se resuelve la peligrosa confluencia de las calles. Además, «se han renovado las redes e infraestructuras de servicios actuales que lo requieran».

El proyecto ha afectado, finalmente, a un área urbana de unos 4.785 metros cuadrados. En su parte central, la plaza que ha resultado de la intersección peatonal, ha quedado definida, según el proyecto «con un juego estético de pavimentos calizos y graníticos, disposición de alcorques con ejemplares arbóreos y mobiliario urbano que haga atractiva esta localización, minimizando el paso de tráfico en su entorno».

Las obras de urbanización de este entorno de la zona sur las ha llevado a cabo la empresa Herrero Temiño y el coste ascienda a un millón de euros.

En la mañana de este martes, los operarios de Urbalux estaban ya colocando las farolas y en unas horas, las luminarias. Además, ya estaba dispuesto todo el mobiliario urbano que irá colocado en diferentes dependencias del entorno.

Los vecinos de la zona, que curioseaban a primera hora de la mañana, se han mostrado satisfechos «y con ganas ya de ver como va a quedar esta calle», decía una vecina que lleva 30 años viviendo en Santa Clara. Y es que tras la urbanización del Bulevar y de las calles aledañas, «ya tocaba que el Ayuntamiento ampliara la acera de las monjas», recuerda la mujer.

Y es que un elemento tan singular como el Convento de Santa Clara quedaba opacado por un vial que apenas dejaba espacio para una estrecha acera y unas escaleras que salvan el desnivel a la iglesia del Convento, situada en un plano más bajo, de forma bastante precaria.

Además, en esta zona y en otras aledañas, según el proyecto de reforma, las infraestructuras de servicios existentes también precisaban de renovación, «con especial atención a la antigüedad de las redes de abastecimiento y saneamiento, y la inexistencia de continuidad en la red de telecomunicaciones municipal».

El alumbrado tampoco cumplía ya con los estándares vigentes en la ordenanza municipal. Eran elementos muy antiguos y se ubicaban en lugares «inadecuados en su mayor parte», lo que conllevaba aproblemas de uniformidad e iluminación regular en algunos tramos.