Cristina Ayala, alcaldesa de Burgos
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Cristina Ayala, alcaldesa de Burgos
Ayala: «El pacto con Vox es muy limpio, centrado en las necesidades de Burgos»Ella misma reconoce que hace poco más de un año no se veía regresando a Burgos para participar en la política municipal, pero ahí está. A pesar de no conseguir superar al PSOE en las elecciones municipales del pasado mes de mayo, el pacto entre PP y Vox ... permitió hace tres meses a Cristina Ayala asumir la Alcaldía de la ciudad.
Y desde entonces, asegura, su equipo está trabajando para imponer su sello particular en el día a día del Ayuntamiento, lo que a menudo implica paralizar algunas de las iniciativas impulsadas por el anterior equipo de Gobierno.
De momento, afirma, todavía se está jugando con la carga de la «herencia recibida», aunque insiste en que ese argumento dejará de ser válido en breve. Lo veremos. Mientras tanto, Ayala atiende a BURGOSconecta, reconociendo la posible necesidad de revalorizar alguna tasa o impuesto, como la de aguas o la de basuras.
Aún no se han cumplido 100 días de Gobierno, pero casi. ¿Qué valoración hace de estas primeras semanas?
Quizá es demasiado pronto para hacer un balance, porque es cierto que son casi 100 días, pero entre medias está el mes de agosto, que siempre es complicado. En todo caso, creo que ya hay una impronta de un gobierno nuevo, con ideas distintas, que ha parado algunos proyectos con los que no comulgaba y que avanza ya en otros proyectos.
Desde fuera, parece que no costó alcanzar un acuerdo con Vox, a pesar de que se hicieron de rogar.
A nuestro juicio, el resultado electoral demostró que la ciudad quería un cambio, porque la suma del entorno del centro derecha daba quince concejales. A partir de ahí, tuvimos unas primeras conversaciones con Vox y luego decidimos abrir un proceso de reflexión por nuestra cuenta para centrarnos en los temas comunes, ya que al final somos dos equipos políticos diferentes que tenemos cosas que nos separan. Una vez que quedó claro qué cosas nos unían, todo fue relativamente sencillo y al final configuramos un equipo en el que cada uno tiene responsabilidades diferentes, pero con una idea en común: unidad de acción.
Uno podría pensar que el pacto se cocinó fuera de Burgos. ¿Fue así?
No sé lo que pasó en otras ciudades, pero en nuestro caso, el proceso se llevó a cabo aquí. Evidentemente, cuando tuvimos el pacto de gobierno por escrito, se lo remitimos a nuestros 'hermanos mayores' para que lo validaran. En este sentido, me consta que Burgos fue modelo de pacto para otros rincones de España.
¿Hubo algún tipo de cortapisas?
No, porque cuando uno lee el pacto de gobierno se da cuenta de que todas esas cosas que nos separan están fuera del documento. Es un pacto muy limpio que se centra en las necesidades y objetivos de la ciudad.
Cristina Ayala
Alcaldesa de Burgos
Cuando uno alcanza acuerdos, siempre tiene que ceder en algún punto. ¿En qué ha cedido el PP?
Evidentemente, cuando uno negocia tiene que ceder cosas, aunque le cueste. En este caso, el área que más me costó ceder fue la de Cultura, pero es cierto que esa decisión deviene de un planteamiento regional, ya que el consejero de Cultura de la Junta es de Vox.
¿Y en qué ha cedido Vox?
Eso se lo tendrá que preguntar a ellos.
Pero ustedes tendrán una idea al respecto.
Sí, pero tampoco no nos lo han contado. Como en todas las negociaciones, al principio partes de un planteamiento muy ambicioso que poco a poco se va perfilando.
En todo caso, los gobiernos en coalición no son sencillos, y el PP de Burgos es nuevo en este escenario. ¿Qué tal va la relación?
En la política, como en la vida, hay que hacer de la necesidad virtud y yo siempre intento ser pragmática, porque darse de cabezazos cuando no se consigue lo que se esperaba no sirve de nada. Y de momento somos un equipo unido.
Usted apostó en campaña por dejar gobernar a la lista más votada. ¿Creía que la piscina estaba más llena de lo que en realidad estaba?
No es tanto si la piscina estaba llena o no. En realidad, desde Génova se dio esa instrucción, que por cierto se mantiene hoy en día. Sin embargo, se trata de un planteamiento general, circunscrito a un pacto nacional que finalmente no se dio. Quizá, debí expresarlo más claramente, ya que nosotros nos presentamos para gobernar, no para quedarnos en la oposición.
¿Se cumplieron sus expectativas de campaña?
Cuando eres candidato, te das cuenta de que las encuestas son papel mojado.
¿Eso quiere decir que ustedes manejaban encuestas que les daban mejor resultado?
No, no. No lo digo en particular por este tema, sino en general. Lo hemos visto también el 23 J. Lo que quiero decir es que, en realidad, el candidato llega a la jornada electoral sin tener ni idea de lo que va a pasar. Durante esa campaña, las encuestas vaticinaban un resultado muy ajustado por bloques, y finalmente no fue así.
¿Les sorprendió que Podemos se quedara fuera de la Corporación?
Todos tenemos que aceptar el veredicto de las urnas, y estas dijeron que la política de Podemos no había resultado útil para la ciudad. Por eso no llegaron al 5% de votos, aunque fuera por poco.
¿En qué ha cambiado la Cristina Ayala senadora de la Cristina Ayala alcaldesa?
Eso quizá lo tengan que responder los que están en mi entorno cercano, pero la gran diferencia es que esto es 24/7. Intelectualmente, la vida del Senado es apasionante, sobre todo para alguien como yo que disfruta mucho con el derecho constitucional, pero esto es otra cosa. Esto es acción, intensidad. Sospecho que aquí te salen más canas, aunque sea una persona que tiende poco al estrés.
¿Pensaba hace unos años que iba a regresar a Burgos?
Jamás. Después de ser concejala opté por vivir en Madrid porque tenía un plan de vida. Me casé, formé una familia y opté por dejar la política, pero Juan Vicente Herrera me ofreció entonces ir a las Cortes de Castilla y León y acepté. Luego llegó la posibilidad de estar en el Senado y para mí era más fácil, porque podía seguir en Madrid y no estaba para nada en mi cabeza volver a Burgos. Pero en un momento determinado, en el partido insistieron en que era una buena alternativa para volver a gobernar Burgos. Y aunque la gente no se lo crea, de eso se trata cuando se dice que estamos a disposición del partido. Para mí, lo fácil hubiese sido decir no, pero cuando crees en un proyecto político como el del PP y tienes mucha querencia por la ciudad, es imposible decir que no a pesar de que, en mi caso, el tema familiar me hizo dudar mucho.
Cristina Ayala
Alcaldesa de Burgos
Usted fue concejal hace dos décadas. ¿Qué diferencias se ha encontrado en el Ayuntamiento?
Muchísimas. Para empezar, de ser concejal a ser alcalde hay un mar de diferencia. A partir de ahí, han cambiado muchas cosas. Hay que tener en cuenta que la ciudad ha crecido y el Ayuntamiento ahora presta muchos más servicios de los que prestaba entonces.
¿Y en qué no ha cambiado?
En que sigue siendo una maquinaria lenta y pesada, a la que le cuesta muchísimo engrasarse y ponerse a andar. Lo bueno es que eso ya lo traía aprendido de casa. Otra cosa que traíamos aprendida de casa los que estamos aquí es que el día a día te come. Cada día te surgen diez problemas y si únicamente te encargas de solucionar esos problemas, pierdes de vista el bosque. Hay que pensar en el medio plazo de la ciudad y en eso estamos desde el minuto cero, para que no pase lo que creo que pasó durante la anterior legislatura.
Cristina Ayala
Alcaldesa de Burgos
Convendrá conmigo que esa pasada legislatura estuvo totalmente condicionada por la pandemia, ¿no?
Por supuesto que estuvo condicionada por la pandemia. Pero ojo, la pandemia la pasaron todos, y en otros ayuntamientos se avanzó en mayor o menor medida, mientras que Burgos se quedó en el mismo punto de partida que hace cuatro años. No dudo en absoluto de la intención del anterior equipo de Gobierno, pero sí que pongo en duda su capacidad de gestión.
Algo bueno habrá dejado el anterior equipo de Gobierno, ¿no?
Sí. Y se lo he reconocido. Por ejemplo, el proyecto de restauración del Castillo, sobre el que nosotros también hemos puesto el foco del programa electoral. Es un proyecto que tiene sentido y se abordó con criterio. Además, las obras se dejaron contratadas en el anterior mandato, aunque nuestro planteamiento va más allá de lo que se ha puesto en marcha. Ya era hora de que alguien siguiera avanzando en un ámbito en el que en su día trabajó Pepe Sagredo y Valentín Niño. Casualidades de la vida, ese nuevo impulso al Castillo la va a dar el hijo de Valentín Niño. Ese quizá sea el mejor proyecto de la legislatura de Daniel de la Rosa, y mira qué cosas, no es un proyecto del PSOE, sino de Ciudadanos.
¿Hasta qué punto va a haber borrón y cuenta nueva respecto al gobierno anterior en materias clave?
Hay cosas que serán de continuidad porque tiene que ser así. Al final, un alcalde sucede a otro y muchas cosas han de continuar. Pero eso no impide que la entrada de nuevas personas al equipo de Gobierno venga de la mano de nuevas ideas y proyectos.
De momento, ya han anunciado la paralización de varios proyectos. Alguno de cierta envergadura, como el de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE).
Es que ese proyecto fue la gran chapuza del PSOE, que quiso empezar la casa por el tejado, instalando toda la cacharrería, por decirlo de alguna manera, antes de aprobar siquiera una ordenanza. El PP fue muy crítico con todo el tema relacionado con la Movilidad, y en el pacto de Gobierno incluimos un cambio radical de toda esa normativa. Una cosa es que vayamos progresando hacia una mejor movilidad sostenible, ganando espacios para el peatón y haciendo que el coche particular se use menos y otra cosa muy diferente es lo que planteaba el PSOE. Al final, se quería pasar de 0 a 100 muy rápido y eso no es posible, sobre todo porque de momento no sabemos muy bien cómo será esa nueva movilidad, sin olvidarnos de que la electrificación del parque automóvil exige mucho dinero. La gente no entra al centro de Burgos con un coche viejo porque quiera contaminar, lo hace porque simplemente no tiene dinero para comprarse uno nuevo.
Cristina Ayala
Alcaldesa de Burgos
¿Plantean algún gran cambio en el área de Urbanismo?
En el caso de Urbanismo, o más bien de Fomento, nuestra revolución va a ser que vamos a hacer cosas. Vamos a pasar de una legislatura en blanco a una legislatura ejecutando obra. A partir de ahí, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) es un documento vivo y hay que ir haciendo modificaciones en distintos momentos.
Se están barruntando incrementos de tarifas en Aguas y Basuras. ¿Estamos ante el inicio de un proceso de subida de impuestos?
Hay que tener en cuenta dos cosas. La primera es que este Ayuntamiento lleva muchos años con las tasas e impuestos congeladas; la segunda es que tras la pandemia y la guerra en Ucrania, los costes de los suministros y las obras se han encarecido entre un 30% y un 40%. No podemos negar esa realidad. Si queremos mantener el mismo nivel de inversión y de prestación de servicios, tendremos que aumentar ingresos. Nunca es agradable subir impuestos, aunque también hay que recordar que la carga impositiva en Burgos está en la parte baja de la tabla.
En todo caso, lo que me parece muy feo es lo que ha hecho el PSOE, que ocultó a los burgaleses que en Aguas ya se venía hablando de la necesidad de subir la tasa mucho antes de que llegáramos nosotros. Hablo de memoria, pero creo recordar que con lo que ha ingresado Aguas de Burgos en los dos últimos ejercicios se han invertido doscientos y pico y trescientos y pico mil euros en la red en los dos últimos ejercicios, y con eso no da para el mantenimiento de la red a largo plazo. Si queremos ser responsables hay que ponderar hasta dónde podemos llegar. Y con la tasa de basuras pasará algo parecido, ya que hay que hacer unas obras en el CTR muy importantes.
En todo caso, la situación económica del Ayuntamiento es razonablemente buena.
Sí, es cierto. No puedo negar que hay dinero para gastar e invertir.
Y eso, ¿no es un acierto del anterior equipo de Gobierno?
No. En realidad, en este ámbito tampoco lo hicieron bien, ya que tuvieron dinero para gastar y no lo gastaron. En vez de eso, metieron 18 millones de euros en un plazo fijo. Con ese dinero, lo que tendría que haber hecho el anterior equipo de Gobierno es desarrollar el Mercado Norte, construir el cívico de Fuentecillas, arreglar el parque de Félix, recepcionar bien las obras de la Plaza Santiago o desarrollar el bulevar de Gamonal, ese que tanto criticaron en su día y que tampoco han hecho una vez en el gobierno. Tener mucho dinero en cuenta no tiene por qué implicar ser un buen gestor. El problema que ha tenido el anterior equipo de Gobierno es que ha sido incapaz de gestionar las inversiones en un marco en el que las reglas fiscales se habían relajado y había fondos europeos. El contexto económico ha sido muchísimo mejor que el que hubo tras la crisis de 2008.
¿Teme que a su equipo de Gobierno le pueda pasar lo mismo por la falta de personal?
Puede pasar de todo, pero por eso, para nosotros, el responsable de personal debía ser clave. Buscamos con lupa y tuvimos la suerte de dar con una persona como Yolanda Barriuso, que es una experta en el área. Quizá sea una especie 'wishful thinking', pero quiero creer que seremos capaces de arreglar una situación que no tiene sentido, como es el hecho de que la tercera parte de los puestos del Ayuntamiento estén sin cubrir. Es cierto que los asuntos de personal no se arreglan chiscando los dedos, pero parece que vamos cogiendo algo de ritmo. A partir de ahí, queremos implantar un sistema de calidad total en todos los servicios de la administración.
¿La falta de personal es el mayor problema del Ayuntamiento?
En este momento, sí. Sin duda.
¿Y no era el mismo problema hace 16 años?
Puede ser, pero cuando yo fui concejala no recuerdo tener un problema importante en este sentido. De hecho, durante aquella legislatura salieron un montón de cosas adelante.
¿Cuál es hoy en día el mayor problema de la ciudad?
Que no comunica. Esta ciudad tiene unos recursos increíbles en materia industrial y patrimonial que en España no se conocen. Así de sencillo. Ese es el gran objetivo del plan de ciudad.
Si tuviera que elegir una sola actuación a desarrollar durante el mandato, ¿Cuál sería?
Uf. No podría elegir solo una.
Pero la política es el arte de priorizar.
Vale, pero gracias a Dios no vamos a tener que elegir sólo una actuación. En todo caso, nuestros ejes de gobierno son industria y cultura y patrimonio. Y si tuviera que elegir, que no querría, apostaría por la cultura. Por eso nos costó tanto ceder ese área a Vox.
Al hilo de esto, uno de los grandes retos del mandato será desarrollar nuevo suelo industrial.
Efectivamente. Y ese es otro de los problemas que nos hemos encontrado al llegar. En este caso, se empezó a mover el área apenas unos meses antes de terminar la legislatura, a pesar de saber que el suelo de Villalonquéjar se está acabando y que el desarrollo urbanístico del antiguo CAE se puede prolongar ocho o diez años. ¿A qué nos hemos dedicado?
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