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Tras 40 años anclado en el olvido, el Edificio Campo podría estar viendo de nuevo la luz al final del túnel. El Pleno del Ayuntamiento de Burgos ha dado hoy luz verde a la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) impulsada durante el pasado mandato ... y mediante la que se otorga al inmueble una protección estructural. Una medida que permitirá, a priori, dejar atrás las trabas urbanísticas que lastran su rehabilitación y puesta en valor.
El expediente llegaba al Pleno respaldado por una miríada de informes favorables de organismos como la Fundación DO.CO.MO.MO Ibérico, el Colegio de Arquitectos, Icomos y el servicio de Patrimonio de la Junta de Castilla y León.
A grandes rasgos, todos los expertos coinciden en que el Edificio Campo es un gran ejemplo de la arquitectura de la España de los años 60' y, como tal, puede y debe ser objeto de una protección especial por parte de las administraciones. Esto significa que, más allá de los gustos subjetivos de unos y otros, el edificio no debería ser derruido en su totalidad o en parte.
Esta, de hecho, es la clave de todo el proceso. Y es que, sobre el Edificio Campo pesaba desde hace muchos años una carga urbanística enorme. Básicamente, las plantas superiores estaban fuera del ordenamiento, lo que impedía a los propietarios del mismo realizar cualquier actuación en el inmueble que no contemplara el derribo. Y eso, a la larga, lastraba su puesta en el mercado y, por ende, lo condenaba a seguir cerrado.
A la vista de la situación, el anterior equipo de Gobierno impulsó, de la mano de los propietarios, la modificación del PGOU encaminada, en última instancia, a desbloquear las cargas urbanísticas. Y tras meses de tramitación, paralizada parcialmente por las elecciones municipales, el expediente ha salido hoy adelante.
Y lo ha hecho contando con los votos favorables de todos los grupos de la Corporación, incluido el PP, que en los primeros estadios del expediente fue muy crítico con el mismo, acusando al entonces concejal de Urbanismo, Daniel Garabito, de «oscurantismo». Así de hecho se lo ha recordado el propio Garabito a su sustituto en el cargo, el 'popular' Juan Manuel Manso, a quien ha recordado que «sólo ha firmado el expediente».
Sea como fuere, y más allá del breve cruce de declaraciones entre ambos, lo cierto es que el expediente ha salido adelante por unanimidad, lo que permite, al menos a medio plazo, desbloquear la situación urbanística de un símbolo del desarrollismo de Burgos enclavado en plena Plaza Mayor.
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