Mila del Campo asumirá Sanidad, Cooperación, Voluntariado y Empleo Social

La inminente entrada de Milagros del Campo como nueva concejala del Ayuntamiento de Burgos en sustitución de Fernando de la Varga, que semanas atrás renunció al cargo tras ser sorprendido conduciendo bajo los efectos del alcohol en un control de la Policía Local, ha obligado al equipo de Gobierno a impulsar una reorganización interna.

Una reorganización que, según ha asegurado hoy la alcaldesa de la ciudad, Cristina Ayala, en compañía del vicealcalde, Fernando Martínez-Acitores, se hará efectiva en el mismo momento en el que Del Campo asuma el cargo y que se ha diseñado atendiendo a su «perfil» profesional, vinculado a la psicología forense y el trabajo en el ámbito social.

De esta manera, y tras valorar «muchas opciones», se ha decidido que Del Campo asuma formalmente la concejalía de Sanidad, cuyo titular hasta ahora era Carlos Niño, quien mantendrá la responsabilidad del área de Medio Ambiente. Asimismo, Del Campo también asumirá las áreas de Cooperación, Voluntariado y Empleo Social, que permanecerán adscritas a la Gerencia de Servicios Sociales, cuyo titular seguirá siendo Andrea Ballesteros.

Por su parte, las áreas que hasta ahora dependían directamente de Fernando de la Varga se dividirán entre los concejales Carlos Niño y José Antonio López. El primero asumirá el área de Turismo, mientras que el segundo se hará cargo de Servicios.

A mayores, y más allá de las responsabilidades directas de Gobierno, Mila del Campo también asumirá la presidencia del Distrito Oeste.

Queda por decidir, en todo caso, quién asumirá el rol que desempeñaba De la Varga como segundo de a bordo de la sociedad Promueve. En este sentido, tal y como ha adelantado Ayala, esa decisión aún no se ha tomado, toda vez que la propia sociedad está viviendo ahora mismo una reorganización particular.

Se trata, según ha defendido Ayala, de los «cambios mínimos» necesarios para que el equipo de Gobierno siga funcionando de la manera que lo está haciendo desde principios de mandato. Eso sí, ni Ayala ni Martínez-Acitores han querido garantizar que esta sea la última reorganización del Ejecutivo local. Y es que, «la política ha dejado de ser predecible» y en cualquier momento puede romperse la planificación, tal y como ha sucedido precisamente con la dimisión de De la Varga.