Sucesos Burgos
Secciones
Servicios
Destacamos
Secciones
Servicios
Destacamos
Un operativo especial de la Policía Local de Burgos vigilará la zona de Vadillos durante el próximo mes y medio ante las quejas de los vecinos, que han denunciado públicamente problemas de ruidos, suciedad, botellones y actos vandálicos. Los agentes ya han estado por ... la zona, se han levando actas por infracciones administrativas, pero ahora reforzarán su presencia, como elemento tranquilizador y disuasorio.
Durante las noches (y madrugadas) de los jueves, viernes y sábado, habrá vigilancia fija y dinámica, explicado el intendente jefe de la Policía de Burgos, Félix Ángel García. Es decir, se contará con una patrulla parada, pero también habrá patrullaje por el barrio, ya que son varias las calles en las que se han registrado incidentes y quejas. «La zona no es ni mejor ni peor que otras de la ciudad», insiste García.
De hecho, aunque ha sido ahora cuando se han conocido las quejas de los vecinos, la policía lleva tres semanas realizando vigilancias, controlando que se cumplen los horarios de cierre, el uso de terrazas y demás. El intendente jefe ha vuelto a insistir en que han estado realizando una labor «callada», de paisano, y solo durante este mes de enero ha habido nueve controles en la zona.
Previamente, también habían tenido que levantar actas por incumplimiento de aforos, horarios, ruidos en el exterior o consumo de bebidas alcohólicas en la calle. En los controles más recientes, todos los establecimientos estaban cumpliendo con los horarios. Hay cuatro en la zona, tres son bares y cierran a las 2:30 y el cuarto es la sala de fiestas, que tiene horario de cierre a las 4:30.
Los vecinos de Vadillos, de las calles Conde Don Sancho, Diego Laínez y Alonso de Cartagena en concreto, se muestran esperanzados ante la buena disposición que han encontrado en el Ayuntamiento de Burgos tras la denuncia pública por los problemas de ruidos, suciedad y vandalismo que sufren los fines de semana.
En la reunión del martes, los vecinos pudieron explicar al alcalde, Daniel de la Rosa, y a la Policía Local la situación que viven, que es de «delincuencia pura y dura», afirma. Y de la que responsabilizan también al hostelero de la Sala Bonache, pues consiente algunos comportamientos y alienta otros con sus políticas de venta.
Los vecinos consideran que «debe tener alguna responsabilidad con el barrio», pues es consciente de que sus clientes salen fuera del bar, montan jaleo, dejan suciedad en las calles, garajes y portales y, cuando cierra, se quedan haciendo botellón en la zona.
A la reunión, los vecinos llevaron un dossier con 35 páginas en las que recogen imágenes de todo lo que llevan vivido, pues los problemas datan de 2018. Y son varias las comunidades de vecinos que lo han denuncia, pero en el Ayuntamiento no eran conocedores de la situación. «Fallan los cauces de comunicación», apuntan los vecinos.
Aun así, están satisfechos porque han visto «muy buena disposición y voluntad», y confían en que se encuentre una solución al problema. Ellos consideran que, la Sala Bonache debería revertir en bar normal, pues tiene muchas denuncias e infracciones, y así que no se le permitiese abrir hasta las cuatro y media.
De momento, esperan la presencia de la policía y ver cómo evoluciona la situación. Los últimos fines de semana, como suele ser habitual en enero, han sido más tranquilos porque hay menos gente. Pero, aún así, han tenido que soportar grupos de personas fumando en la calle, de madrugada, y dando voces, lo que impide el descanso de los vecinos.
Félix Ángel García entiende el malestar de los vecinos, y por eso se refuerza la presencia policial en la zona, para «darles tranquilidad». Pero en la reunión mantenida este martes también se les explicó que «hay cosas que son inevitables». Para empezar, que haya gente hablando en la calle, si lo hace sin bebidas, no se puede evitar. Ni que se usen las terrazas dentro del horario convenido.
Es un problema recurrente, pues por la noche, todos los ruidos se oyen más. Y en Vadillos, con calles estrechas y casas altas, se crea efecto chimenea y en medio del silencio nocturno, incluso los que hablan a un tono normal molestan. Se va a vigilar que haya comportamientos adecuados, pero tampoco se puede «estigmatizar» a todos los clientes por lo que hagas unos cuentos.
Igualmente, se vigilarán algunas denuncias concretas que han hecho los vecinos, como por ejemplo, la presencia de menores en el interior del bar de copas (los controles realizados hasta ahora no se han encontrado con ninguna situación de esas características). También, que se hagan botellones fuera de los establecimientos cuando han cerrado ya o que la gente salga a beber a la calle si no hay terraza.
El intendente jefe de la Policía Local afirma que son pocos los barrios en Burgos que se pueden considerar «conflictivos» y que siempre es por un problema «muy concreto». En la ciudad no hay un problema de segruidad ciudad en ningún barrio, pero las zonas de copas generas más molestias. Si en Vadillos se quejan, más lo hacen los vecinos del entorno de la discoteca Kaché que, como recuerda García, incluso han sufrido agresiones en los exteriores entre clientes.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.