«De la Rosa tiene poca valentía, quiere quedar bien con todo el mundo»
Marga Arroyo, portavoz de Podemos en el Ayuntamiento de Burgos ·
Marga Arroyo apuesta por un trabajo de hormiga, con la vista puesta en que el paso de Podemos por el Ayuntamiento cambie la institución y ayude a mejorar la ciudad
Se identifica con el nuevo modelo de liderazgo que ha emanado a la superficie de Podemos tras la marcha de Pablo Iglesias. En femenino, coral, apostando por la conciliación, por el trabajo cooperativo frente a la lucha de egos, al individualismo que ha marcado una ... política (una sociedad, una economía) protagonizada por los hombres. Y bajo ese prisma lleva la Portavocía de Podemos en el Ayuntamiento de Burgos.
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Marga Arroyo reconoce que estos dos años de mandato municipal no están siendo fáciles pero, admite entre risas, que con Podemos nunca ha sido fácil. Mucho menos si tienes la oposición en casa. Y es que en el grupo municipal son pocos pero mal avenidos, y eso acaba pasando factura, aunque Arroyo no piensa tirar la toalla. Se reivindica como la portavoz de los vecinos que votaron a Podemos, frente al equipo de Gobierno y a sus propios compañeros.
-Hacemos balance en el ecuador del mandato, ¿cómo han sido estos dos años para Podemos en el Ayuntamiento de Burgos?
Han sido dos años de mucho trabajo, de sorpresas, de ir descubriendo el Ayuntamiento. El primer año, que estaba Raúl (Salinero), pues con el apoyo de alguien que tiene experiencia. Luego, con Israel (Hernando), aprendiendo los dos sobre la marcha. Ninguno habíamos estado en las instituciones y, siempre que alguien me pregunta sobre mi experiencia en política, lo que respondo es que todo el mundo debería de pasar por aquí. Para saber cómo funcionan los plazos, qué es lo que sucede en un ayuntamiento, cómo se reparte el dinero, cómo se fiscaliza y cuál es el trabajo diario que hace un político. La política no pasa por sus mejores momentos pero hay mucha más gente trabajando y haciendo las cosas como se deben de hacer de la que no lo hace.
Son dos años con una frontera muy clara: la covid-19. Durante el primer año, no se sabía muy bien qué iba a hacer el PSOE. Nosotros siempre hemos apoyado lo que era bueno para la ciudad, apoyamos los presupuestos. Llegó la covid e intentamos pactar los planes de crisis. Y nosotros siempre hemos hecho propuestas. Hemos sido muy críticos con el PSOE, sobre cuando cuando entró en el pacto con Cs porque no es gratuito. Si eres un partido progresista y pactas con alguien que está a la derecha pues, en algún espacio, te vas a dejar pelos en la gatera, como diría Raúl Salinero. Vas a tener que hacer concesiones a la derecha. En estos dos años, si hecho la vista atrás, no veo una medida progresista del PSOE. Hay continuismo pero no puedes perder la esencia del progresismo. Y nosotros estamos aquí para recordárselo. Para tirar del PSOE hacia la izquierda, porque ahora está hacia la derecha, porque ha pactado con Cs.
-Sí que se ha notado un cambio en las relaciones entre Podemos y PSOE. Usted me comenta que responde a la entrada de Cs pero el alcalde afirma que es estrategia política de la formación
No es estrategia política, lo puede ver todo el mundo. Si a un vecino o vecina de Burgos le preguntas por las medidas progresistas del PSOE, no las hay. Nosotros llevamos mucho tiempo hablándoles de la vivienda, por ejemplo, y siempre nos responden que no es competencia municipal. Sin embargo, en Valladolid, donde también gobierna el PSOE, hay una empresa municipal de vivienda, que facilita el acces. Y eso es una medida progresista. Me dice Daniel de la Rosa que se han puesto 1,2 millones para ayudas de urgente necesidad... estaría bueno, es lo básico, es lo que tienes que hacer. Cubriendo lo básico hay que ir un plus más allá.
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-¿Se siente Podemos vetado en acuerdos o pactos con el equipo de Gobierno desde la entrada de Cs?
El PSOE y Cs suman, es una realidad a la que no podemos sustraernos. Todas las propuestas que hacemos en Podemos tratamos de que tengan el peso suficiente para que no puedan decir que no. Voy a poner un ejemplo. La proposición que llevamos al pleno para la creación de un área LGTBI en el Ayuntamiento. No quieren sacarla adelante porque supone más trabajo y gente, pero no les quedó más remedio que aceptarla. Se abstuvieron, pero no votaron en contra, lo mismo que el PP (por razones tácticas) y solo quedó el voto de calidad del alcalde, que votó a favor. La mayoría de nuestras propuestas tienen que ser de ese estilo, que tengan tanta enjundia que no puedan negarse. Lo mismo con el plan de arbolado, las propuestas que hicimos eran de cajón, no quedaba otra que apoyarlas. En Podemos lo que nos importa es hacer trabajo de hormiga y que las cosas vaya funcionando. Nosotros estamos aquí para hacer cambios estructurales, para que las cosas cambien de verdad en Burgos.
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-Pero también tienen que sarcarle algo de rédito político al trabajo que hacen ya que son un grupo con dos concejales, insuficiente antes y ahora para conseguir mayorías. ¿Es complicado, supongo?
Desde que nació Podemos, la situación es complicada (risas). Somos neonatos, no funcionamos con las mismas dinámicas, no le tenemos que dar dinero a los bancos y no tenemos financiación para grandes campañas, no pagamos medios de comunicación... Nosotros estamos aquí para trabajar y cambiar las cosas desde nuestra perspectiva y para mejorar la vida de la gente, que debe ser el objetivo. Y nosotros nunca hemos tenido otro objetivo que tratar de que la gente viva mejor. El resto de parafernalias no me interesan, ni a mí ni a Podemos.
-¿Qué tal las relaciones con el resto de la oposición?
Tengo muy buenas relaciones con todo el mundo. Sí que es cierto que al Partido Popular le achaco una oposición muy destructiva, que no sirve para nada. Tienen experiencia de gobierno, podrían aportar en positivo y, además, es gente que tiene talento, que lo reconozco. Pero lo utilizan para frenar el Ayuntamiento. Lo han hecho desde el principio aunque ahora, quizás, han empezado a rebajar un poco el tono. Yo recuerdo, en una de mis primeras comisiones de Fomento, al Partido Popular gritándole 'sinvergüenza' a David Jurado. Eso es casi oposición a ti mismo. Y las relaciones con Vox son muy superficiales, porque prefiero no profundizar. A nada que rascas sale Vox en todo su esplendor. Me resulta, además, doloroso oírles hablar como lo hacen. Así que mejor no profundizar para que ese discurso, que es manipulado, que apela a emociones y al miedo, no llegue.
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«En Podemos lo que nos importa es hacer trabajo de hormiga y que las cosas vaya funcionando»
-¿Con quién es más fácil relacionarse, con Daniel de la Rosa o con Vicente Marañón?
Me llevo bien con los dos. Vicente Marañón tiene esta cosa frívola (risas) y a Daniel de la Rosa siempre le digo lo mismo: con Vicente Marañón me iría de cañas pero no a gobernar. Cada uno tiene un estilo, Marañón tiene muchos recursos, es muy leído, tiene muy buena oratoria, pero es muy superficial. De la Rosa es un político más de fondo pero tiene poca valentía, quiere quedar bien con todo el mundo. Y no se puede quedar con todo el mundo. Tienes que liderar la ciudad y evitar que la gestionen los lobbys.
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-¿Cree que el bipartito durará hasta final del mandato o se romperá antes?
Creo que aguantarán hasta el final, con tal de estar ahí ambos, tanto De la Rosa como Marañón... Están encantados de haberse conocido. Marañón, por supuestísimo. Y De la Rosa, mientras aguante como alcalde, hasta el final.
-¿Será mejor el bipartito que una moción de censura y un gobierno tripartito?
Creo que sí, que es mejor que Vox no entre en las instituciones. Y este Partido Popular no me parece que haya sido capaz de gestionar el Ayuntamiento. Hay unas dinámicas que son herencia de sus gobiernos. Lo hemos visto en la comisión de investigación de Aguas de Burgos, las dinámicas que hay vienen del gobierno anterior. Ahora, la pelota está en el tejado del PSOE y son ellos los que tiene que ponerse las pilas si realmente son tan socialistas como dicen que son. Y nosotros vamos a estar muy pendientes. Además, el PSOE está de acuerdo con nuestras conclusiones, los que no lo están son PP y Vox pero que ellos no estén de acuerdo con nosotros pues hasta nos congratula.
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-¿Podemos va a aguantar como grupo municipal hasta el final del mandato?
Hombre sí, yo creo que sí. Hay una cuestión que tenemos muy clara en Podemos y es que trabajamos por mejorar la vida de la gente. Luego hay objetivos secundarios como ser portavoz y cuestiones similares. Yo soy portavoz de la gente que me ha votado. Me presenté a unas primarias y soy portavoz de los votantes de Podemos. Luego, es legítimo que quieras ser portavoz, pero hay que presentarse a unas primarias y hay que salir votado. Seguiremos trabajando por Burgos, como no puede ser de otra manera.
-Pero es difícil mantener un grupo municipal con dos concejales que prácticamente no se hablan
Bueno... Claro... Si una parte quiere hablar y la otra, no, pues no hay manera. En el grupo municipal tengo que tomar decisiones y si la otra parte no quiere hablar conmigo, qué le voy a hacer. No es fácil. Pero el objetivo es mejorar la vida de la gente y, en ese sentido, creo que lo estamos haciendo bien. Yo sigo siendo portavoz de los vecinos y vecinas de Burgos que me han votado, la realidad es así. Si hay otro concejal que quiere ser portavoz... no voy a entrar. Sigo trabajando y espero que esto me trascienda. Yo nunca me he dedicado a la política, lo hago por vocación y seguiré en la misma línea, al servicio de todo el mundo. Soy accesible, si alguien no quiere hablar conmigo después de haber hecho todos los esfuerzos, pues... estas son las mimbres que tengo y con esto seguiré adelante. Qué le vamos a hacer.
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«Las relaciones con Vox son muy superficiales, porque prefiero no profundizar. A nada que rascas sale Vox en todo su esplendor»
-¿No va a tirar la toalla?
¿Yo? No, qué va. No lo hago por responsabilidad, aunque alguna vez se me ha pasado por la cabeza, como hace ocho meses. Pero por responsabilidad no lo voy a hacer porque me siento muy apoyada, arropada y todos los imputs que tengo son positivos. Y si cometo errores, que seguro que los cometo, trato de asumirlos, de digerirlos y seguir para adelante. Tengo que estar donde tengo que estar porque me han votado para eso, porque sería una grandísima decepción y no lo voy a hacer. Y no está siendo fácil, ni dentro ni fuera.
-Ni tampoco es bueno para el partido
No, la verdad. Haré todo lo posible porque esto funcione de manera coordinada y no pierdo la esperanza. Cada día que entro en el despacho pienso... 'venga, va'. No pienso tirar la toalla. Creo que al final se verá.
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-Hablaba de que la covid-19 ha sido un punto de inflexión en este mandato, en lo que respecta a Podemos, me imagino que fue la marcha de Rául Salinero. ¿Cómo vivió aquello?
Nos afectó a todos. Raúl se marchó y, como dice la canción, solo me dejó recuerdos de su ausencia. No fue fácil, porque tenía mucha experiencia, conocía muy bien el Ayuntamiento y era un referente. De todo se aprende. Me dejó el testigo y lo recogí de la mejor manera que pude. Seguramente, al principio no lo hice bien, pero cada vez me siento más segura en el puesto en el que estoy y en mi papel de portavoz. Se trata de liderar, ser portavoz, cada uno en su estilo. En Podemos ahora los liderazgos son muy corales y femeninos (y feministas), más cercanos, que buscan tender lazos, cooperar y preocuparnos por las familias, las mujeres... Dejando de lado las luchas intestinas. Y esa es la idea que yo tengo de la política y del liderazgo.
-¿Y por qué en política cuesta tanto poner en práctica ese tipo de modelos, más constructivos, y se apuesta por el individualismo?
Seguramente este será otros de los cambios radicales introducidos por Podemos en la política. La política siempre ha sido masculina, antes no podíamos ni votar. Que las mujeres hayan entrado en política, en masa y que estemos aquí con todo lo que supone, porque las críticas son mucho más descarnadas, van al físico, a su forma de vestir... pues, bueno... Mucho peor sería no estar. Nos lo echamos a la espalda y lo que hay que hacer es estar y adoptar dinámicas que están en nuestra esencia. Porque entrar en las dinámicas masculinas, de los egos, no va ningún sitio. El feminismo es transversal, nos afecta a todos.
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