Protesta de los empleados de Urbaser, que exigen la mediación del Ayuntamiento

Los retrasos en la licitación del nuevo contrato, y la adjudicación del mismo, han «condenado al ostracismo» a los trabajadores, explica Guillermo Salas, del comité de empresa. Así, llevan seis años sin subida salarial, bloqueada cualquier revisión entre la salida de SEMAT y la entrada de Urbaser, cuyo contrato se firmó el pasado año. Y con el convenio colectivo caducado desde diciembre de 2020.

Seis años que suponen una pérdida de poder adquisitivo del 12,5 %, sin contar 2023 y 2024, años que el actual contrato está 'blindado'. Y todo por la mala gestión del Ayuntamiento, con un equipo de Gobierno de uno y otro color. «Todos los partidos son responsables de este problema», insiste, y de cómo se ha gestionado el nuevo contrato.

De ahí que pidan la mediación del equipo de Gobierno, sin creerse que estén atados de pies y manos como alega el alcalde. Son responsables de haber adjudicado un contrato valorado, según los técnicos, entre 19 y 21 millones de euros por 17 millones. Y también de vigilar que el servicio se presta con calidad y en buenas condiciones para la plantilla.

En estos momentos, las negociaciones con Urbaser están bloqueadas. Las posturas «muy alejadas», recuerda Salas, pues la empresa tiene una propuesta «inamovible», de unos «mínimos muy mínimos». Mientras, los trabajdores se han ajustado al máximo pero también han «fijado un suelo». De este modo, la subida salarial demandada se eleva al 10 % y la empresa no ha pasado de 5 %, con un 1,3 % real.

La cuestión económica es el grueso de las reivindicaciones, pero es la única. Los trabajadores llevan años cargando con un parque móvil «hecho una chatarra», que ha causado accidentes, algunos graves, como la muerte de un compañero. Y que les pone en peligro a diario: ruedas reventadas, frenos que no funcionan, vehículos que rompen...

Todo ello impacta en el servicio que se presta, que se acaba resintiendo. «Hemos tenido montones de incidentes; deberían vigilar qué hace la empresa con el dinero municipal para que el servicio se preste con calidad», insisten desde el Comité de Empresa. Sin embargo, ven una dejación de funciones del Ayuntamiento.

La protesta de este martes se ha producido un día antes de que se mantenga la última reunión en el SERLA. Queda por ver si la empresa mantiene su postura «inamovible» o si se consigue cerrar un acuerdo. Si no es así, la convocatoria de huelga está prevista para el 3 de abril. «Esperemos que antes haya un acercamiento significativo por parte de Urbaser, pero estamos muy alejados», admiten.