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Podemos considera que es necesario abordar el problema de la ludopatía como una cuestión de sanidad pública, al detectarse un incremento de las adicciones, un cambio de modelo de adicción y de perfil del adicto. «Es un fenómeno que devasta a la familia pero ... existe una alfombra roja para las salas de juego», explica la concejal Marga Arroyo.
Por ese motivo, podemos plantea que se actualice el Plan Municipal de Drogodependencias «porque está obsoleto». Lleva sin actualizarse dese 1997 y no incluye las adicciones sin sustancia, como es el caso de la ludopatía.Debe ser tratado como un problema de salud, apostando por las campañas de sensibilización y concienciación, sobre todo entre los más jóvenes.
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Arroyo recuerda que ha cambiado el perfil del ludópata, pasando del hombre adicto a las tragaperras a los jóvenes enganchados a los juegos online y las apuestas, tanto físicas como virtuales. Y para atajar el problema, insiste la concejal, es necesario insistir en educación, prevención y sensibilización.
La propuesta que la formación morada llevará al pleno del viernes incluye también la prohibición de poner publicidad sobre salas o salones de juego, casas de apuestas y demás incentivos del juego en los autobuses urbanos. Y que dicha publicidad puede verse en espacios públicos, fiestas de los barrios y cualquier evento que organice el Ayuntamiento, como ocurre con las bebidas alcohólicas o el tabaco.
Por otra parte, Podemos planteará en el pleno la elaboración de un plan estratégico de cultura, de la mano de los agentes culturales de la ciudad, e incrementar el presupuesto destinado a producción cultural y artística para que, al finalizar el presente mandato, se pueda destinar a este fin un 1,5% del total del presupuesto municipal.
Marga Arroyo afirma que le «avergüenza» la posición de Burgos en Europa, que cae al puesto 47 del ranking de ciudades candidatas a Capital Europea de la Cultura, una posición muy alejada del puesto 13 del que disfruta Granada, competidora directa de Burgos como Capital Europea de la Cultura. «Estos resultados tan pobres van en consonacia con el esfuerzo de la política cultural de la ciudad», insiste.
En Burgos indicadores como la calidad de la gobernanza en cultura, equipamientos o salas y salones de conciertos caen por debajo de la media regional. Podemos exige que se convoque el consejo de la cultura, que realice reuniones periódicas y se diseñe un plan estratégico, dotando además de suficientes medios humanos y económicos al Instituto Municipal de Cultura.
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