
Hombre, de 55 años de edad, «con patologías psiquiátricas o algún tipo de deterioro cognitivo», portador del VIH y con más de un año de estancia en la Casa de Acogida de La Encina, ese es el perfil del usuario de este recurso asistencial en Burgos. Así lo recoge la memoria de la casa de acogida que ha presentado este martes la presidenta de la Gerencia de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Burgos, Mila del Campo, quien ha calificado esta asistencia de «esencial».
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La Encina tienen una ocupación media a lo largo del año del 96%. El rango de edad de las personas atendidas está entre los 47 y los 63 años. La casa ofrece «una residencia estable» a estas personas que tienen un «alto grado» de deterioro. Estas condiciones de vida son una dificultad para su independencia personal «en el 70% de los casos». Sin embargo, el 30% restante son personas que tienen posibilidades de recuperación y de salida «a otro tipo de recursos no residenciales».
Pero, además de esas patologías, los residentes tienen otras enfermedades asociadas al VIH como las derivadas del «daño cerebral, demencias, trastornos de personalidad, ansiedad, depresión y discapacidad intelectual». Y otras enfermedades respiratorias, hepáticas y neurológicas, como ha precisado Del Campo.
Además de estos datos, el 30% de los usuarios recibe algún tipo de tratamiento «por drogodependencias» y el 50% necesita de una «supervisión constante» en las actividades de su vida ordinaria. Unas patologías que, en ocasiones, cursan con «cáncer, movilidad muy reducida y discapacidad sensorial».
Los usuarios carecen de apoyo familiar y económico, ha recordado Del Campo. Además de un hogar, la casa ofrece «estabilidad, apoyo afectivo y atención» en los ámbitos sanitario, social, psicológico y de autonomía personal y de reinserción social.
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Más allá de las atenciones personalizadas, la Casa de la Encina lleva a cabo un «seguimiento sanitario y de salud mental». Otro eje fundamental de trabajo es el área social; así, se realizan talleres de «habilidades de convivencia» y también todo lo relativo a la «tramitación de determinado tipo de documentación», ha explicado Del Campo.
La Casa de Acogida de La Encina tiene un presupuesto anual de 231.720 euros, de los 50.000 euros los aporta la Junta de Castilla y León. En cuanto a la ocupación total en 2024, ascendió a once personas.
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El centro está atendido por cinco cuidadores, una cocinera y dos responsables. La casa de acogida está gestionada por el Comité Ciudadano Antisida de Burgos. En Castilla y León es el único recurso que existe de manera específica para estos enfermos. La Encina recibe, además, por su condición única, pacientes de otras provincias de la comunidad.
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