El Ayuntamiento da 20 días al dueño de los locales ocupados de la calle Calvario para cerrarlos

Así lo confirma el concejal de Licencias, Miguel Balbás, que explica que habría que realizar un expediente de contratación para acometer esta obra que, en principio, sería menor y con un coste bajo.

Responde así a las demandas de los residentes del barrio, especialmente de las viviendas del edificio en cuyos bajos se encuentran estos chamizos, que manifiestan que estos locales abandonados son frecuentados por toxicómanos y que están llenos de basura y desechos. Según fuentes policiales, allí también se ejerce la prostitución.

No es difícil comprobar que estos bajos se encuentran en situación de abandono e insalubridad. Basta dar un paseo por la acera para ver desde fuera la basura acumulada en el interior, e incluso los colchones donde habitualmente duermen personas sin hogar.

No es la primera vez que el Ayuntamiento envía un requerimiento al dueño, según Balbás se le ha notificado en varias ocasiones, pero se ha limitado a hacer «pequeños arreglos» que no han solucionado el problema.

La Policía Local de Burgos, junto a los Servicios Sociales, ha intervenido numerosas veces en esta zona ante la llamada de los residentes. Una de ellas, el pasado mes de julio, encontraron dentro a dos personas sin techo durmiendo.

A su llegada, los agentes comprobaban que estos locales estaban repletos de enseres y de basura acumulada, lo que hace aumentar la probabilidad de incendio. Además, han hallado allí objetos robado e incluso la presencia de ratas.

Esta situación se remonta a cuatro años atrás, a 2018. Los locales pertenecían a una vecina del barrio, pero los vendió a una empresa y están prácticamente abandonados. Toxicómanos, prostitutas y personas sin hogar han ocupado el lugar desde entonces. Esto significa que no es fruto de organizaciones criminales, sino que acarrea un problema social que exige de unas diez intervenciones policiales al mes, recuerdan desde el cuerpo de policía.

Los locales están rodeados de viviendas, por lo que los vecinos están hartos de los ruidos y la insalubridad. Más de uno asegura haber visto a gente «rara» entrando y saliendo de los locales.

La situación no ha cambiado desde entonces, lo que ha desembocado en quejas de los vecinos a través de las redes sociales. «Las puertas están rotas y se mete la gente dentro. Está lleno de basura y es peligroso por incendios», denuncia un usuario en Twitter.

Además, un negocio de la zona ha dado su testimonio a la Policía Local en una intervención en julio. Asegura que es un peligro para los vecinos, ya que ha avistado roedores y ha sorprendido a unos adolescentes intentando acceder a estos locales.

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