Casi 300 niños disfrutan de la experiencia de los campamentos en plena naturaleza de Burgos

En los campamentos urbanos han participado este año 234 niños de 6 a 12 años. Se han ofertado un 36% más de plazas, ha recordado la concejala de Servicios Sociales, Sonia Rodríguez, y los niños han respondido. La actividad busca ofrecer una alternativa de ocio en plena naturaleza, alejando a los chavales de las pantallas, y facilitar la conciliación familiar durante las vacaciones escolares.

En julio, los campamentos estuvieron destinados a los más pequeños, a niños de 6 a 8 años, y se ofertaron en el Aula de Medio Ambiente de El Parral. En agosto y septiembre, los turnos corresponden a los chavales de 8 a 12 años, que están en Fuentes Blancas. Son estos los que pernoctan dos noches, martes y viernes, en una primera experiencia que es especialmente emocionante para ellos.

«Es el mejor día de mi vida», suele ser la entusiasta reación de los chavales, según explica Ignacio Martín, responsable de la empresa encargada de los campamentos, y la animadora social del Ayuntamiento, Laura Izquierdo. Son casi veinte años de campamentos y, durante este tiempo, se han notado algunos cambios en el comportamiento de los menores.

Izquierdo explica que, ahora, «el ocio está muy dirigido. Los niños tienen pocos espacios para realiconarse y convivir» y buena parte del ocio está asociado a las pantallas. Por ese motivo, el campamento se centra en disfrutar de la naturaleza, en un ambiente de convivencia que también les ayuda a desarrollar habilitadades de resolución de conflictos.

La filosofía es aprender jugando. Así que a través de ginkanas, juegos y excursiones, a los niños se les educa en valores medioambientales, habilidades sociales y cuidados de la salud. Este año, el programa educativo ha girado en torno a las montañas, por el Año Internacional del Desarrollo Sostenible de las Montañas, explica Sonia Rodríguez.

Es fundamental enseñar a los más pequeños la importancia de cuidar el medio ambiente, que aprendan que está en nuestras manos garantizar el futuro del planeta, que pueden convivir con la naturaleza y que hay que minimizar el impacto de la actividad humana. Además, con los campamentos se desarrolla la creatividad, la imaginación y el trabajo en equipo.

Y se disfruta del medio natural de Burgos. Han hecho excursiones al humedal, para aprender la importancia de gestionar bien el agua. También han realizado una ruta por la vía verde Santander-Mediterráneo, han ido a las piscinas (de San Amaro, los más pequeños, y de Ubierna, los mayores) y se hace una ruta nocturna con linternas a la Cartuja, que les apasiona.

Los campamentos se desarrollan durante una semana, de lunes a sábado. Los lunes, miércoles y jueves, de 10:00 a 19:00. Los martes y viernes, se pernocta. Y los sábados los chavales se van a las 13:30. Se les recoge en bus y, además, se ofrece a las familias el programa madrugadores. Sonia Rodríguez recuerda que se guardan siempre plazas para niños con discapacidad y niños de familias vulnerables.