No estamos hablando del pago a proveedores, que también. Sino de aquellas facturas almacenadas en cajones y que, en algunos casos, han estado durmiendo el sueño de los justos durante años. Un volumen tal de facturas que la deuda municipal con estos proveedores (en el ... sentido más amplio de la palabra) ascendía a 5 millones de euros cuando el PSOE se hizo con las riendas del Gobierno municipal. Ahora, una vez cerrado el ejercicio 2019, se ha rebajado la deuda a 582.000 euros.
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Así lo recoge el informe trimestral de Tesorería que David Jurado presentará, este martes, en la Comisión de Hacienda y del cual se dará cuenta también en el pleno ordinario de esta misma semana. El concejal socialista se muestra satisfecho por los primeros seis meses de gobierno municipal pues, pese a las críticas de la oposición, dice, los datos refrendan una buena gestión económica.
El segundo trimestre de 2019, el último de gestión del Partido Popular, las facturas pendientes de reconocimiento de obligación de pago ascendían a 5 millones de euros. Como explica Jurado, se trata de facturas que han llegado al Ayuntamiento pero todavía no se han incluido entre las obligaciones municipales y, algunas de ellas, estaban pendientes desde los años 2007 y 2008.
Eso sí, el mayor volumen correspondía a facturas de Aguas de Burgos por el consumo de los edificios municipales. En concreto, 2.355.000 euros que el PSOE ya ha reconocido, revocando el decreto del anterior alcalde por el que no se reconocía el pago al considerar que el autoconsumo municipal no debía ser facturado por Aguas de Burgos. Aun así, recuerda Jurado, la sociedad municipal ya había pagado el IVA correspondiente a esas facturas, lo que estaba provocando un «agujero» en sus cuentas anuales.
Los socialistas han preferido pagar pues el dinero que se abona por el consumo de agua en edificios municipales permitirá a Aguas de Burgos disponer de más recursos para inversiones y proyectos, afirma Jurado.. Eran 15.000 las facturas pendientes en una guerra que ha enfrentado, durante muchos años, a la Concejalía de Hacienda con Aguas de Burgos, pues cada una de las áreas defendía sus intereses, contrapuestos.
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El resto de la facturas abarcan una gran variedad de conceptos, aunque muchas también son reconocimientos extrajudiciales de crédito por contratos ya vencidos y que no se habían renovado, apunta el concejal de Hacienda. También se contaba con facturas por valor de 400.000 euros correspondientes a contratos de publicidad. Unas y otras se han reconocido y se han incluido en el circuito de pagos, lo que ha permitido reducir esta morosidad en 4,5 millones.
Un resultado positivo en la gestión financiera, apunta Jurado, que no ha lastrado el pago a proveedores, la otra pata de la Tesorería municipal. Cuando se reconoce la obligación de pago de las facturas, estas pasan directamente al circuito, lo que en este caso podría haber supuesto un aumento de la morosidad a proveedores. Sin embargo, el año también se ha cerrado con buenos resultados.
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El cuarto trimestre se completó con 3,5 millones de euros pendientes de pago (correspondientes a unas 3.000 facturas ya reconocidas y en tramitación), una cifra muy por debajo de los 8 millones con los que se encontraron los socialistas en junio. El tercer trimestre se cerró con un aumento de la deuda a proveedores, 10 millones, pues «ya habíamos empezado a meter pagos y facturas pendientes», afirma Jurado.
Sin embargo, el Ayuntamiento ha sido capaz de asumir la liberación de las facturas retenidas y cerrar el año con 3,5 millones pendientes, tras haber abonado 30 millones de euros en el cuarto trimestre (20 de ellos dentro del periodo legal de pago a proveedores). El concejal recuerda que la media de pago a proveedores está en 20 millones por trimestre, pero la liberación de facturas ha hecho engrosar en 10 millones el pago en los últimos tres meses de 2019.
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La única pega a la gestión de David Jurado la pone el Instituto Municipal de Cultura y Turismo (IMC), que ha incrementado el número de facturas pendientes de reconocimiento, cerrando el año con un volumen de 588.000 euros (frente a los 310.000 del segundo trimestre). En cuanto al pago a proveedores, se deben 838.964 euros (183 facturas), aunque en el tercer trimestre se superaban los 1,3 millones. El periodo medio de pago se dispara a los 132 días.
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