Podemos pide alimentación ecológica en las escuelas infantiles municipales de Burgos

La pasada semana los grupos municipales conocieron las conclusiones del comité de expertos incluidos en la Mesa de Trabajo Agenda 2030, en la que los expertos de la Universidad de Burgos expusieron sus conclusiones y elaboraron un diagnóstico de qué es necesario hacer en Burgos para cumplir con el ODS número 12, que se refiere expresamente a la Producción y Consumo Responsables. Este punto, «el más directamente relacionado con las actividades cotidianas, es básico en la educación de la sociedad para lograr una alimentación sana, responsable con el medio ambiente y dinamizadora de la economía local, generando empleos de calidad», señala Arroyo.

Desde Podemos Burgos consideran que «el Ayuntamiento debe ponerse al frente y debe, como primer paso, adherirse al Pacto de Milán como recomendaban los propios expertos de la UBU. Un Pacto que busca desarrollar estos sistemas alimentarios sostenibles haciendo partícipes a todos los sectores del sistema, modificando las políticas existentes, preservando la biodiversidad y buscando la implicación de todas las administraciones y ciudades posibles. Un Pacto que igualmente busca permite mitigar los efectos del cambio climático y promover hábitos saludables de vida», advierte.

A este respecto, y para que Burgos se sitúe al frente de este movimiento, «solicitamos al bipartito que ofrezca en todas las escuelas infantiles municipales productos de calidad sostenibles, ecológicos, frescos, de temporada, de proximidad y adquiridos a productores locales en un procedimiento de compra pública, generando a su vez riqueza y empleo local», apuntan desde el partido morado.

«Son ya en estos momentos más de 300 niños y niñas que comen a diario en esos centros y en los que la Concejalía de Servicios Sociales puede generar hábitos saludables. En la actualidad, según los pliegos técnicos de cláusulas administrativas para contratar el servicio de Escuelas Infantiles del Ayuntamiento, únicamente se establece un máximo de un punto a aquellas empresas que apuesten por criterios de estacionalidad y proximidad, lo cual nos parece totalmente insuficiente», comenta Margarita Arroyo que añade que «la escuela Río Vena, y así se ha destacado desde el Equipo de Gobierno, será el primer inmueble municipal de cero emisiones y con consumo casi nulo. Así que si nos preocupamos de cuidar de los edificios, con más razón aún debemos hacerlo de las personas».

El estudio Alimentar el Cambio, realizado por Garúa con el apoyo de Ecologistas en Acción, «recomendaba en 2017 que los contratos de gestión de escuelas municipales especificaran un porcentaje mínimo obligatorio de producto ecológico y de temporada en el diseño de menús y que se otorgaran puntos adicionales a las ofertas que incrementen estos porcentajes, que introduzcan productos de acuicultura sostenible, criterios de bienestar animal, o de reducción de envases. Aspectos que no vemos por ningún lado en los pliegos municipales, que consideramos fundamentales y por los que pedimos al bipartito una reacción para ofrecer y educar a las futuras generaciones en la adquisición de hábitos de alimentación saludables y sostenibles».

En referencia al Gobierno central, recuerdan que «en 2018, aprobó el Plan de Contratación Pública Ecológica de la Administración General del Estado en la misma línea, y hay ayuntamientos que lo están aplicando, como Pamplona o que lo están poniendo en marcha, como el de Valladolid, impulsado por las Concejalías de Servicios Sociales y Medio Ambiente. Y a nivel europeo, el mejor ejemplo es la ciudad sueca de Malmö, que viene aplicando criterios de sostenibilidad alimentaria desde 1996, en Viena desde 1999 y en la actualidad, el 70 por ciento de los comedores de la ciudad de Roma son ecológicos».

«Esto no es una utopía, ya que en Burgos tenemos el ejemplo de la empresa Huerto Molinillo, reconocida en los Premios Ciudad de Burgos y que gracias a su trabajo de elaboración de 300 cestas de productos ecológicos es generadora de empleo seguro, sostenible y de calidad. Un claro ejemplo a seguir que nos demuestra que se puede alimentar mejor, más sano, incluso más rico y sabroso a nuestros pequeños dinamizando al tiempo nuestra economía», concluye Margarita Arroyo.