Contratan la consultoría para supervisar las obras en el arroyo de Villatoro, que arrancan en agosto

De este modo, la Junta de Gobierno Local adjudicó el pasado jueves a CEMOSA el contrato de consultoría, el estudio hidrológico y la dirección de obra por 796.000 euros, lo que supone una rebaja del 5,54% sobre el presupuesto base de licitación, ha explicado la concejala de Cs Rosa Niño. Un contrato que tiene un plazo de ejecución de 36 meses.

La empresa Herrero Temiño es la encargada de acometer las obras, que suponen la creación de dos pozos par captar el agua subterránea y evacuarla al arroyo de Villatoro. A continuación, se impermeabilizará el cauce para impedir nuevas filtraciones, al menos en la zona del barrio, seguiendo de este modo el proyecto que se redactó para dar solución al problema.

Sin embargo, las obras no podrán comenzar hasta el 1 de agosto, ha apuntado Niño. La razón no es otra que el hecho de que Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) no permita actuar en los cauces entre abril y agosto. Además, CHD tiene que volver a dar permiso al Ayuntamiento después de que la autorización de tres años caducara sin haber actuado en la zona.

Días atrás, los vecinos de Villatoro volvían a levantar la voz al ver que, pese a los compromisos municipales, el problema de las filtraciones todavía no se ha resuelto. Criticaban que el Ayuntamiento era mucho más ágil para decidir trasladar al barrio las barracas, pese a la oposición vecinal, y comenzar a adecentar los entornos de la calle Laredo para asentar la feria de atracciones de los Sampedros.

Sergio Simón, representante de los vecinos, recuerda que llevan más de dos décadas con el problema de las filtraciones, que se han llevado por delante seis viviendas, que tuvieron que ser demolidas por las grietas ocasionadas al ceder el terreno. Otras muchas han tenido que ser rehabilitadas o siguen presentando importantes grietas, también a la espera de las anunciadas ayudas municipales.

Ahora, si todo sale según lo previsto, los trabajos arrancarán en agosto y serán supervisados por la consultora de modo que si se detecta que la solución planteada no va por buen camino, se pueda reconducir el proyecto sin perder más tiempo. Los vecinos no respirarán tranquilos hasta que vean las máquinas trabajar en Villatoro.

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