Se atrinchera en el Castillo de Burgos, tras escalar una de las torres, y lanza piedras a la Policía Local

Según informa el cuerpo policial, el primer aviso llegó a través del 112 sobre las 15:50. Un hombre se había introducido en un local religioso en la calle Eduardo Martínez del Campo. Se negaba a abandonar el lugar y estaba generrando problemas, hasta que llegó Policía Local y, tras hablar con él, le acompañaron al comedor social San Vicente de Paúl.

Sin embargo, a su llegada, el sujeto rehusó la ayuda y salió a la carretera. Así, pasadas las cinco de la tarde, se recibe el segundo aviso. En este caso, un joven desnudo estaba acometiendo a los vehículos que circulaban por la carretera del Cerro de San Miguel, en dirección al Castillo. La policía lo encontró tendido en la calzada, en ropa interior, y tras verlos, volvió a salir huyendo.

Los agentes lograron darle alcance y, entre frases incompresibles, el hombre cogió una piedra y un palo de grandes dimensiones y volvió a huir ladera abajo, mientras amenazaba gravemente a los agentes, sin que puedan atraparlo. El tercer aviso llegó tres horas más tarde. El joven se ha acercado a un vecino de la calle Cristóbal de Morales con una botella rota y, entre frases incomprensibles, le ha pedido agua. Acto seguido le ha entregado una botella de agua, momento en el que ha salido corriend en dirección a las laderas del Cerro San Miguel.

A las 21:15 horas el vigilante de seguridad del Castillo da aviso al operador de Sala de la Policía Local ante la presencia de un varón que ha escalado a una de las torres de la fortaleza, atrincherándose allí, haciendo acopio de piedras y lanzándolas a cualquiera que se acercase.

Hasta el lugar llegaron varias dotaciones de la Policía Local que pudieron comprobar que el hombre estaba encaramado a un lugar inaccesible, al que sólo se podía acceder escalando, y que, en un momento dado, mientras profería arengas religiosas, arremetía contra los agentes lanzándoles piedras.

Los agentes intervinieron con material de protección, siendo en este caso los escudos y los cascos de vital importancia. Uno de los ellos accedió hasta la zona más próxima para, desde allí, conminar y convencer a esta persona para que depusiera su actitud y bajara de la torre.

Tras un período de negociaciones, el agresor accedió a bajar y fue acompañado por un agente al exterior de la fortaleza, donde fue detenido. Se le acusa de los delitos de alteración grave del orden público, amenazas, desobediencia y atentado contra agentes de la autoridad.

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