Javier Lacalle, exalcalde de Burgos y senador. Gabriel de la Iglesia

«Con Cs arrodillándose ante el PSOE no veo factible la moción de censura»

Javier Lacalle deja el Ayuntamiento de Burgos tras un año como portavoz del PP en la oposición para dedicarse en exclusiva al Senado | El exalcalde se apunta el tanto de haber transformado la ciudad y lanza duros reproches a Marañón por su gestión del acuerdo tripartito de 2019

Lunes, 27 de julio 2020, 08:24

Han sido más de veinte años en el Ayuntamiento de Burgos, los últimos 15 de manera ininterrumpida. Javier Lacalle ha sido concejal, portavoz del equipo de Gobierno, vicealcalde y alcalde. Y durante el último año, portavoz del principal grupo de la oposición, una novedad en ... una trayectoria política marcada siempre por formar parte de equipos de gobierno. La experiencia ha sido satisfactoria pero el 'popular' pone fin a la etapa política municipal para dedicarse en exclusiva al Senado.

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Su renuncia al acta de concejal, que se hizo efectiva el pasado viernes, llega un año después de que el PP perdiese las elecciones, sin que el bloque de centroderecha fuese capaz de cerrar un pacto que, en otras ciudades, ha permitido a los 'populares' mantener gobiernos con los apoyos de Cs y Vox. Lacalle reprocha a Vicente Marañón su soberbia, a la que achaca que el pacto se rompiese horas antes de la investidura.

Un trago amargo ara Javier Lacalle, que le ha impedido poner el broche final a una trayectoria de la que se siente muy satisfecho. Orgulloso está especialmente de haber contribuido a transformar la ciudad en los últimos 15 años, aunque ha habido fracasos y cuentas pendientes.

-Ha justificado su renuncia afirmando que el momento es ahora. Ahora o en un año, a mitad de mandato, pero... ¿por qué irse? ¿por qué no completar el mandato de cuatro años?

-He visto que hay un equipo (que me ha sorprendido) completamente consolidado, muy rodado, una integración perfecta entre los concejales ya veteranos y los nuevos. Lo dije el año pasado. De haber sido investido Vicente Marañón como alcalde, hubiera presentado la renuncia en los siguientes días. No me parece propio que en un equipo de gobierno esté un exalcalde con otro alcalde porque cada uno tiene su forma de trabajar y no hubiera sido bueno para la ciudad. No fue así y entonces me vi obligado a quedarme para ayudar a las personas que se habían incorporado nuevas. Me lo plantee así. Estoy un año o dos, hasta que el grupo coja rodaje. La única duda que tenía era si renunciaba este año o el próximo verano y como he visto que el equipo está rodado, es el momento de que haya renovación. También para mi ha sido un año enriquecedor. Como oposición nunca había estado. He estado metido de lleno. Yo, estoy o o no estoy, no valgo para estar sin ejercer.

-De su respuesta se deduce que encabezó la lista para ser alcalde pero no para no serlo

-No, no. Me presenté en la idea de poder seguir siendo alcalde de la ciudad, porque podía seguir aportando más. Si se hubiera aplicado el modelo de Madrid o Zaragoza, lo podría haber sido, porque la representación del PP es mayor que en estos lugares. Y lo normal es que hubiéramos conformado un gobierno de centroderecha liderado por el partido más votado de la oposición. No fue así. Ahora, cuando he entendido que el equipo municipal puede volar solo he dado este paso, aunque seguiré muy pendiente del día a día.

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«He estado metido de lleno en la oposición. Yo, estoy o o no estoy, no valgo para estar sin ejercer»

-¿Es una decisión propia o tal vez dirigida desde Valladolid para facilitar una moción de censura y un acuerdo tripartito?

-No. Ni hemos hablado al respecto de esta posibilidad. Cuando en su momento Ciudadanos venía vetando a los alcaldes que llevábamos ocho años, lo dije públicamente: si el problema para que la alcaldía la ostente el PP soy yo, me retiro. Eso nunca ha sido problema, ni antes ni lo es ahora. Me hubiese gustado que Cs Burgos hubiera entendido lo que se ha entendido en otros lugares de España. Lo que tenemos claro es que la Alcaldía tiene que ser de centroderecha y liderada por el partido más votado. Nunca he sido el problema. No se dejó de hacer un pacto de centroderecha porque yo quisiese continuar siendo alcalde. Nada cambia en ese sentido. Pero están obsesionados con que ellos quieren tener la Alcaldía así que es difícil.

-Y, en su propio partido, en Madrid o en Valladolid, ¿ya le han dado explicaciones de por qué aceptaron ese sacrificio, que le afectó inicialmente a usted y a César Rico, y que Cs se llevase Alcaldía y Diputación?

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-Aquel pacto, lo cumplimos a rajatabla. Nos podrá gustar más o menos pero lo cumplimos a rajatabla. No presenté candidatura en aquel pleno y votamos, todos los concejales, al candidato de Cs. Los que cumplimos el pacto fuimos nosotros. Otra cosa es que por su soberbia y prepotencia, Vicente Marañón fuese incapaz de cerrar acuerdo con los dos concejales de Vox, que era imprescindible. Fui yo el que insistió en que se negociase. El mismo se cargó el acuerdo con esa soberbia y prepotencia de no hablar con ellos porque existe un pacto nacional y cumplirán lo que les digan desde Madrid. Se rompió el pacto porque Marañón no habló con los concejales de Vox.

-Cumplieron a rajatabla, dice, pero es algo cuestionable pues días antes de la investidura, usted dejó a Cs a los pies de los caballos. Dijeron que no entrarían en el equipo de gobierno

-Nuestro compromiso era respaldar a Marañón como alcalde, luego se valoraría si nos implicábamos en la acción de gobierno. Nadie nos obligaba a tomar una responsabilidad de gobierno, el compromiso solo era de investidura. Es evidente que alguna responsabilidad hubiéramos tenido y, entonces, yo lo hubiera dejado. Pero era algo a valorar.

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-¿Ve a Carolina Blasco como próxima alcaldesa de Burgos, en este mismo mandato? ¿Ve opciones de una moción de censura?

-Carolina va a ser una magnífica portavoz. Por experiencia, por formación. Tiene una cabeza perfectamente amueblada. Tiene muchos valores. Que si Carolina podría convertirse en alcaldesa... me gustaría, porque sería darle normalidad a la ciudad, con un gobierno de centroderecha. Lo que me gustaría a mí y a gran parte de la ciudad. Que si es factible a día de hoy... pues no. No lo veo factible porque Cs en Burgos, Marañón se ha echado a los brazos del PSOE y se ha convertido en una coletilla, con el sí a todo y con ese entreguismo todos los días, arrodillándose ante el PSOE, lo veo difícil. Me gustaría que cambiase ese criterio y pudiera haber una alterativa de gobierno en la ciudad, que lleva un año parado.

«Cs se cargó el acuerdo con Vox por la soberbia y la prepotencia de Marañón»

-Tras su renuncia, se va a dedicar exclusivamente al Senado, ¿era el destino último que buscaba Javier Lacalle, que se aseguró el primer puesto en las listas al Senado?

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-El partido planteó, en clave nacional, que en la cámara territorial hubiera perfiles con experiencia en ámbitos autonómicos y municipales. Y en esas listas entramos más de veinte alcaldes, portavoces del ámbito local. Se quería reforzar esa presencia de los municipios en el Senado y ahí estamos Antonio Silván (León), Pablo Pérez (Segovia), el vicepresidente de la Diputación de Zamora, José María Barrios. Y así por toda España.

-Ahondemos en la gestión municipal, pues los más de 20 años en el Ayuntamiento, primero como concejal y luego como alcalde, dan para mucho. Es difícil hacer una valoración de la trayectoria política, pero ¿qué balance se atreve hacer y qué experiencia se lleva de su paso por el Ayuntamiento?

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-Lo que me llevo es haber sido partícipe de la gran transformación de la ciudad durante estos últimos 15 años. Hemos modernizado la ciudad. No hay ni un rincón que mire y no note la mano o el impulso del PP. El cierre de la ronda interior, nuevas avenidas, nuevas conexiones, parques, centros cívicos, polideportivos, servicios públicos... Miremos donde miremos, ahí están los resultados. El gran reto era mejorar la calidad de vida de los burgaleses transformando la ciudad. Ya no ser la ciudad de los grandes proyectos, sino que estos fueran realidades. Burgos no es la ciudad que había hace 15 años. Es lo que me llevo y me siento tremendamente satisfecho de esa transformación, que nadie discute, y del volumen de prestación de servicios.

-¿Cuál es el proyecto del que está más orgulloso?

-Es difícil hablar de un proyecto porque es desmerecer otra. En movilidad, el cierre de la ronda interior de la ciudad, donde una parte fundamental es el bulevar del ferrocarril. La movilidad circular en Burgos es algo histórico. También, equipamientos de todo tipo, destacando las remodelaciones del Estadio Municipal de El Plantío y del Colisuem, que es un buque insignia. Es la instalación con más ocupación, con más de 1 millón de usuarios desde su apertura. Y los tres planes de peatonalización, para ganar espacios en el centro histórico para los burgaleses.

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Lacalle deja el Ayuntamiento para dedicarse en exclusiva al Senado. Gabriel de la Iglesia

-¿Cuál es el mayor fracaso?

-Yo no hablaría de fracaso pero, evidentemente, hay una obra que quisimos hacer dentro de esa transformación y que algunos violentos no nos dejaron. Me refiero al bulevar de la calle Vitoria, que era fundamental y que se va a acabar haciendo. Más vale tarde que nunca. El tiempo da y quita razones. Fue el proyecto con más participación de la ciudad, pero al final se impuso la violencia de los que no estaban de acuerdo, y que son algunos de los que ahora retoman el proyecto. Lo mismo que quisieron hacer con el Coliseum.

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-Posiblemente, los disturbios de Gamonal hayan sido el peor momento de su trayectoria políticamente

-Sí, claro. Fue el momento más desagradable. Nadie es de piedra. Que se genere la bronca en Burgos y que, por las circunstancias nacionales e internacionales de revolución social, se quiso ver ahí lo que en realidad no fue. No hay ningún alcalde que se sienta a gusto conteniendo acciones de violencia en su ciudad.

-Políticamente, le dieron por muerto pero resurgió de sus cenizas y ganó las elecciones

-Es más, ganamos precisamente en Gamonal, que nunca había ganado el PP. Porque la gente entendió que se planteaba una mejora, como en el resto de barrios de la ciudad. No sé dónde está el pecado. Se tramitó con más reuniones que cualquier otro proyecto y con consenso generalizado. Se han perdido 10 años para haber disfrutado de un espacio más humano.

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-¿Qué le ha quedado en el tintero?

-Hay un proyecto, que no depende del Ayuntamiento pero en el que sí hemos comprometido apoyos, y que me parece fundamental en clave ciudad: la apertura de la parte alta de la Catedral. Como Ayuntamiento redactamos el proyecto de acondicionamiento del espacio y comprometimos financiarlo y se metió partida en dos presupuestos, pero no salió porque el Cabildo estaba con otros proyectos como el problema de la calefacción. Espero que pueda salir porque es una actuación clave de cara al 2021. Sería noticia mundial y nos daría impulso en clave turístico.

«No hay ni un rincón que mire y no note la mano o el impulso del PP»

-¿El mejor recuerdo de estos años?

-Muchos. Pero hay un día clave, que todavía me sigue emocionando: el día que tomé posesión como alcalde en 2011. Porque no es lo mismo la primera vez que la segunda. Eso ya me lo dijo Juan Vicente Herrera. Es un día especial para los que vivimos la ciudad con intensidad. Poder ser alcalde, tomar decisiones que afectan a los burgaleses, es importante. A mí siempre me ha gustado la política municipal y me seguirá gustando. Ha habido muchos momentos agradables. También dolores de cabeza, que forman parte de la labor municipal, pero ser alcalde es una satisfacción.

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-¿Cuál ha sido el adversario político del que guarda o guardará mejor recuerdo?

-Por el carácter que algunos tenemos, afable, abiertos, la relación ha sido muy buena con todos, incluso con Antonio Ferández Santos, más allá de que somos caracteres muy diferentes, por ejemplo. Con Daniel de la Rosa, más allá de nuestras discrepancias políticas, nuestra relación personal era buena en la anterior legislatura y es buena ahora. Me quedo con todos: con José María Peña, la relación ha sido extraordinaria; con Ángel Olivares, un carácter más introvertido, pero la relación siempre ha sido respetuosa; con Luis Escribano, hemos discrepado pero tiene un carácter afable... Guardar buen recuerdo, de casi todos. E invirtiendo la pregunta, pues... no es por ser políticamente correcto pero no citaría a ningún corporativo con el que haya tenido mala relación, de no hablar. Eso sí, en los últimos años, la relación más difícil ha sido con Gloria Bañeres, discrepábamos mucho. Tal vez la relación más tensa, pero con mucho respeto personal.

- Y si le pido destacar algún compañero de viaje, algún miembro de los diferentes equipos de gobierno, ¿a quién destacaría y por qué?

-Es difícil, pero sí citaría a dos personas. En la primera etapa, antes de ser alcalde, destacaría a Cristina Ayala, desde el punto de vista de trabajo, colaboración y relación personal. Y luego, en la segunda etapa, a Ángel Ibáñez, que fue una persona que me ayudó mucho y que ha sido fundamental para mí. No tuve ninguna duda, cuando fui elegido alcalde, de quién sería mi vicealcalde. Los dos desde el punto de vista de competencia y lealtad, para mí han sido personas claves.

-¿Cómo es su relación actual, por ejemplo, con Fernando Gómez o Gema Conde, que han salido no muy bien parados de sus equipos de gobierno?

-Y no es justo. Los dos han hecho un trabajo muy potente. Con Fernando Gómez tengo una relación fluida, pero con Gema Conde no hemos coincido. Son dos personas a las que tengo mucho respeto y agradecimiento por el trabajo realizado. Dos perfiles expertos, especialmente potentes en sus ámbitos de actuación, cultura y servicios sociales, respectivamente, pero, como ocurre con otros concejales, con unos tienes más relación que con otros.

«Los roces en el trabajo son normales. Un equipo de gobierno no es un grupo de amigos»

-¿Ha tenido que tener mucha mano dura con sus equipos de Gobierno porque siempre se ha dicho que ha habido mal ambiente entre los concejales, que incluso ha afectado al trabajo municipal?

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-Eso pasa siempre, y te pasa también ahora, en el equipo de gobierno actual. En todos los equipos municipales, cuando se está en gobierno, porque hay mucha tensión, hay que cumplir plazos... Siempre ha habido roces fruto de la gestión del día a día. En la oposición es muy difícil que no haya roces. Somos compañeros en la gestión de trabajo, pero no necesariamente amigos. Con unos hay más relación, con otros menos pero un equipo de gobierno no es un grupo de amigos.

-Ahora se va en exclusivo al Senado, ¿ya tiene ideada la estrategia para defender los intereses de los burgaleses?

-Lo tengo muy claro. Esta semana tenemos una agenda completa. En lo que se refiere al ámbito local, los proyectos pendientes en la ciudad por parte de los diferentes ministerios y, en la provincia, con Cristina Ayala trabajaremos con los alcaldes para ser su voz ante el Gobierno central. Y en la parte de industria, también como portavoz de Fomento, muchas propuestas e iniciativas. Te lleva el tiempo que le quieras echar pero yo, parado no puedo estar.

-Y más allá del Senado... ¿cuál es el siguiente objetivo que se marcara Javier Lacalle?

-Trabajar bien en el Senado, que es una gran responsabilidad representar la provincia en la Cámara Alta.. El futuro, nadie sabe. Partido a partido, pero espero que se pueda trabajar. A ver si por fin se asienta la situación política y se puede trabajar con normalidad en el Senado, sin procesos electorales como en 2019.

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