Un año marcado por la «sumisión» del PP a las «exigencias ideológicas» de Vox y por la «política de tierra quemada», entre otras cuestiones. A tres días vista del primer aniversario de la constitución de la nueva Corporación municipal, el portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Burgos, Daniel de la Rosa, ha hecho un balance de estos primeros doce meses de gobierno del bipartito. Un balance que, como cabía esperar desde el punto de vista socialista, está plagado de sombras.
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Y lo está, a juicio del portavoz del PSOE, desde el primer día. No en vano, ha recordado, la propia Ayala se «comprometió» durante la campaña electoral a no gobernar si el PP no era el vencedor en las urnas. A la vista está que finalmente no fue así tras el pacto de los 'populares' con Vox.
A partir de ahí, De la Rosa, en una rueda de prensa convertida en un mitin a las puertas del Mercado Norte provisional, ha relatado los que a su juicio son los principales hitos del bipartito durante estos primeros doce meses de mandato, empezando por la decisión de Ayala de «subirse el sueldo» nada más llegar.
En este saco entran actuaciones y proyectos como el Plan Municipal de Vivienda consensuado por todos los grupos municipales a finales del anterior mandato, el proyecto de las nuevas cocheras para los autobuses municipales, la paralización de la compra de nuevos autobuses, el frenazo a actuaciones como la ampliación del Archivo Municipal, el contenedor cultural en la antigua escuela de Relaciones Laborales, la transformación de la sociedad de promoción municipal (antes Promueve y ahora ProBurgos) o la reciente paralización del proyecto Burgos Río.
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Así, sólo se han salvado de la quema un puñado de actuaciones ya planteadas con anterioridad, como el Mercado Norte, con el que el bipartito ha «rectificado».
A mayores, esa política de «tierra quemada» se ha complementado, según De la Rosa, con la aplicación de medidas de marcado carácter «ideológico» impuestas por Vox, tales como el recorte a las ayudas en materia de cooperación internacional, la supresión de la Concejalía de Mujer o la anulación de los convenios que históricamente se suscribían con las asociaciones de Memoria Histórica y con los grandes sindicatos.
En este sentido, el portavoz socialista ha lamentado la «sumisión» de Ayala ante Vox, aunque considera que la alcaldesa se encuentra «cómoda» en ese escenario.
Y todo ello sin olvidarse del bolsillo. No en vano, tanto PP como Vox manifestaron durante la campaña su intención de reducir la carga fiscal de los burgaleses, y ya durante el primer año de mandato han aprobado el «tasazo de Aguas», mientras ponían en marcha medidas «populistas» como la gratuidad de los autobuses urbanos para los mayores de 65 años sin tener en cuenta su renta y capacidad económica.
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Medidas todas ellas acompañadas de un «secuestro» de los órganos del Ayuntamiento y de un uso totalmente «partidista» de los canales informativos institucionales, que hacen que el PSOE hable directamente de «Gobierno radical» que actúa «de espaldas a la gente».
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