Dos arandinos participan en el exitoso programa de TVE

Sesenta y cinco programas, dos meses de grabación y treinta concursantes han hecho posible que el formato haya salido hacia adelante. Una dinámica fluida muy distinta al régimen más estricto de otros programas. «Lo bueno de que el público seamos los concursantes es que lo pasamos muy bien en la grabación, es muy curioso y hemos hecho mucha piña», asegura Sergio García. Tal es así que hasta tienen un grupo de Whatsapp donde comentan simultáneamente la emisión diaria. «Nos reímos de nosotros mismos, de las caras que ponemos, de la ropa que llevamos», comenta de manera jocosa.

Puede que sea el entretenimiento, la diversión o las mariposas en el estómago cuando el piloto rojo de la cámara se enciende, pero el ambiente televisivo parece que engancha. «No pierdes nada, puedes ganar dinero y es muy divertido». Con ese lema, difícil decir que no. «Cuando participas en concursos, entras en una base de datos y te llaman de los que van a empezar próximamente y ya es ver si te cuadra en función de tu disponibilidad», asegura.

No solo te abre puertas en el entretenimiento de la pequeña pantalla sino que te ofrece un abanico de posibilidades personales y laborales que desde el punto de vista del arandino, merece la pena aprovechar. «Ganas experiencia, te ayuda a saber controlar los nervios también en tu día a día y sobre todo a ganar confianza en uno mismo, eso es muy importante», indica. Esa seguridad es fundamental para saber sobrellevar las críticas y comentarios que, inevitablemente en el mundo actual, emergen en las redes sociales. «Entro en redes a ver qué dicen de mí y a veces me insultan. No entro al trapo e intento reírme de la situación, pero es triste ver esa parte de las redes sociales», añade.

El debate entre la presión de la exposición y las oportunidades que ofrece la aparición en un programa de tal calibre está abierto. No obstante, el arandino lo tiene claro. Además, es una ventana para presumir de su tierra natal y no deja pasar la ocasión para hacer gala de sus raíces. «Claro que hemos tirado de tierra burgalesa, el presentador te pregunta y aunque no es obligatorio, nosotros por supuesto que lo hacemos», asiente.

Un orgullo en los últimos días teñido de «tristeza e impotencia» por los incendios que han sacudido a la provincia. «Llevamos un verano tan duro en cuanto a incendios que ves uno y ni te sorprende, pero cuando te golpea de frente vives lo duro que es», añade. De hecho, Sad Hill, el proyecto que encabeza el arandino para poner en valor los parajes burgaleses utilizados en el rodaje de 'El bueno, el feo y el malo' ha sido afortunadamente librado por las llamas. «Este verano no teníamos ninguna actividad prevista así que no ha afectado mucho al programa cultural, de todas formas, cuando se estabilice todo esto la gente tiene que seguir visitando el municipio», añade.

Una situación que ha puesto en riesgo la seguridad de toda una comarca y para lo que el arandino pide atención. «Tenemos que espabilar, ya llevamos muchas tarjetas amarillas y hay que trabajar no solo en verano, sino también después para evitar que suceda», sentencia.