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El Ayuntamiento de Burgos ha ordenado la paralización de los trabajos de derribo de la fachada del antiguo colegio Niño Jesús, que inició el pasado lunes la empresa Dragados alegando «riesgo de desprendimiento», a fin de poder analizar con detenimiento la situación y decidir si, ... como indica la empresa, se encuentra gravemente deteriorada y requiere de su domolición, pese a contar con una protección especial.
La concejal de Licencias, Ana Bernabé, ha explicado que el informe del arquitecto municipal se ha examinado esta mañana en Licencias y, a continuación, se ha dictado orden de paralización de los trabajos, así que Dragados debe dejar de demoler la fachada de Aparicio Ruiz y realizar la necesaria intervención para sujetar la fachada.
La dirección de obra registró el pasado lunes un escrito en el que comunicaba al Ayuntamiento que iba a proceder a demoler la fachada, que se encontraba en «mal estado» y presentaba grietas. Con un acta notaral como respaldo, se insistía en que había «riesgo de desprendimiento» y, por tanto, se procedía a desmontarla, eso sí, sin esperar a que el Ayuntamiento lo autorizase o emitise comunicación alguna.
Bernabé señala que a Licencias no llegó el escrito hasta el martes por la mañana y, por la tarde, se personó el arquitecto municipal en la obra. Ayer dejó redactadado el informe y, esta misma mañana, se ha emitido la orden de paralizar las obras para estudiar el estado de la fachada y determinar si, efectivamente, se encuentra tan deteriorada como para demolerla, pese a la protección ambiental que le otorga el PGOU.
La concejal insiste en que el expediente del Niño Jesús «es complejo» y hay que andar con pies de plomo. Cierto es que Dragados no debería haber acometido la intervención sin contar con el visto bueno del Ayuntamiento y que, para acelerar los trámites, debería haber acudido directamente a Liencias, y no presentar el documento en el registro municipal, pues ha dilatado el procedimiento.
Aun así, los técnicos tendrá que examinar ahora la obra para determinar el estado del edificio y, a partir de ahí, se tomarán las decisiones que se estimen oportunas. Si se ha actuado de manera indebida se exigirán responsabilidades, ha asegurado Bernabé, quien muestra su preocupación por lo ocurrido, un problema más dentro del expediente del antiguo colegio Niño Jesús.
Por su parte, el concejal socialista Antonio Fernández Santos tiene muy claro que se debe abrir un expediente sancionador a Dragados y, además, por la máxima sanción posible para que este tipo de actitudes no sienten un mal precedente. El socialista no entiende cómo es posible que la empresa se haya atrevido a demoler la fachada sin el visto bueno del Ayuntamiento.
«Creen que se puede jugar con el patrimonio de la ciudad», lamenta, al mismo tiempo que recuerda que el PGOU protege precisamente los elementos que ya se han demolido. De ahí que se deba de abrir un expediente de restitución de la legalidad, insiste.
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