La peatonalización de la calle Santa Clara, uno de esos proyectos a largo plazo del Ayuntamiento de Burgos, no está en el cajón del olvido. Se trabaja en ello y lo próximo que saldrá a la luz es el proyecto de demolición de tres ... edificios. Concretamente los de los números 22, 24 y 35. «Si estuvieran en un estado de ruina inminente se podría acelerar el proceso. Como no es así, seguirá el cauce administrativo», explica el concejal de Fomento, Daniel Garabito.
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El siguiente paso es la actuación aislada de expropiación. En el caso del edificio número 35, que hace esquina con la calle Doctor Fleming, la situación es más preocupante, ya que los Bomberos de Burgos han tenido que vallar una de las aceras tras unos desprendimientos en las últimas semanas.
En esos pisos vive actualmente una familia, mientras que un negocio, en uno de los bajos, sigue abierto. Esta situación no es nueva para los vecinos de la zona, ya que en 2017 un informe de Patrimonio, tras una denuncia por el mal estado del inmueble, aseguraba que ya «no procedía su rehabilitación o reparación, razón por la que no se había tramitado la inspección técnica».
Enfrente de ese bloque, están los otros dos edificios que entrarían dentro de la expropiación aislada. De uno, tan solo se mantiene la fachada, mientras que en el contiguo residen también algunas familias. «En Fomento se está preparando el proyecto de licitación», continúa Garabito.
Y con esas demoliciones, el Ayuntamiento pretende ampliar la vía pública en la esquina de Doctor Fleming con Santa Clara, una plaza en Santa Clara y peatonalizar la vía.
También en breve se acometerá una intervención menor, consistente en la ampliación de la acera del convento de Santa Clara. Para ello se redactará un proyecto, con un presupuesto de 9.000 euros, que indique cómo actuar en la zona, cómo reordenar el tráfico y preparar la calle Santa Clara para la futura peatonalización.
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A medio plazo, la intención es hacer una peatonalización blanda en Santa Clara. Es decir, habilitar una plataforma única, que restrinja el paso de vehículos, con una velocidad máxima de 20 km/h. Se generará así una calle residencial, que ya se ensayó con éxito el año pasado, con motivo de la Semana Europea de la Movilidad.
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