La crisis sanitaria de la covid-19 amenaza con desestabilizar las cuentas del Ayuntamiento de Burgos, que registran un aumento de los gastos extraordinarios y una caída de los ingresos, causíticas ambas difíciles de predecir y de controlar. Los primeros cálculos hablan de un ... gasto extra de 650.000 euros derivado de las medidas de seguridad, protección y limpieza exigidas durante la pandemia.
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Las mamparas de las instalaciones y oficinas municipales, los suministros de desinfección para dotaciones, vías públicas o servicios municiaples, la adquisición de guantes y geles hidroalcohólicos, las mamparas de los autobuses urbanos, el contrato de desinfección de los parques infantiles o la compra de mascarillas para uso interno y reparto entre vecinos son algunos de esos gastos extraordinarios.
Desde el inicio de la pandemia, allá por mediados de marzo, hasta la actualidad se han destinado a estos fines esos 650.000 euros, pero el concejal de Hacienda, David Jurado, estima que se cerrará el año con un coste de 1,2 millones de euros. Las necesidades van a seguir ahí, sobre todo en cuestión de suministros y desinfección, al mismo tiempo que se generarán nuevas necesidades.
A modo de ejemplo, Jurado recuerda que la Junta de Castilla y León les ha encomendado la labor de desinfectar los parques infantiles si quieren tenerlos abiertos, pero no es la única obligación transmitida. También intentarán que se encarguen de la desinfección de los centros escolares, pues el mantenimiento depende de los ayuntamientos, ha apuntado el edil, molesto por esta dejación de funciones regional.
Unos gastos extraordinarios que se suman a los 6,5 millones de euros ya comprometido para las ayudas destinadas a paliar los efectos de la covid-19 en empresas, autónomos, hostelería, comercio y familias de Burgos. De este modo, la pandemia ya ha absorbido 7,1 millones de las arcas municipales y acabamos de empezar el segundo semestre del año, con un presupuesto recién aprobado y que entrará en vigor en breve.
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Precisamente, los gastos extraordinarios tiran de las partidas ya comprometidas para suministros generales, así que de momento están cubiertos. El problema vendrá cuando se acaben dichas partidas y toque hacer una modificación de crédito para suplementarlas, reconoce Jurado, pues liquidez tiene el Ayuntamiento pero se corre el riesgo de caer en un desequilibrio presupuestario.
El Consistorio ha arrancado el año con un remanente de 48 millones de euros. De ellos han salido 9 millones para la modificación presupuestaria inicial (la que se realiza para asumir los compromisos ineludibles mientras se aprueba nuevo presupuesto). También los 6,5 millones de las ayudas covid-19, otros 4 millones para facturas y los 16 correspondientes a amortizaciones anticipadas.
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Quedaría dinero, admite el edil, pero el problema está en si se podrá destinar a futuras modificaciones de crédito. Y es que se corre el riesgo de romper la regla de gasto, es decir, de gastar más de lo que se ingresa. La pandemia está obligando a comprometer gastos extraordinarios, e ineludibles, mientras caen los ingresos derivados de las consecuencias sociales y económicas. Los primeros cálculos hablan de una caída de ingresos de 5,2 millones de euros.
Así que antes de plantear alguna modificación de crédito tocará asegurarse de que no se rompe la regla de gasto pues, de lo contrario, el Ayuntamiento sería intervenido. Por ese motivo, David Jurado reclama que los gastos de la covid-19 no sean tenidos en cuenta para a regla de gasto, dado que se tiene liquidez para asumirlos y son algo extraordinario, ajeno a la gestión municipal.
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Igualmente, el socialista reclama poder destinar el superávit a las necesidades sobrevenidas de la pandemia y que la Junta también contribuya económicamente. De momento, lamenta el edil, se ha limitado a distribuir una parte del fondo extraordinario del Gobierno central. En concreto, 9 de los 17 millones entregados a Castilla y León, de los que 400.000 euros han llegado a Burgos.
Quedan pendientes otros 8 millones y, desde el PSOE en las Cortes regionales, se le ha exigido al gobierno de Alfonso Fernández Mañueco que aporte otros 17 millones de euros para que ayuntamientos y diputaciones de Castilla y León puedan afrontar las consecuencias de la covid-19. Y es que las ayudas son clave tanto para financiar programas o cubrir prestaciones y subvenciones como para paliar la caída de ingresos y que, precisamente, no se desequilibren las cuentas.
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